La catedral de Bilbao acoge una misa en recuerdo del Papa

La «pequeña comunidad» cristiana del territorio, ha destacado el responsable de la Iglesia en Bizkaia, «se ha reunido de forma espontánea y muy rápida» en un templo religioso más concurrido de lo habitual. Segura, acompañado de otros ocho concelebrantes, ha ofrecido algunas pinceladas de Bergoglio, de quien ha puesto en valor que «ha aguantado como un campeón para poder celebrar la Pascua con su comunidad», en referencia a la reaparición ayer del Papa en el balcón de la Basílica de San Pedro para la bendición del 'Urbi et Orbi'.

El obispo ha destacado ante los medios de comunicación que el catolicismo asiste a «una pérdida muy importante», la de «una persona» que durante «más de doce años ha transformado muchas cosas» y, sobre todo, «ha conseguido acercarse a mucha gente que se sentía lejana». Y lo ha logrado, ha expuesto, por «ese estilo tan cercano, espontáneo y sencillo que tenía», por el que «ha reconocido la gente que tenía algo importante que decir». Ha sido clave además, en opinión de Segura, que estamos en un momento en el que en el mundo «no hay tantos líderes que tengan la proyección y el mensaje que tenía él», un discurso de «fraternidad, de paz, de diálogo, de encuentro entre culturas, de respeto a la naturaleza...».

Ese «legado» también incluye la necesidad de asumir que «en Europa» los cristianos «vamos a ser minoría», pero que deben «aportar algo positivo con sencillez, convicción, humildad». El «mensaje fundamental» de Francisco, ha recordado, es que «no tengáis miedo» y que se resuelvan «los problemas, algunos bien gordos», con «serenidad». Y espera que «la Iglesia que queda después se capaz» de mantenerlo.

En cuanto a la sucesión del Pontífice, el obispo ha insistido en que «no hay manera humana de saber quién va a ser el próximo», aunque ha asegurado que no le «preocupa». «Tenemos confianza en que sea una persona que aporte algo diferente, algo bueno, algo necesario para este mundo, lo mismo que el Papa en su momento fue capaz de aportar», ha enfatizado.

Segura no definiría a Francisco, «en algunas cosas un hombre de convicciones tradicionales profundas», como aperturista. Pero sí era alguien que «estaba abierto al diálogo« y que reconocía que, »en determinadas cosas, la Iglesia tenía que asumir cambios». Ha aludido el obispo, en ese sentido, a los abusos sexuales, una cuestión que «ha intentado hacer bien», asumiendo «todo ese legado de cosas que no hemos hecho bien» y un ámbito en el que «tenemos que seguir trabajando y haciendo las cosas en la línea de lo que nos ha indicado.

La Universidad de Deusto se ha sumado a la oración de la Iglesia ante el fallecimiento de su santidad el Papa Francisco. «A pesar de la tristeza del momento, proclamamos también la gratitud y esperanza inmensas que su vida de total entrega a la misión de Cristo y su pontificado nos infunden», ha dicho la institución en un comunicado. Asimismo, ha comunicado que celebrarán eucaristías en su memoria el próximo 29 de abril a las 13:05 en Bilbao -capilla gótica- y en Donostia -capilla edificio antxieta-. Por ese motivo, suspenderán la actividad universitaria entre las 13:00 y las 14:00.

El rector de la Universidad de Deusto, Juan José Etxeberria, ha querido destacar la importancia histórica del pontificado de Francisco, que «ha trazado vías de misión sobre direcciones muy diversas, alentando en la Iglesia un atrevimiento misionero más convencido y pertinente». En su opinión, el papa Francisco ha querido «una Iglesia misericordiosa, cercana y próxima, una Iglesia pobre y para los pobres, que permanece en las fronteras, abierta al diálogo y el discernimiento también en cuestiones que la interpelan».

Juan José Etxeberria ha recordado la cercanía y cariño que el Papa mostró hacia la Universidad de Deusto en la audiencia privada que mantuvieron el pasado 8 de octubre de 2024. En aquella reunión, a la que el rector acudió acompañado por el decano de la Facultad de Teología, Francisco José Ruíz Pérez, el Papa pidió a la comunidad universitaria deustense que «no pierdan la alegría». Aquellas palabras llegan si cabe con mayor fuerza hoy al corazón, según el rector Etxeberria, y nos animan, a pesar del dolor por la pérdida de un padre bueno, a dar gracias a Dios por el testimonio y legado del fallecido pontífice.