Auténtico jamón... polaco
Facua denuncia a una firma que etiqueta su producto como andaluz cuando los gorrinos son criados en Polonia. Es el último caso de picaresca sobre el más ibérico de nuestros manjares
Degustar un buen plato de jamón no es algo tan fácil como ir al súper y comprarlo o pedirlo en a barra de un bar. ... En los últimos tiempos, la picaresca ha convertido este placer en una yincana. Hay que leer bien la letra pequeña como si uno estuviera firmando una hipoteca más que comprando embutido.
Facua acaba de denunciar a una empresa por vender jamones polacos como si fueran granadinos. La historia tiene como protagonista a la distribuidora Comapa, una de las más grandes de España, proveedora de Carrefour y titular de la marca Jamones Sierra Alpujarra. En la etiqueta de su producto se puede leer lo siguiente: «Jamones Sierra Alpujarra. Granada. Jamón curado». Hasta ahí, nada que objetar, el problema viene, según la asociación de consumidores, de los cerdos, que son de fuera.
Al parecer, los gorrinos son criados y sacrificados en Polonia y luego esa carne sería curada en las instalaciones de la empresa granadina. Según Facua, esto puede llevar a error al consumidor al pensar que está comprando un producto enteramente hecho en Andalucía, algo que no es cierto. Y por ello, ha elevado su queja a la dirección General de Consumo de la Comunidad de Madrid. De este tema ya se empezó a hablar en abril cuando se quejaron desde la Asociación de Productores de La Alpujarra, que han tenido que defender sus productos con un nuevo sello de garantía
La denuncia de Facua tiene su base y está avalada por el reglamento europeo 1169/2011. En su artículo 26 se expone que «la indicación del país de origen o el lugar de procedencia será obligatoria cuando su omisión pudiera inducir a error al consumidor en cuanto al país de origen o el lugar de procedencia real del alimento, en particular si la información que acompaña al alimento o la etiqueta en su conjunto pudieran insinuar que el alimento tiene un país de origen o un lugar de procedencia diferente».
Jamón caducado
Hay que decir que en 2014 el Gobierno ya metió mano en el asunto para evitar todo tipo de fraudes con respecto al jamón, que se sucedían con bastante asiduidad. Para ello, dio luz verde a un Real Decreto en el que se establece la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomos ibéricos, que era donde más problemas había. ¿La razón? Que en algunos casos, se hacía pasar por ibérico lo que no era... y lo que es peor, se hacía pagar por tal.
Pese a los esfuerzos del entonces Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, los engaños no han desaparecido totalmente y algunos han alcanzado dimensiones de organización criminal. El año pasado la Guardia Civil denunció una estafa en la que, presuntamente, se distribuían jamones ibéricos sin control de calidad sanitaria. Hubo tres operaciones en las que colaboraron Policía Nacional e Instituto Armado y se decomisaron centenares de productos que, al parecer, estaban caducados. Es decir, su fecha de consumo preferente había expirado pero se había puesto a la venta de nuevo. Para ello, se habrían falsificado las etiquetas, que deben incluir todos los datos que permitan la trazabilidad de la carne.
A raíz de la alerta sanitaria que lanzó la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición por este motivo, Carrefour retiró de sus estanterías cientos de jamones de la marca Oro de la Ermita. Al mismo tiempo, el proveedor de la firma francesa, Comapa, aseguró que los problemas tenían que ver con una falsificación de la marca, algo por lo que se personó como acusación en la causa que investiga en Valencia todo este asunto tan turbio. En Extremadura también se abrió otra causa por el asunto de los jamones caducados, cuya investigación se abrió a todo el territorio nacional.
De pata negra
Unos meses después, en noviembre, se desarticuló otra banda criminal que distribuía paletas de cerdo ibérico falsas mediante la manipulación de los precintos que establece la normativa sobre los productos ibéricos. Se detuvo a seis personas. Y el operativo recibió el nombre de Chacina. Los agentes interceptaron 4.233 paletas, algunas de ellas ya dispuestas para la venta en superficies comerciales de nueve provincias. La investigación había arrancado ocho meses antes en un establecimiento de Alcobendas.
Más recientemente, la Junta de Castilla y León ha abierto un expediente sancionador a otra empresa, en este caso Cien por Cien Pata Negra S.L. por el etiquetado de sus jamones. Según entiende el organismo, inducen a creer que el producto es «pata negra» sin cumplir las exigencias necesarias.
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