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¿Se ablandará el corazón de Trump?

Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Sábado, 15 de diciembre 2018, 22:11

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Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Carlos Garcia Rawlins - REUTERS
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Carlos Garcia Rawlins - REUTERS
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

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Carlos Garcia Rawlins - REUTERS
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Carlos Garcia Rawlins - REUTERS
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Carlos Garcia Rawlins - REUTERS
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Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Carlos Garcia Rawlins - REUTERS
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

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Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

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Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

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Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

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Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»
Erly Marcial, una joven hondureña de 21 años, se unió a la caravana de emigrantes con destino a los Estados Unidos junto a su familia a pesar de que estaba en el octavo mes de embarazo. En el camino dio a luz a un bebé que nació sano, y ahora, a la puerta de los Estados Unidos, atrapada con los suyos en Tijuana, aguarda el milagro de conseguir que se ablande el corazón de Trump: «Tiene un corazón de carne y hueso, no de piedra...»

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