Albares propondrá una oficialidad parcial del euskera para lograr el aval de la UE
La iniciativa, que entraría en vigor en 2027, será debatida el martes por los Veintisiete, pero requiere unanimidad y varios países son reacios
La reunión que celebrará el martes el Consejo de Asuntos Generales de la UE será decisiva para que el Gobierno de Pedro Sánchez pueda cumplir ... su compromiso de impulsar la oficialidad del euskera, el catalán y el gallego en las instituciones comunitarias, una exigencia de sus socios nacionalistas e independentistas. Hace un año los Ventisiete ya abordaron esta cuestión en un punto en el que sólo intervino España y que quedó despachado en diez minutos. Pero esta vez el asunto no llegará como propuesta de «debate» sino de «adopción», lo que abre la puerta a una decisión.
El Ejecutivo asume la dificultad de lograr fumata blanca ya que exige la unanimidad de los países y algunos como Suecia, Finlandia o Lituania ya han mostrado reticencias. Para tratar de convencerles, presentará un plan menos ambicioso. Se trataría de que los tres idiomas tengan una oficialidad parcial a partir de 2027, de manera que desde ese año únicamente se traducirían de toda la legislación comunitaria los reglamentos del Consejo y del Parlamento Europeo, lo que en la última legislatura supuso apenas el 2,6% de todos los actos jurídicos.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, está intensificando los contactos de cara a una cita que tiene gran relevancia en el futuro de la legislatura nacional. La oficialidad de las lenguas cooficiales es una exigencia de aliados de Sánchez como PNV y Junts. El presidente de los jeltzales, Aitor Esteban, se reunió hace un mes con el propio jefe de la diplomacia española para abordar los avances en el proceso.
Los independentistas catalanes, por su parte, también siguen de cerca el asunto. Semanas atrás, Jordi Turull se mostró optimista de cara a la reunión de este próximo martes. Habló de que la reivindicación catalana se encontraba en su «tramo final». En estos momentos, la dirección posconvergente trata de no hacer diagnósticos y se muestra más bien «expectante» ante la resolución de una reclamación que lleva meses marcando las relaciones con los socialistas. Carles Puigdemont ha valorado públicamente estos últimos meses la labor desplegada por Albares, aunque ha insistido en pedir la implicación de Sánchez en primera persona para desencallar el asunto al máximo nivel.
La iniciativa cuenta con el rechazo frontal del PP, que incluso ha contactado con sus socios europeos para conseguir que algún país la vete. Ayer la vicesecretaria Ester Muñoz arremetió contra Sánchez por tratar de «trasladar» a la arena europea «sus problemas nacionales y los chantajes a los que le someten los separatistas».
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