El estruendo sale por la ventana
lA TAMBORRADA ·
Las sociedades gastronómicas se asoman al balcón de EL CORREO para interpretar la marcha vitorianaSara López de Pariza, José Ángel Martínez Viguri y Judith Romero
Martes, 27 de abril 2021, 00:35
Por segundo año consecutivo, los balcones serán protagonistas la noche del 27 de abril. A falta de la tradicional Tamborrada en la plaza de La ... Provincia, EL CORREO ha reunido a miembros de las sociedades participantes para que hagan sonar el tambor desde sus ventanas.
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Asier y Eriz Fonseca | Casino Artista Vitoriano
«Si en 2022 podemos celebrarlo, lo haremos con más ganas»
«Este año no vamos a celebrar San Prudencio, no tenemos la posibilidad de hacerlo con la sociedad cerrada. Tampoco podremos ir a casas o cenar o comer en familia. Saldremos al balcón a hacer un poco el paripé y eso sí, comeremos unos caracoles y perretxicos en casa como manda la tradición. Llevaré 20 años saliendo en la tamborrada, para mí significa diversión, reencontrarte con los amigos que no ves durante el año. Mi familia ha salido desde siempre, mis tíos y mi padre, y ahora mi hermano y yo salimos con el Casino. Si en 2022 podemos celebrar San Prudencio lo haremos con más ganas que nunca», nos cuenta Asier Fonseca.
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Fran Martínez de San Vicente y Kike Herrera | Amairu Bat
«Ahora es cuando nos damos cuenta de todo lo que teníamos»
Kike Herrera asegura que «este día significa mucho para mí. Ahora nos damos cuenta de todo lo que teníamos. San Prudencio es una fiesta muy nuestra, de los alaveses y los vitorianos, pero también es la previa, los platos del concurso gastronómico, Estíbaliz… y toda esa parafernalia que antes hacíamos de forma casi sistemática. Ahora la echas muchísimo de menos. Este año prepararé unos caracoles y celebraré este día en casa con mi mujer y mis hijos. Es lo que nos toca, pero brindaremos, nos acordaremos de todo y desearemos que el año que viene todo pueda volver a ser como era antes. Tenemos ganas de volver a las sociedades porque será síntoma de que la situación mejora.
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Toño Martínez, Ángel San Vicente, Juan San Juan y Marino Calvo | Mendiolakoak
«Tocaré desde el séptimo, pero echo de menos los ensayos»
Ángel San Vicente asegura que «para quienes somos de sociedades gastronómicas San Prudencio es lo más, la única fiesta que celebramos en todo el año. Nos gusta concursar y ganar premios, es un aliciente para nosotros. Este año lo celebraremos en casa por segunda vez porque las sociedades siguen cerradas a cal y canto. Hemos hecho alguna reunión de cuatro personas. Pero ni tomar ni una copa, ni comer ni nada. Las cámaras están desconectadas y todo cerrado. Tocaré la retreta desde casa, desde el séptimo, pero echo de menos ir a ensayar. Siempre éramos los mismos y vivimos todo esto con pena».
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Leire Betolaza | Tambor mayor
«No perdamos la esperanza. Ya se ve la luz y vendrán años mejores»
Leire Betolaza aún no se ha podido estrenar como directora de la tamborrada de Vitoria, desempeño para el que fue elegida en sustitución de José Mari Bastida, 'Txapi', con el propósito de haber salido por primera vez en el desfile de 2020. A la primera mujer que toma la makila de la marcha de la noche de San Prudencio se lo ha impedido la pandemia, aunque en este caso, al segundo intento, se quitará, como ella dice, «una pequeña espinita». Dirigirá a una treintena de miembros que las sociedades populares de Álava han escogido para representar una interpretación menor televisada en el Iradier Arena.
Lo hará ya con su traje confeccionado a medida, recién acabado; un «sombrero estupendo», sonríe, y el bastón prestado por Txapi, pues el suyo aún no está tallado en la madera. Tiene ganas de arrancar, cuenta la profesora de música y cantante, aunque también le apena el momento sanitario. «Siento responsabilidad. Va a ser una puesta escena sin ensayos previos, pero lo espero con mucha ilusión. Lo tengo todo cuadrado».
