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Teresa Cobo, durante su intervención ante una de las directoras del máster, los representantes del Gobierno vasco y la UPV, Enrique de Ybarra y el director de EL CORRE0. Ignacio Pérez
Máster de Periodismo Multimedia EL CORREO/UPV

«La crisis del periodismo se combate con más periodismo, no prostituyéndolo»

Teresa Cobo, directora del diario 'La Rioja', pronunció la lección inaugural del Máster de Periodismo Multimedia EL CORREO/UPV

Viernes, 1 de noviembre 2024, 01:05

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Pese a que era la encargada de impartir la lección inaugural en la apertura de la XXXVII edición del Máster de Periodismo Multimedia EL CORREO/UPV, Teresa Cobo se apresuró a corregir ese planteamiento y puntualizó que acudía «sin ánimo de impartir lección alguna». Con su discurso, aseguró, solo aspiraba a poner en común la experiencia acumulada en su carrera: «Soy una de los vuestros, una alumna de la primera promoción del máster», explicó la directora de 'La Rioja', el diario de Vocento en Logroño. Pero acabó impartiendo una lección, vaya si lo hizo: en una intervención que combinó lo autobiográfico con la reflexión sobre el oficio, esta vizcaína del 67 confrontó a los alumnos con los principales retos que tendrán que encarar en su tarea si quieren hacer, y así tituló su discurso, 'Periodismo de v erdad'. «Vuestro compromiso es vigilar al poder, escuchar a la calle, bucear en la vida común de las personas, dar voz a quienes no tienen otra forma de hacerse oír y encontrar las historias que interesan, afectan o conmueven a la gente», enumeró.

Ya Enrique de Ybarra, presidente de la Fundación Vocento, había mencionado en la presentación del acto, celebrado en la Sociedad Bilbaina, los «enormes retos» que aguardan a estos jóvenes profesionales. «El periodismo ha de ser, ante todo, útil para la sociedad a la que sirve. Estos estudiantes deben explicar la extraordinaria complejidad del mundo a una ciudadanía confundida y perpleja», expuso. Teresa Cobo se remontó a cuando ella estaba al otro lado, como una ilusionada alumna del máster que disfrutaba de beca: «A los hijos de familias numerosas de los barrios de la margen izquierda del Nervión nos tocaba sacar buenas notas para que nuestros padres no tuvieran que pagar los estudios de todos los hermanos».

Los alumnos de la pasada promoción del máster recogieron sus diplomas. I. P.

Evocó a su tutor de entonces, Florencio Martínez, un autor de certeros proverbios sobre el oficio, como «el que expone se expone». Y lo desarrolló: «La firma es una medalla para el autor, sí, pero también un sello de garantía para el lector. Los periodistas nos hacemos responsables de lo que contamos, damos la cara por lo que escribimos, y nos jugamos la credibilidad, el prestigio y la confianza». Recordó un atentado en el centro de Bilbao que cubrió con un compañero del máster: «Esta profesión nos coloca en primera línea de la realidad más dura», comentó, aunque a veces también nos lleve a «la más festiva». Y sonrió al contar aquella conferencia de Fernando Arrabal en la que ninguno de los estudiantes se lanzó a plantear ninguna pregunta: «¿Y ustedes quieren ser periodistas?», les avergonzó el escritor. También aclaró por qué, pese a que siempre ha deseado volver a escribir, aceptó dirigir un medio: «Hay muy pocas mujeres directoras de periódicos y no quería ser yo quien alimentara el argumento de 'no es que no queramos nombrarlas, es que muchas veces son ellas las que rechazan el puesto'».

Enrique de Ybarra | Fundación Vocento

«El periodismo ha de ser, ante todo, útil para la sociedad a la que sirve. Estos estudiantes deben explicar la extraordinaria complejidad del mundo»

Y, a partir de ahí, se aplicó a diseccionar la profesión sin que le temblase la mano. «Me quedo con el perfil de director que quiere que sus redactores se metan y le metan en líos. Un periodista tiene que ser lo bastante valiente como para complicarse la vida por contar la verdad», dijo, y lo reconfiguró apelando directamente a los alumnos: «Si nada de lo que publiquéis en el futuro molesta lo suficiente como para que alguien llame, hecho una furia, a vuestro director, al director general de la empresa o al CEO del grupo, preocupaos, porque algo estáis haciendo mal». La verdad, sentenció, «es como el agua oxigenada en una herida: necesaria, pero escuece». Y por eso «nunca ha sido fácil ser periodista, pero quizá nunca fue tan difícil como ahora».

«El periodismo sufre lo que podríamos llamar una crisis de identidad. En medio de la urgencia, la incertidumbre y la precariedad, los periodistas corremos el riesgo de olvidar la esencia de nuestro oficio», alertó. ¿Y qué se puede hacer? «La crisis del periodismo se combate con más periodismo. No es buena solución prostituir el periodismo para salvarlo».

