«Atendemos a centenares de mujeres. La prostitución es un pozo sin fondo»

Aunque la ONG nació en 2009, en Euskadi comenzó a funcionar a raíz de la pandemia, en 2020, donde cuenta con dos trabajadoras, Margarita y una asistenta social. La organización tiene su sede en Bilbao, pero su dirección no se puede revelar por motivos de seguridad. En este tiempo, han atendido a «centenares de mujeres», sólo en Euskadi. «La prostitución es un pozo sin fondo. La problemática es muy seria. Si hay mucha demanda, hay oferta», aclara.

Según Díaz, España es el tercer país del mundo con mayor consumo de prostitución después de Tailandia y Puerto Rico. «Y el primero de Europa», lamenta. «Nos llaman muchísimo. El boca a boca es la mejor publicidad. Tratamos de darles un seguimiento externo».

«Nuestra misión es rescatar y restaurar. Atendemos a mujeres prostituidas en pisos y clubes. Les ofrecemos los recursos que tenemos respetando siempre su decisión. Cuando quieren, les damos la oportunidad de dejar la prostitución y les ofrecemos una atención integral, psicológica, educativa y formativa». En los casos culminados con éxito, acaban convertidas en «autónomas, empoderadas e integradas en sus trabajos».

«Lo primero que se hace es sacarlas de ese entorno. Se convierten en testigos protegidos y ahí empieza el trabajo. Cuando se logra la denuncia de su experiencia vivida, interviene ya un cuerpo de seguridad, Ertzaintza, Guardia Civil o Policía Nacional».

El perfil es el de una mujer inmigrante, procedente de Colombia, Paraguay, Brasil, África o Europa del Este. Cuando no conocen el idioma, aumenta su vulnerabilidad. «Tienen mucho miedo. Es el factor más determinante, la desconfianza. El engaño lo han vivido siempre y el miedo les gobierna».

Fiet Gratia propugna la abolición de la prostitución. Después de hablar con innumerables víctimas de explotación sexual, subrayan que «la mayoría no quiere prostituirse. Son víctimas de la pobreza y las injusticias sociales. Vienen de países muy desfavorecidos, con grandes desigualdades y nulas oportunidades. Es el caldo de cultivo perfecto para los tratantes». «La mayoría son anónimas. Ni siquiera tienen asistencia sanitaria. Hay lugares donde les cobran por empadronarlas. Si no tienes padrón, no eres nadie», esgrime.

La prostitución está íntimamente ligada al consumo de «alcohol y drogas». La red de trata de Zorroza obligaba a las chicas a consumir cocaína si lo demandaba el cliente. «Cuando les preguntas por qué se drogan si saben que es malo para la salud, siempre contestan lo mismo: '¿Crees que hay otra manera de calmar este dolor?' Lo hacen para evadirse», confiesa.

Margarita Díaz rechaza el término «clientes». «Las mujeres no son una mercancía ni el sexo se compra. Es una expresión que se utiliza porque suena fino», argumenta la experta. Reclama una «mayor conciencia social» y apela a los hombres que recurren a estos servicios sexuales a «que se pregunten cuando van a un piso o a un club cómo llegó esa mujer ahí».

Tambien advierte de la importancia de la prevención. El consumo de pornografía, cuyo inicio sitúa «en el rango de edad de 10 a 12 años», es un «distorsionador» de la realidad y convierte a los chavales en «potenciales consumidores de la prostitución». «Hay un problema social y es responsabilidad de todos», advierte la especialista.