400 detenidos por pillajes y vigilantes privados en municipios de la 'zona cero'

Entre los últimos detenidos se encuentran dos individuos que robaron 16 baterías de iones de litio para el almacenamiento de energía solar. La Guardia Civil arrestó a los ladrones en la madrugada de ayer tras identificarlos cuando transportaban los acumuladores en un camión. Los dos hombres detenidos, junto con las baterías y el camión, fueron trasladados al cuartel de la Guardia Civil de Alfafar.

Entre los ayuntamientos que han contratado vigilantes para reforzar la seguridad se encuentra Paiporta. Una veintena de trabajadores de la empresa Med Seguridad realizan rondas para prevenir robos en diferentes lugares del municipio.

Los servicios que prestan los vigilantes son de carácter preventivo y efecto disuasorio, entre las ocho de la noche y las diez de la mañana, y se encuentran también a disposición del puesto de mando avanzado, el órgano de coordinación de carácter técnico situado en Paiporta.

Desde el 30 de octubre hasta el día de ayer, más de 50 vigilantes han reforzado la seguridad en comercios, polígonos industriales y otros lugares de la zona cero. Además, la Unidad Central de Seguridad Privada de la Policía Nacional ha priorizado la tramitación de las solicitudes para disponer de más vigilantes en las poblaciones afectadas por la dana.

Además de prevenir robos, la seguridad privada también fue clave evitar lo que podría haber sido una tragedia en el centro comercial Bonaire en Aldaia. La noche del fatídico 29 de octubre, el equipo de vigilantes desalojó el garaje en solo siete minutos, según informaron fuentes policiales. La rápida intervención del personal de seguridad posibilitó que las personas que se encontraban en el aparcamiento subterráneo pudieran ponerse a salvo poco antes de la gran avenida de agua.

Cinco de los individuos detenidos por la Policía Nacional robaron joyas por valor de 30.000 euros en un establecimiento del centro comercial Bonaire. Aunque el número de detenidos por saqueos aumenta cada noche, los actos de pillaje han descendido. Los primeros días fueron los peores. Había más barriadas a oscuras y menos policías y guardias civiles en las calles embarradas.

Horas después de la catástrofe, grupos de individuos irrumpieron en tiendas de Bonaire para robar artículos en los establecimientos inundados. También saquearon supermercados, farmacias y hasta joyerías en Paiporta, Sedaví, Albal, Torrent y otras poblaciones. Algunos de los ladrones llevaban palos y amenazaron a los vecinos y vigilantes que los increparon.

Tras la oleada de robos, la Fiscalía de Valencia pidió prisión preventiva para un gran número de los ladrones detenidos por la gravedad y sumo desprecio de sus acciones. Según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, el delito de robo con fuerza en un establecimiento público se considera agravado cuando la persona que lo comete se aprovecha de un accidente o de la «existencia de un riesgo o peligro general para la comunidad».