Denuncian presiones a padres musulmanes para que no elijan clase de Religión Islámica

El responsable de la agrupación, Iñaki Vicente, explica que son los claustros, equipos directivos e incluso asociaciones de padres los que «coaccionan» a progenitores para que no matriculen a sus hijos en clases de Islam. «Es algo muy triste que debe cesar. Hacen comentarios en los que desprecian sus creencias y les dicen que si no apuntan a sus hijos dedicarán esas horas a reforzar otras asignaturas». Los alumnos que no se matriculan en Religión reciben clase de Valores, «pero no puede emplearse esas horas para otras materias, es ilegal», censura. La agrupación asegura que desde Euskal Bilgune Islamarria se han presentado escritos de denuncia de casos concretos de conculcación de derechos «sin que la Administración los haya atajado».

La comunidad islámica ha enviado el documento a centros, docentes, sindicatos, asociaciones de padres de alumnos, «e incluso a la Lehendakaritza», detalla el presidente. Argumentan que el derecho a recibir Religión está «recogido» en las leyes, que en las clases se utilizan libros publicados por el Ministerio de Educación y los contenidos están «regulados» por reales decretos. «Lo que se imparte es Educación e Historia del Islam, el hecho religioso. No hay adoctrinamiento de ningún tipo. Esta asignatura está normalizada en la mayoría de los países europeos», subraya Vicente. Apunta, además, que el Departamento de Educación envía cada curso una circular a los colegios en la que les recuerda la obligación de ofertar esta materia, que es de elección voluntaria para las familias.

La demanda de religión musulmana crece de año en año. En la actualidad hay cuatro docentes, frente a los dos del pasado curso, que atienden a más de 200 alumnos. Al menos otro medio millar de escolares se han quedado sin clases de Islam porque en su escuela o instituto no hay el número mínimo que exige Educación para abrir un grupo.

La asociación islámica defiende también a los profesores, a los que se ha atacado desde diferentes sectores educativos al considerar que están en una situación de privilegio. El documento recuerda que se les exige la misma titulación universitaria que al resto y que Educación adjudica las plazas con iguales puntuaciones de méritos que para otras asignaturas.