Es una mujer valiente y optimista, que mira al virus de cara. «Ya se ve la luz y vendrán años mejores, seguro. El próximo lo celebraremos por dos. No podemos perder la esperanza y hay que disfrutar del patrón en casa, con los nuestros, en la medida de lo posible y con cuidado. Todos tenemos muchas ganas de volver a juntarnos en las sociedades. Llegará. Antes queda recordar a los fallecidos por el coronavirus, a sus familiares, a los enfermos; animar y agradecer a los sanitarios su esfuerzo y dedicación», confiesa el tambor mayor.
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Clara García y Vicente Herrero | Gardel Enea
«Ojalá en 2022 podamos celebrarlo en Benidorm, allí lo pasamos genial»
Vicente Herrero y Clara García volverán a salir por segundo año consecutivo al balcón con sus trajes y tambores. Este 2021 tampoco han podido viajar a Benidorm, donde habitualmente organizan una Tamborrada alternativa. «Ponemos carteles, celebramos misa y lo pasamos genial, la gente alucina. Solemos hacer una kalejira por la playa hasta el batzoki». Allí se sientan a la mesa, aunque los caracoles y los perretxikos no llegan hasta el Levante. «Los sustituimos por caraquillas y revuelto de champiñones y setas», confiesa Vicente, socio de Gardel Enea desde los años 70. No es lo mismo, pero es una manera de lo más original de celebrar San Prudencio lejos de Álava. El matrimonio espera recuperar esta tradición lo antes posible. ¡Ojalá la pandemia lo permita!
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Itziar Basterra, Patxi López de Ereña y Eduardo Basterra | Gasteiz Gain
«Al menos mi marido ya no está ingresado»
Itziar Basterra confiesa que «para mí San Prudencio es sinónimo de una reunión de amigos, de pasarlo bien. Además de tener la oportunidad de cantar para los demás, es un momento muy animado y bonito en el que lo sientes mucho. Mis padres eran alaveses y esto es la tradición, comer caracoles y reunirse con la familia. Mi marido y yo nos casamos hace dos años, el día de San Prudencio, en Labastida, para poder celebrarlo por todo lo alto. Pero en 2020 estuvo ingresado. Esta vez lo celebraremos juntos, con algo más de alegría pero todavía sin amigos. Saldremos a comer pero por la noche tocará recogerse. Estoy deseando salir a quemar tambores con las amigas el año que viene».
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José Manuel Justo | Danok Bat
«Vivirlo en casa es bonito, pero también un poco triste. Se te saltan las lágrimas»
«San Prudencio es una de las fiestas más ligadas a la tradición. Son muchos sentimientos. El año pasado fue difícil no poder salir. Se te saltaban las lágrimas. No sólo la noche del 27, es el propio día. Hablas de cómo te ha ido la vida durante el último año y compartes algo más. Es el ritual de ir al santo a comerte el talo, estar con otros amigos, los cocineros de Boilur. Tantas emociones para cualquier vitoriano que se precie, enlazarlo con la Virgen de Estíbaliz… Las cazuelas de caracoles, es todo una liturgia. Vivirlo en casa es bonito, pero también un poco triste. Cuando llega esta fecha se nos sale el alavesismo por las orejas».
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Familia Arberas-García | Zapardiel
«Montaremos la fiesta en casa para no olvidar la tradición y al patrón. La vida sigue»
En el domicilio de los Arberas-García, el vitorianismo se sirve a la mesa, se transporta a la sociedad Zapardiel, en la 'Herre', y se pasea por las calles, los pueblos y las ferias de Álava los días de fiesta y cuando no lo son. José Antonio Arberas y Txaro García forman un matrimonio que ejerce de lo que es y ese espíritu babazorro que profesan ambos lo han transmitido hasta calar en sus hijas veinteañeras Uxue y Garazi.
