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Cuestión de equilibrios

Avanzar hacia un modelo energético neutro en carbono depende en gran medida del desarrollo de sistemas de producción que no emitan carbono y que a su vez sean sostenibles y sin impactos negativos sobre la biodiversidad

Adolfo uriarte

Jueves, 4 de noviembre 2021, 23:37

Euskadi tiene que afrontar un importante reto que consiste en realizar una transición energética justa que nos ayude a abordar el reto del cambio climático con éxito. Para ello nuestro objetivo es llegar a la neutralidad en carbono en 2050. Conseguirlo exige mantener el equilibrio entre la progresiva descarbonización de nuestra economía y la defensa de nuestro bienestar social y patrimonio natural.

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Avanzar hacia un modelo energético neutro en carbono depende en gran medida, aunque no solo, del desarrollo de sistemas de producción que no emitan carbono y que a su vez sean sostenibles y sin impactos negativos sobre la biodiversidad. Pero la neutralidad va a depender también de lo capaces que seamos en el ahorro y eficiencia energética, así como en el desarrollo de una economía circular donde el actual desperdicio sea un recurso y donde el residuo final prácticamente no exista. Minimizar en origen, alargar la vida de los productos, reparación frente a nuevas compras y buscar nuevas oportunidades de negocio con nuestros residuos, son algunas de las prácticas a las que tendremos que habituarnos. No es tarea fácil, las inercias consumistas nos han traído hasta aquí, revertirlas es complejo. Pero estamos obligados a hacerlo.

La implantación de sistemas de producción de energía renovable en nuestro territorio es necesaria para disminuir la contribución de nuestra huella de carbono, sumándonos solidariamente a la corriente mundial para limitar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEIs) y sus consecuencias sobre el clima. Por otro lado, sabemos que la conservación y recuperación de nuestro patrimonio natural son críticas para hacer más resiliente nuestro territorio frente a los impactos del cambio climático. Por lo tanto, tenemos que encontrar ese equilibrio entre la mitigación y la adaptación; complicado, pero sin duda necesario.

Teniendo en cuenta que la generación de energía es responsable del 75% de la emisión de GEIs, es lógico pensar que la transición energética y climática deben de ir de la mano para que los retos ambientales puedan convertirse en oportunidades de innovación.

Contamos ya con un anteproyecto de Ley y un Plan de Transición Energética y Cambio Climático y avanzamos también en materia de innovación y soluciones de adaptación: Nuestro Basque Green Deal-Euskadiko Itun Berdea. Nuestra estrategia para ser más inclusivo y sostenibles. A través de fondos propios estamos colaborando con nuestras entidades locales y entramado científico-tecnológico para desarrollar soluciones que podamos implantar en todo el territorio. También con fondos europeos estamos desarrollando proyectos emblemáticos como el LIFE Urban Klima 2050, donde 20 instituciones colaboran y comparten experiencias y conocimiento con el fin último de avanzar juntos en actuaciones de adaptación climática en Euskadi.

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Los datos nos dicen que desde el año 2005 la economía vasca ha crecido un 20% mientras que las emisiones de gases de efecto invernadero se han reducido en un 27%. Prácticamente todos los sectores van mejorando lentamente, pero lo cierto es que estamos aún lejos de la senda para conseguir el reto a 2050, por lo que se hace necesario redoblar nuestros esfuerzos y actuaciones.

La pandemia nos ha descubierto la necesidad de contacto con la naturaleza para nuestro propio equilibrio emocional, pero al mismo tiempo también nos ha servido para tomar mayor conciencia de su vulnerabilidad. Es evidente que el medio ambiente está en el centro de gran parte de los acontecimientos de la actualidad, y la sociedad hoy es más consciente que nunca de que nuestra salud y supervivencia como especie está intrínsecamente ligada a la salud de los ecosistemas.

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En unos días se celebra la COP26, la llamada Cumbre del Clima de Naciones Unidas, en la que se tomarán decisiones para intentar mitigar los efectos de la crisis climática derivados de la acción humana. Se va a analizar el compromiso de estados y regiones para mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC, y avanzar hacia la neutralidad climática. No podemos olvidar el papel que juegan los gobiernos regionales y locales en este tipo de cumbres internacionales. A pesar de que los acuerdos los suscriban los estados, las regiones y entidades locales adoptan más del 70% de las medidas de mitigación del cambio climático y hasta el 90 % de las medidas de adaptación. Euskadi estará en Glasgow para ser la voz de las regiones, para liderar su propio camino al necesario equilibrio en los próximos pasos.

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