«Es difícil para una mujer migrante separarse»
Fatima Zahra recogerá hoy uno de los cinco reconocimientos que entrega el Gobierno vasco a programas de inclusión
«Mi padre me decía que no baje la cabeza ante nadie». Ese recuerdo pertenece a Fatima Zahra Chakour. Es una de las 138.167 ... personas de origen extranjero que residen en Bizkaia. Hoy, Azkuna Zentroa acogerá el segundo encuentro de municipios por el Día Internacional de la Persona Migrante, acto en el que el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales reconocerá cinco «buenas prácticas inclusivas» bilbaínas. El Gobierno vasco pondrá en valor durante esta fiesta el trabajo de la Mesa de Participación para la Diversidad Religiosa, la Estrategia Antirumores, la asociación Bakuva, el Consejo Local de Inmigración y el programa Mujer, Salud y Violencia. Es precisamente en este último, que surgió en 2008, en el que colabora Zahra, que será quien recogerá el galardón.
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Esta marroquí afincada en Bilbao desde hace siete años matiza que su familia procedía «del Sahara», donde para el hombre «la mujer es lo primero», pero es consciente de que en su país natal «muchas mujeres no dicen que no porque creen que hay que respetar al hombre, hacerle caso». Ella, asegura, respeta a su marido, «pero él también a mí». De igual a igual. «Soy una mujer fuerte, pero ahora, más», afirma.
Mientras participaba en una actividad de una asociación, conoció al personal del Módulo Auzolan, servicio que surgió en 1982 a iniciativa de asociaciones vecinales y de mujeres para cubrir necesidades a las que no llegaban las administraciones. Esta entidad gestiona el programa municipal en el que está involucrada Zahra, de 42 años y a quien formaron como agente de empoderamiento. Su labor consiste en «llegar» a sus compatriotas, asesorarlas, que conozcan los recursos a los que pueden recurrir en caso de necesidad, acompañarlas...
754 agentes
La idea de crear esa red de mujeres que ayudaran a otras a autogestionar su salud, entendida como algo integral que incluye el aspecto física, mental, financiero..., data de 2012. Desde entonces, se ha preparado a 754 agentes, el 87% féminas. Y también se ha involucrado, precisamente a petición de ellas, a hombres en este programa. Fatima lleva desde comienzos de año con esta misión, en la que se ha dado cuenta del «desconocimiento» que existe en torno a la planificación familiar. «Muchas no conocen los métodos anticonceptivos de los que disponen», señala.
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Aunque su reto es que algunas entiendan que la violencia no es solo cuando te pega tu marido; también hay violencia sexual, psicológica...». Recuerda a una compatriota que tiene «problemas» con su pareja, de quien dice que «es muy bueno, pero que está estresado». Ahora ha dado el paso de «separarse un tiempo». «Es difícil para una mujer migrante hacer algo así, piensa que no puede hacerlo sola», lamenta. La falta de una red de apoyo y la dependencia económica son dos factores que influyen en que sean más vulnerables. «Muchas no trabajan, porque su función es estar en casa, cuidar de la familia», explica.
Ella estuvo empleada durante casi diez años como responsable comercial de la zona norte de Marruecos de una empresa de productos médicos y, posteriormente, en una notaría. Hace casi una década, sin embargo, viajó sola, con su hijo mayor, que ahora está a punto de cumplir diez, a Madrid «para mejorar nuestra situación». Después le siguieron su marido y sus otros dos pequeños, un niño y una niña. Allí descubrieron que el primogénito padece una parálisis cerebral. «Ahora me dedico a él, porque no puede caminar, pero es muy inteligente y sabe francés, castellano, euskera e inglés», se enorgullece. De hecho, Zahra está estudiando «un curso sociosanitario de dos años». «Porque me viene bien para ayudarle, pero sobre todo para trabajar».
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Arranca la negociación del traspaso de la acogida a Euskadi
Los gobiernos vasco y central tendrán mañana una primera reunión, tras el acuerdo alcanzado por PNV y PSOE en Madrid, para negociar el traspaso de la transferencia de la acogida de solicitantes de protección internacional a Euskadi. En la actualidad, explica Xabier Legarreta, director de Migración y Asilo del Ejecutivo autonómico, el Ministerio de Interior se encarga de gestionar las solicitudes de asilo y de la acogida inicial. Eso, puntualiza, «seguirá siendo así». Lo que será competencia del Gobierno vasco será la última fase, la de preparación para la «autonomía personal», que comienza en el momento en el que se concede la protección a una persona y en la que existen diferentes recursos y programas para favorecer su integración gradual en la sociedad. Respecto a las previsiones, Legarreta desconoce en qué números se moverán, «porque las solicitudes oscilan mucho de un año a otro y también las aprobaciones, que España es el país de la Unión Europea que menos» expedientes resuelve de forma favorable.
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