El alto gasto por alumno lastra la elevada aportación del Gobierno vasco a la UPV/EHU
El País Vasco está a la cabeza de España en inversión universitaria, pero las cifras son muy inferiores a las de los países del entorno
La UPV/EHU abrió la pasada semana un importante frente con el Gobierno vasco por la financiación pública de la Universidad. En una comparecencia, el ... rector, Joxerramon Bengoetxea, exigió al Ejecutivo autonómico que eleve su aportación un 80%, pasando de los 337,4 millones previstos para 2026 a 607, que es lo que calcula el equipo rectoral que necesita la institución para funcionar «con normalidad», escapar a la «parálisis» y evitar el «colapso».
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Por el momento, el Gabinete Pradales guarda silencio. La pelota está en el tejado del Departamento de Ciencia, Universidades e Innovación que dirige un exrector de la UPV/EHU, Juan Ignacio Pérez Iglesias. La subida que reclama la institución académica sólo es comparable a la que va a recibir Osakidetza. Bengoetxea ha solicitado comparecer en el Parlamento vasco para explicar con detalle por qué pide tanto dinero, 270 millones más de lo consignado, para invertir en plantilla, infraestructuras y digitalización.
¿Cómo de infrafinanciada está realmente la Universidad pública vasca? La Fundación Conocimiento y Desarrollo se dedica a radiografiar el sistema universitario español. Su último informe, publicado la pasada semana, analiza precisamente la financiación de las universidades públicas del país. El documento, elaborado con datos del curso 2022/23, permite extraer varias conclusiones. La principal es que la inversión en este apartado es muy inferior en España en comparación con la OCDE y la Unión Europea: un 19,5% y un 14,5% menos, respectivamente.
Dentro de esta tacañería, la UPV/EHU es una de las universidades mejor financiadas en términos absolutos. El Gobierno vasco invierte 9.065 euros anuales por estudiante, la tercera cifra más alta por detrás de La Rioja y Navarra. La media de España es de 6.671 euros. Madrid, donde la Complutense ha tenido que pedir un préstamo de 35 millones porque no puede pagar ni los sueldos, está a la cola.
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Gastos corrientes por alumno
Transferencias corrientes y de capital procedente de las CC AA por alumno
En términos relativos, sin embargo, la fotografía cambia. La Fundación CyD ha elaborado un índice que combina la aportación pública por estudiante con el PIB per cápita para calcular lo que denomina «esfuerzo presupuestario relativo». Aquí Euskadi no sale tan bien parada y aparece la cuarta por la cola. Aragón, Cataluña y Madrid cierran la lista. En el lado contrario, el positivo, están Comunidad Valenciana, Extremadura y Castilla-La Mancha.
Esfuerzo presupuestario relativo
Por otro lado, la UPV/EHU es la segunda universidad con los gastos más elevados, casi 9.000 euros anuales por alumno. La financiación pública supone tres de cada cuatro euros que recibe la Universidad, por lo que el margen de maniobra es estrecho y los presupuestos apenas llegan para cerrar el año «sin pérdidas», decía el rector.
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Uno de los motivos tiene que ver con que los salarios son aquí más elevados. «En el caso del gasto de personal por empleado, la media nacional asciende a 35.548 euros, dándose el mayor importes en País Vasco (45.591 euros)», señala la Fundación CyD. ¿Por qué, entonces, denunció Bengoetxea que los salarios que ofrece la Universidad no son competitivos? Porque se refería al comienzo de la carrera académica. Un docente adjunto doctor cobra 1.900 euros netos al mes. Un sueldo sensiblemente inferior al de un profesor de Bachillerato, que se embolsa 2.600. Esa precariedad inicial complica la atracción de talento y ya hay departamentos con dificultades para encontrar profesores.
Problemas de plantilla
La gran diferencia es que las condiciones salariales del sistema educativo no universitario apenas mejoran con el paso del tiempo salvo con la antigüedad. En la Universidad, en cambio, la carrera profesional es meteórica. Además de quinquenios y sexenios, los profesores pueden llegar a ganar hasta 14.150 euros extra al año con los 'euskotramos', complementos por méritos en la docencia, la investigación y la actividad institucional. Esto explica gran parte del elevado gasto, ya que la plantilla de la UPV/EHU no está especialmente envejecida. Según datos de la Conferencia de Rectores (CRUE), la edad media de los docentes vascos es de 49,6 años, inferior a la media del país (50,6).
