Un carro a vela
Las burlas de Mbappé y del técnico del PSG sobre el cambio climático han hecho correr ríos de tinta
Resulta que cuando Kylian Mbappé anunció que se quedaba en el París Saint Germain y que, por tanto, no jugaría en el Real Madrid, yo ... me quedé muy descolocada porque pensaba que el delantero francés militaba desde hacía tiempo en el equipo merengue. Llevábamos tantos meses escuchando hablar de Mbappé con apasionamiento que yo, que sigo con poco interés las informaciones relativas al club madrileño, había dado por hecho que participaba en la Liga española de fútbol. Las negociaciones debieron de ser algo muy trascendental porque según hemos sabido el mismísimo presidente de la República, Emmanuel Macron, persuadió al jugador para que permaneciera en el equipo parisino.
«El problema es, sin duda, a quién escuchamos, a quién hemos decidido dar relevancia social»
El caso es que esta semana el nombre de ese futbolista ha vuelto a llamar mi atención. El pasado lunes, en una rueda de prensa en la que se encontraban el entrenador del PSG, Christophe Galtier, y Mbappé, un periodista preguntó por la posibilidad de que el equipo viajara de París a Nantes en tren de alta velocidad, ya que el trayecto no alcanza ni las dos horas. La pregunta, además, estaba relacionada con la invitación -adaptada a las necesidades específicas del asunto- a la plantilla para usar el ferrocarril del director de TGV, la empresa que gestiona la alta velocidad en el país galo. A Mbappé, nada más escuchar la pregunta le dio un ataque de risa porque la cosa le pareció muy graciosa y, por su parte, Galtier abundó en la comedia al responder que estaban estudiando desplazarse en carro a vela. La reacción arrogante de ambos ha sido afeada por la ministra de Deportes de Francia, y ha hecho correr ríos de tinta porque está involucrado el famoso Mbappé, no porque los aviones privados generen cincuenta veces más emisiones de carbono que los trenes.
Lo cierto es que el problema tampoco es que el astro francés tenga reacciones de cuñado ni que el entrenador desconozca lo que significa la prudencia; el problema no es quién hable, el problema, sin duda, es a quién escuchamos, a quién hemos decidido dar voz y relevancia social. El problema es que Mbappé sea el modelo a seguir para tantos y tantos jóvenes y que sus opiniones resuenen en medio mundo.
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