El denunciante de la agresión homófoba en Madrid confiesa que las lesiones fueron consentidas
El joven, de 20 años y que se dedica a la prostitución, había denunciado que varios encapuchados le había asaltado
Melchor Sáiz-Pardo
Miércoles, 8 de septiembre 2021
No hubo agresión homófoba en Malasaña el pasado domingo. El joven de 20 años que aseguró que varios encapuchados le habían asaltado en el centro de Madrid para grabarle en las nalgas con un cuchillo la palabra «maricón» se desdijo a primera tarde de este miércoles ante la policía. Según han revelado a este periódico fuentes de la investigación, el individuo, que se dedica a la prostitución masculina, ha confesado ante los agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Centro que las heridas fueron consentidas durante una práctica de carácter sexual.
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El denunciante acabó derrumbándose ante los funcionarios que este miércoles, por tercera vez, le citaron para tomarle declaración ante las abundantes contradicciones de su versión. Los agentes ya estaban convencidos de que todo era una invención después de comprobar que en la multitud de cámaras de seguridad y tráfico existentes en el barrio no había ni rastro de los ocho encapuchados que, según el joven, le asaltaron a la puerta de su domicilio. Ni rastro de los agresores a pesar de que la zona, muy cercana a la conocida Plaza del 2 de Mayo y al ser de tráfico restringido, tiene activos hasta siete dispositivos de captación de imágenes del Ayuntamiento de Madrid.
Acusado de simulación
El joven, que se enfrenta ahora a una acusación de simulación de delito, había dicho a los agentes que no tenía problemas serios con nadie y que no conocía a sus atacantes. Los asaltantes -afirmó- se lanzaron sobre él cuando abría el portal de su casa, llevaban sudaderas con capuchas negras y mascarillas o pasamontañas que dificultaban mucho su identificación, tal y como constaba en la falsa denuncia. Un documento en el que la única verdad es que efectivamente le fue grabada la palabra maricón junto a una cruz invertida, según han explicado responsables del operativo.
Las dudas de los funcionarios arreciaron el martes, cuando acabaron de repasar todas las grabaciones de las cámaras disponibles en Malasaña desde horas antes de las 17.15 horas (momento en que el denunciante situaba la falsa agresión) y la noche. Tampoco ningún testigo vio a la 'banda' pese a que eran cientos las personas que a esas horas de la tarde de un soleado domingo inundaban las terrazas de este popular y céntrico barrio madrileño.
Tampoco ningún vecino del inmueble, pese a que eran numerosas las personas que entraron y salieron a esas horas, había visto a ninguno de los supuestos encapuchados. Y eso que, según el denunciante, le estaban esperando dentro del portal para, tras gritarle «maricón», «comemierda» y «asqueroso», grabarle en el glúteo el conocido insulto y cortarle con una navaja el labio inferior.
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Reticente a denunciar
También rechinó desde el principio a los agentes el hecho de que el joven, que dijo no poder siquiera identificar el acento de los asaltantes, no pidiera ayuda a sus vecinos ni llamara a la Policía o al Samur inmediatamente tras la agresión. El 'agredido' no se personó hasta las 22:30 horas en la comisaría de la calle Leganitos. Y lo hizo «forzado» por su pareja y un compañero de piso, explicaron fuentes de la investigación, que revelaron que en un principio el hombre se negó a formular denuncia, algo que hizo anidar las dudas entre los operativos desde el comienzo mismo de este caso.
Los responsables de la Brigada de Información, desde el inicio, expresaron abiertamente sus dudas a sus superiores sobre la agresión por otro motivo. Y es que el denunciante no pudo aportar la ropa que vestía en el momento de la supuesta agresión para tratar de recuperar ADN de los agresores porque dijo que la había lavado de inmediato.
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Aunque los funcionarios desde el inicio mostraron sus prevenciones, sobre todo porque no había constancia de la existencia de una banda organizada de estas características ni antecedentes de un ataque homófobo similar a plena luz del día en Madrid, este caso desde el inicio desató una avalancha de reacciones. Entre las primeras, la del propio Pedro Sánchez que condenó vía Twitter el «ataque homófobo» y convocó de urgencia este viernes a la Comisión contra los delitos de odio.
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