Los aspirantes volverán a dormir en Arkaute
Los que superen las pruebas físicas y las entrevistas entrarán en la academia a principios de 2026
Además de ser la primera OPE en la que se produce un suspenso masivo en la fase inicial, esta sexta oferta de empleo conjunta llega ... con dos novedades importantes. Para empezar, se recupera el régimen de internado para los aspirantes. Los que superen las pruebas convivirán ocho meses en Arkaute, cuyas instalaciones serán reformadas para poder acoger a más de 700 alumnos. La última promoción que pernoctó allí fue la 27, que terminó el curso en el año 2019. Según esta previsión, la formación en Arkaute comenzará a principios de 2026 y el periodo de prácticas arrancará a finales del próximo año.
El curso será algo más corto, pero más intenso: las clases serán de mañana y tarde. Según las fuentes consultadas por este diario, uno de los principales motivos que han llevado a tomar esta decisión es que la convivencia potencia los lazos entre los aspirantes y, además, permite tener más herramientas de cara a la selección final. Entre otras cosas, permite identificar más rasgos de las personas (sobre todo su capacidad de trabajar y convivir en equipo) que las jornadas de formación de 8 horas en las que los alumnos se marchan a sus casas a dormir. Según el Departamento de Seguridad, el internado sirve para «fomentar la cohesión, el conocimiento y la colaboración entre ertzainas y policías locales». Otra novedad importante será que, por primera vez, todos los aspirantes podrán elegir entre euskera y castellano a la hora de realizar las pruebas de selección.
Convocatoria conjunta
La sexta OPE conjunta de Ertzaintza y Policías locales ha sido convocada en un momento en el que muchos municipios gobernados por EH Bildu prefieren organizar sus propias OPEs en medio del conflicto político por los «modelos policiales». En esta ocasión, han sido cuatro de 22 los consistorios gobernados por la izquierda abertzale (con 7 de 177 plazas) que se han unido a esta convocatoria. Los responsables del Gobierno vasco y de los municipios regidos por PNV y PSE insisten en las bondades de este sistema, que empezó a desarrollarse en 2012. Apuntan a que no responde sólo a cuestiones de «eficiencia» de recursos y de unificación de criterios y formación.
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