Las prótesis de Cola

Cuando Cola era solo un cachorro, un vecino de las afueras de Bangkok (Tailandia) le amputó brutalmente las patas delanteras, a golpes de espada, porque el animal había mordisqueado sus zapatos. Gill Daley, que sufrió la amputación de las piernas como consecuencia de una infección, y su esposo John (en las fotografías), descubrieron por casualidad la historia de Cola, decidieron adoptar al animal en su refugio en Phuket y le adaptaron unas prótesis basadas en las palas que utilizan algunos deportistas paralímpicos. Hoy, Cola es el primer perro del mundo en usar este tipo de prótesis, pero Gill no ha podido verlo. Falleció en febrero.