Teresa Cobo | Directora del diario 'La Rioja'

«Consumir pildoritas informativas de veinte segundos no sirve para adquirir criterio, ni para responder a los porqués de lo que nos pasa»

«Ya no sirve la mesura»

En ese sentido, Teresa Cobo pasó revista a varias facetas preocupantes de la situación actual, sin miedo a la autocrítica: la caída de la venta de ejemplares sitúa a los medios «en una delicada relación de dependencia de entidades públicas y privadas» y fuerza un «periodismo de supervivencia» en el que «la línea que separa la información de la publicidad es cada vez más difusa». La «tiranía de la inmediatez» del universo digital es otro factor de distorsión: «Los errores se multiplican cuando te sientes empujado a ser el primero en dar una noticia, a intentar que Google se fije en tu información, a no ser el único que no tiene ese asunto o ese vídeo». Y, además, «la obsesión por engordar las cifras de usuarios y de visitas a la web fuerza a menudo a los periodistas a buscar titulares llamativos que después defraudan al lector», en una competición donde «ya no sirve la mesura ni es suficiente con la simple realidad».

El acto congregó en la Sociedad Bilbaína a alumnos del máster y profesionales del periódico. I. P.

Ante este panorama, «cada vez hay más gente que no se fía de nosotros», pero el corazón del problema late todavía a más profundidad: «Es la devaluación del propio concepto de verdad. Conocer la realidad ya no es tan relevante para una parte considerable de la sociedad», destacó Cobo.

Ante todo esto, solo hay una actitud posible: «El periodismo de verdad siempre encontrará a sus lectores. Consumir pildoritas informativas de veinte segundos no sirve para adquirir criterio, ni para desarrollar un espíritu crítico, ni para profundizar en los valores de la democracia, ni para responder a los porqués de lo que nos pasa. Quizás una gran parte de la sociedad se conforme con esa manera de estar al día, pero no puede convertirse en el fondo de nuestro trabajo», concluyó Teresa Cobo. Eso sí, al despedirse añadió una lección adicional de solo cinco palabras que debería ser sagrada y no está en conflicto con el rigor: «No aburráis a los lectores».

«Sin pensamiento crítico no hay ciencia ni periodismo»

Juan Ignacio Pérez Iglesias | Consejero de Ciencia, Universidades e Innovación del Gobierno vasco

«Sin pensamiento crítico no hay ciencia ni periodismo»

El consejero de Ciencia, Universidades e Innovación del Gobierno vasco centró su intervención en una analogía que, a bote pronto, puede resultar chocante: la que existe, o debería existir, entre los periodistas y los científicos, entre los métodos de unos y los de otros. Al propio Juan Ignacio Pérez Iglesias le sorprendió la idea cuando se le ocurrió, a raíz de una conferencia de César Coca, periodista de EL CORREO, sobre la importancia de la mediación de un profesional en el acto informativo. «Hay un agente, el periodista, que acude a los hechos y construye una narración -desarrolló Pérez Iglesias-, pero que no se devalúe el término: esa narración tiene que estar basada en pruebas, fundamentada en fuentes. Soy científico, y un científico es también un intermediario, la persona a través de la que se expresa la naturaleza. Construye una historia, como el periodista, y tiene que cumplir los mismos requisitos».

El consejero destacó cómo, en ambos casos, resulta clave una actitud que cuestione las apariencias y las suposiciones. «Sin pensamiento crítico, sin esa idea permanente de que aquello debe basarse en fuentes, no hay buena ciencia ni buen periodismo. Los periodistas cumplen una función social muy importante: si actúan correctamente, son vectores de pensamiento crítico, inciden en el nivel de pensamiento crítico de la sociedad», reflexionó. Y remató sus palabras con una recomendación cinematográfica a los alumnos del máster: «Si no la han visto, vean 'Primera plana', con Walter Matthau y Jack Lemmon: es la película más divertida y, en cierto modo, más amarga sobre el oficio periodístico».

«Hoy en día la palabra sigue siendo esencial»

Eva Ferreira | Rectora de la UPV

«Hoy en día la palabra sigue siendo esencial»

A la hora de definir esa tarea, recurrió a una autoridad inesperada: dos lemas universitarios «adaptables a vuestro oficio». Por un lado, está el de la Universidad del Noroeste, en Chicago: 'Todo lo que sea verdad'. Por otro, el de la propia UPV: 'Eman ta zabal zazu', que se podría traducir como 'da y expande'. «Resumen el reto que tenéis por delante», dijo a los estudiantes, a quienes propuso «dos razones para hacer las cosas bien». La primera tiene que ver con la manera en que la información perdura en la red, sin la caducidad de antaño: «Todo lo que contéis queda ahí grabado». La segunda alude a un alumno un poco raro al que todos damos clase: «Con esas cosas bien dichas vamos a alimentar la Inteligencia Artificial y necesitamos que distinga información de simple contenido».

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