Con las mismas ganas
el mirador... doméstico ·
En las mesas de varios ilustres alaveses no van a faltar caracoles, perretxikos y buenos vinos. Este año cantarán desde casaJoseba Fiestras
Martes, 28 de abril 2020, 01:10
La pregonera de las fiestas de San Prudencio y Estíbaliz está acostumbrada a la ficción. Maite Ruiz de Austri es directora de películas de animación, pero seguro que en ninguna de sus historias imaginó que iba a celebrar así la festividad del patrón de Álava. El año que viene podrá resarcirse y pronunciar entonces su pregón como es debido. Esta vez, la cineasta festejará la jornada brindando en su casa porque el año próximo «podamos hacerlo rodeados de amigos en las campas de Armentia», cuenta. Durante este tiempo ha trabajado desde su hogar y descubierto el cómic 'Blacksad', de Díaz Canales, «y he releído 'El arte de volar' de Antonio Altarriba, que es maravilloso», apunta.
Los chefs no suelen gozar de mucho tiempo para estar en familia. Así, Senén González aprovecha este paréntesis para seguir disfrutando de los fogones, pero esta vez en compañía de su hija. El cocinero planea dar un paseo con la pequeña y hacer una videoconferencia con sus padres para luego honrar al patrón con unos perretxikos y una buena chuleta.
Rafael Fernández de Carranza, de la Sociedad Landázuri, prefiere los caracoles. El abogado degustará unos moluscos «acompañados con un buen vino para distinguirlo del resto de la semana que teletrabajamos», comenta. Este periodo le ha servido para recuperar su afición por la fotografía.
El que disfruta entre pucheros es Fernando Aránguiz. El de Boilur lleva desde el 12 de marzo sin salir de su hogar junto a su mujer, Mari Paz Merchán, y la cocina ocupa gran parte de su tiempo. «Pero sobre todo dedico un par de horas a andar por casa, lo que supone entre siete y ocho kilómetros al día, mucho más que antes», informa.
La diseñadora y escritora Lorena Madariaga va a pasar San Prudencio junto a su madre y su hija, con las que está confinada. «Haremos una buena comida, nos fabricaremos gorros de cocineras y, después del postre, tocaremos la tamborrada aporreando el tambor y todo lo que tengamos a mano», advierte. El tiempo retenida le ha servido para maquetar un par de libros propios que lanzará próximamente, «uno infantil y una novela de suspense», informa.
El psicólogo clínico y tenista Federico Verástegui tiene claro que en su mesa brillará el txakoli. El amante de la historia tiene un pequeño viñedo en el que cultiva su propio vino al que ha llamado Txikubin. Y estos días los dedica a «leer cosas pendientes como 'Historia de una conspiración romántica', un librito de José María Areilza, y escribir un artículo sobre el Sitio de Bilbao de 1874, para Territorios de EL CORREO», explica.