150.000 euros al año, casa gratis y manutención por trabajar en un programa de investigación muy sacrificado
La posibilidad de acceder a esta 'ganga' es real y hay 150 puestos libres
¿Quién no sueña con un sueldo de 150.000 euros, con la posibilidad de sumar otros 60.000 en bonificaciones, y con el alojamiento y la manutención pagados? La posibilidad de acceder a esta ganga es real y hay 150 puestos libres. Eso sí, están en un lugar un tanto apartado. Una pista: esta jugosa oferta laboral ha sido lanzada por Programa Antártico de Australia (AAP). Así que entre los requisitos está el soportar el frío extremo (hasta 54 bajo cero) y largas temporadas de aislamiento.
La campaña de contratación puesta en marcha por el organismo busca jefes de estación, médicos, electricistas, carpinteros, cocineros o técnicos de tecnología. Hay un requisito indispensable que todos deben cumplir: contribuir al mantenimiento general de la comunidad, ya que el lugar en el que van a trabajar dispone de unos recursos limitados y el entorno ofrece constantes desafíos. Se da por descontado que los aspirantes deben saber trabajar en equipo y ser solidarios. «Los candidatos que no puedan trabajar en equipo o adaptarse a la vida comunitaria no serán aptos para este puesto», subraya Maree Riley, responsable de contratación del AAP.
El equipo seleccionado desempeñará sus distintas labores en la isla de Macquarie, donde se ubica una estación de investigación científica que proporciona información meteorológica, marina y espacial esencial para Australia. Este centro de investigación alberga durante el verano a unas 100 personas, pero en invierno se reduce a tan solo 15 valientes. Durante los meses más fríos, las temperaturas caen en picado, las tormentas de nieve son frecuentes y el aislamiento es inevitable.
Unas duras condiciones que hacen indispensable un proceso de selección exhaustivo, muy exigente que puede llegar a prolongarse hasta ocho meses. La criba incluye pruebas psicológicas y médicas diseñadas para garantizar que los candidatos estén a la altura.
El lado bueno, a parte de las condiciones económicas, lo conforman paisajes inigualables, una fauna única, que incluye colonias de focas y pingüinos, y un abanico de actividades de ocio que en los meses más cálido incluye senderismo, escalada o ciclismo sobre hielo. Hay que añadir que una gama de ocio que incluye cine, gimnasios, mesas de billar y divertidos eventos temáticos como la noche del asesinato misterioso o maratones de series. En definitiva, un empleo muy bien pagado con sus pros y sus contras, como cualquier otro pero en un entorno privilegiado al que pocos humanos tienen acceso.