Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología. E. C.
Rubén del Campo | Meteorólogo de AEMET

«Yo también digo lo de 'Euskadi tropical' y cada vez habrá más olas de calor»

El experto explica por qué España está sufriendo esto que llamamos 'tiempo loco'. No es tal. Es que ha cambiado

Jueves, 20 de julio 2023, 00:43

La espectacular granizada que cayó hace un par de semanas en Álava (no habían visto algo igual en los últimos catorce años) sorprendió a todos ... menos a los meteorólogos. «Es llamativo porque causa muchos destrozos en cultivos, coches, tejados... Pero un episodio así en primavera o en verano no es tan raro. Se da cada cierto tiempo», asegura Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Más sorprendentes (y preocupantes) -dice- fueron los 39 grados que marcó Córdoba ¡en abril! Extraordinario... y sintomático.

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- Ola de calor en abril. Asusta.

- El calor extremo de abril ha sido el episodio más excepcional de este año. El récord de temperatura de ese mes en Córdoba hasta la fecha eran 34 grados, que ya son muchos para el mes de abril. Y este año se ha superado esa marca ¡en cinco grados! No es normal. Medio grado más, uno... incluso dos. Pero, ¿cinco? Es del todo inusual. Igual que lo fueron las lluvias de mayo que siguieron a esa ola de calor. Estuvo lloviendo un mes sin parar.

- Se habla de las dos Españas climáticas, la del norte fresco y el sur cálido. ¿Se ha desdibujado esa frontera? Aquí decimos eso de 'Euskadi tropical'.

- Yo también lo digo muchas veces. El norte tiene veranos más suaves que la meseta, pero cada vez está sufriendo más las olas de calor. En el caso de Euskadi incluso en septiembre u octubre se dan días muy cálidos. Sucede por el viento sur, que siempre lo ha habido, pero ahora es más caluroso. En los últimos años se han batido records de temperaturas en el observatorio de Igeldo, en San Sebastián. Y estos días se ha llegado a 43 grados en la Costa Brava. También se empiezan a ver en el Cantábrico lluvias torrenciales más propias de otros lugares.

- Hasta ahora estamos viviendo un verano suave en el norte. ¿Somos unos privilegiados?

- Sí, las temperaturas más altas se están dando en el este, centro, sur y Baleares. En la cornisa Cantábrica está siendo llevadero.

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Granizada en Álava en julio

«Fue llamativa porque causó muchos destrozos, pero no es algo excepcional, pasa cada ciertos años»

- ¿Sería preocupante tener en Bilbao o San Sebastián varios días a 40 grados?

- Sí, porque no es una zona donde eso pase normalmente. Con la misma frecuencia que se registran 33 grados en Bilbao se llega a 40 en Ciudad Real. Esto quiere decir que en Ciudad Real están más acostumbrados al calor y 40 grados allí causan menos impacto que en Bilbao.

- Llama más la atención el calor extremo que la lluvia.

- La lluvia es más difícil de estudiar porque el patrón de precipitaciones cambia mucho de un año para otro. Pero se aprecian también cambios. Por ejemplo, que el patrón de lluvias típico del Levante en otoño, la gota fría que ha habido siempre, por una parte se está trasladando hacia el interior y, por otra, se está volviendo más virulenta. No solo eso, se registran ya lluvias torrenciales 'fuera de temporada', en primavera e invierno. De hecho, en enero de 2020 vivimos un episodio insólito: la borrasca Gloria dejó en el Mediterráneo más lluvia que la que se registraba en la zona desde los años 60.

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- El Mediterráneo es, nunca mejor dicho, punto caliente.

- Sí. Desde que se empezó a estudiar el cambio climático es una zona que, por su ubicación y su diversidad, sufre más los efectos. Y sucede porque España está a caballo entre dos mundos climáticos: las latitudes templadas del norte de Europa y la cercanía al desierto del Sáhara, que está haciendo que se incrementen las temperaturas.

Calor extremo

«Los 39 grados que marcó Córdoba en abril ha sido el episodio más extraordinario en lo que llevamos de año»

- El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus captó el otro día una imagen impactante de la Península: un mapa de calor terrestre pintado de rojo y un dato, 60 grados en Extremadura.

- Sí, es llamativo. Pero a los meteorólogos lo que nos preocupa es la temperatura del aire, que es la que se controla porque es la que sentimos. Se mide a metro y medio del suelo porque a ras de suelo la temperatura siempre es muchísimo más alta. La prueba es que cuando caminamos descalzos por la playa nos quemamos los pies o vemos espejismos en el asfalto de la carretera. Esos 60 grados en Extremadura que captó el satélite eran grados en la superficie del suelo. Pero en julio, con tantas horas de luz y de sol y viento en calma, no son extraordinarios.

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- Dicen los expertos que los efectos del cambio climático avanzan a más velocidad en Europa que en cualquier otra parte del mundo.

- Sí. Se nota más en Europa occidental (España, Francia, Portugal, Italia...). Por una parte, por esa cercanía a África y, por otra, porque los patrones atmosféricos que favorecen las olas de calor, los anticiclones que impulsan aire del norte de África a Europa, están aumentando en frecuencia y en duración. Y luego está el deshielo del Ártico, que repercute en el mismo sentido en la circulación atmosférica de todo el hemisferio norte.

- Buena parte de España se sofoca a 40 grados, se ha llegado a 48 en Roma, a 54 en Estados Unidos... Suena apocalíptico.

- En el futuro habrá zonas del planeta que se volverán inhabitables por el calor y otras porque subirá el nivel del mar. Nos tendremos que acostumbrar a sequías más largas y ya se habla de refugiados climáticos. No nos extinguiremos como especie por el cambio climático, pero cada vez sufriremos más fenómenos adversos y eso pone en peligro nuestro modo de vida actual.

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«Agosto y septiembre vienen muy calurosos»

Ya casi no nos acordamos, pero el verano pasado fue asfixiante. Lo confirman los datos de AEMET: «Tuvimos un calor continuo y, en total, cuarenta y tantos días de ola de calor», precisa Rubén del Campo, portavoz de la Agencia. Este año, dice, no será igual. Caluroso sí, porque ya lo son todos, pero no tanto. «Está habiendo más variación de temperatura. Estamos viviendo picos de tres o cuatro días de calor extremo, pero seguidos luego de algunas jornadas más suaves que 'refrescan' un poco el ambiente, lo que es mucho más fácil de llevar». Y lo que nos queda de verano, ¿seguirá ese patrón? «Agosto y septiembre parece que vienen muy calurosos».

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