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Algunas fuentes consultadas señalan otro aspecto que probablemente contribuya a engordar el gasto: la duplicidad de carreras. Es algo derivado de la política lingüística, ya que todos los grados se ofertan en castellano y euskera. También hay facultades duplicadas. Por ejemplo, los tres campus cuentan con una Facultad de Educación.
Existen, por otra parte, algunas necesidades urgentes en cuanto a la plantilla. Es el caso del Personal Técnico, de Administración y Servicios, que se ocupa de las labores burocráticas y de que los servicios ofertados funcionen correctamente. La CRUE recomienda que haya tantos profesionales de este ámbito como docentes. Pues bien, en la UPV/EHU apenas hay uno por cada tres profesores e investigadores, lejos de la media nacional (uno por cada 1,44).
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Objetivo, 980 millones en 2030
Este indicador es revelador de los problemas a los que se refería el rector. Y sucede a pesar de que la mejora de la financiación pública ha sido una constante desde la crisis económica. Siguiendo con el estudio de la Fundación CyD, la aportación del Gobierno vasco se ha incrementado un 13,1% desde 2009. No obstante, en términos relativos, es decir, en relación al PIB, el esfuerzo inversor ha caído del 0,55% al 0,4% en este tiempo, aproximadamente, según Eustat.
Otra vía para obtener recursos es con las tasas. La matrícula en la UPV/EHU es una de las más bajas del país. Cada estudiante paga, de media, 821 euros. Sólo en Andalucía, Canarias y Galicia es más barato ir a la Universidad pública. En todo caso, la cifra que reclama el rector se sitúa aún lejos de lo que marca la ley universitaria estatal, que pide destinar en 2030 el 1% del PIB a las universidades públicas, lo que en el caso de la UPV/EHU implicaría un presupuesto de 980 millones.
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Un choque institucional sin precedentes desde comienzos de siglo
El choque institucional protagonizado por el rector, Joxerramon Bengoetxea, con el Gobierno vasco, a quien acusa de hacer «oídos sordos» a las necesidades de la comunidad universitaria, apenas tiene precedentes. Hay que remontarse a principios de este siglo para encontrar un caso similar.
Entre 2001 y 2004, Manuel Montero dirigió la Universidad pública vasca tras ganar unas reñidas elecciones al frente de una plancha constitucionalista. Durante sus años como rector, protagonizó un duro enfrentamiento con la consejería de Educación que entonces lideraba Anjeles Iztueta (Eusko Alkartasuna). El motivo de la disputa fueron los graves problemas económicos que atravesó la Universidad. La institución estuvo cinco años sin aprobar un presupuesto por la falta de mayorías claras.
La parálisis presupuestaria provocó que la UPV/EHU arrastrara en 2001 una deuda de 8,5 millones. A ello había que sumar otro agujero de 6,6 millones, en este caso generado por los complementos de productividad para profesores, un premio por méritos en la docencia, la investigación y el ejercicio de cargos. Educación denunció que esos incentivos económicos, conocidos como 'euskotramos', se pagaron sin su autorización, algo que Montero desmintió de forma categórica. El enfrentamiento se alargó durante años, con acusaciones cruzadas de falta de lealtad e incapacidad para la gestión.
El conflicto se zanjó gracias a que el Gobierno concedió a la Universidad un crédito de más de 15 millones que la institución tuvo que devolver durante tres lustros y también se constituyó un consejo para que la Administración controlase los gastos de la UPV/EHU.
Volviendo al presente, diversas fuentes conocedoras de la vida universitaria consultadas recuerdan que la política científica del Gobierno vasco no se limita exclusivamente a la Universidad pública. Por ejemplo, el presupuesto de Ikerbasque, la agencia para la atracción de talento, suele rondar los 50 millones de euros –la mayor parte, aunque no todo, proviene del Ejecutivo–, a los que hay que sumar las subvenciones para los centros de investigación cooperativa (CIC) y los centros de investigación de excelencia (BERC). Ikerbasque es clave a la hora de fichar investigadores de fuera de Euskadi eludiendo los requisitos lingüísticos que sí se exigen para acceder como docente o investigador a la UPV/EHU.
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