Los cuatro han salido en la tamborrada hasta que el SARS-Cov-2 la detuvo, la pareja con el delantal de cocinillas y las chavalas, minifalderas, de majorettes después de haberse estrenado de crías en la marcha infantil. «Parece que no es ni San Prudencio», relata la madre acerca de estas fechas. «Nos montaremos la fiesta en casa, con una comida típica, para mantener la tradición y honrar al patrón. Es otra forma. Todos estamos deseando celebrarlo con los amigos, en sociedad, abrazarte, lo que te gusta, pero que no puede ser. Aunque algo hay que hacer para que la vida siga, porque sigue», anima Txaro García.
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Javier Velasco | Kikilisalda
«El plan es cenar un revuelto, tomar unos vinos, ver la tele y a dormir. Nada que ver con lo de antes»
«Este es un día para agruparse con los amigos, ir a la sociedad, comer los platos de siempre, perretxicos, caracoles… preparar la cena, hablar de lo que ha pasado durante el año. Era una rutina que teníamos quienes nos gusta Vitoria a excepción del año pasado. La tamborrada es un puntito de golferío, tocar los tambores por la ciudad, tomarte unos gintonics en el Casco Viejo, ir disfrazados, volver a casa a altas horas… un poco de alegría. Este 2021 el plan es cenar un revueltito, tomar unos vinos, ver la tele y a dormir. Nada que ver con lo de antes. Llamar un poco la atención y hacer el ganso en las ventanas».
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Álvaro, Ander, Mikel y Soraya | Celedón
«Los txikis llevan días poniendo las canciones en la tele para tocar en casa»
«Este año es muy diferente al anterior, estamos todos con la mochila más cargada y sin tantas ganas de celebrar», confiesa Soraya Pereda. Desde que era solo una niña participa en la Tamborrada y de más mayor en el grupo de majorettes. Su marido Álvaro es socio de Celedón. «Solemos quedar todas las chicas para hacer el poteo y después cada una cena en la sociedad que le toca», cuenta ella. Este 2021, lo hará con la familia en casa. Los pequeños Ander y Mikel ya están preparados para la noche del 27. «Llevan días poniéndose las canciones en la tele para ensayar», cuenta la orgullosa ama.
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Jesús María Cossío | Su Ta Jai
«En el vecindario ya hemos hecho ensayos para volver a tocar en los balcones»
Jesús María Cossio lleva aproximadamente una década como miembro de la sociedad Su ta Jai y participando en la Tamborrada cada 27 de abril. «Este año será parecido al pasado, tocaremos en la ventana y poco más…¡qué vamos a hacer!», se lamenta. Vive en el parque de San Martín y su vecindario es de lo más animado, así que seguro que no será el único en salir al balcón. «Ya hemos hecho ensayos», asegura. Echará de menos, eso sí, la normalidad. «De joven no faltaba a las campas, ver los puestos, tomar algo… y luego retomamos la tradición con los hijos», narra.
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Joseba Carreras, Afrika López de Ipiña, Iñaki Villate y Ana Montoya | Kukubarre
«Por supuesto que lo celebraremos de alguna manera. Salud para todos»
Con el estandarte de la animosa sociedad recreativo-gastronómica, más la bandera de Álava que no falte, colgando del balcón de casa. Así se presentan para la foto, de lo más festivos, los de Kukubarre, un txoko que se incorporó a la tamborrada vitoriana cuando ya estaba en marcha y que no piensa salirse del desfile jamás, aunque el virus le haya puesto un obstáculo en el camino.Se esquivará.
Joseba Carreras y Afrika López de Ipiña son marido y mujer, lo mismo que Iñaki Villate y Ana Montoya. A los cuatro les une la escalera de la comunidad. Son vecinos bienavenidos. Unos viven en el segundo; los otros, en el sexto, aunque alejados por los escalones, unidos gracias a una amistad que empezó en el portal -o en el ascensor, hablando del tiempo- y ahora se extiende a la cocina. El primer matrimonio se llevó al segundo a comer y cenar al txoko con aire de caserio de Gazabilde. A Iñaki y Ana les gustaron tanto el ambiente y las viandas que aguardan a ser admitidos como socios de pleno derecho. Es cuestión de tiempo.
Una cosa llevó a la otra y los cuatro le dan a los barriletes y barriles siempre que el patrón llama a la fiesta, que ahora no es el caso por el virus asesino. «Resignación», resopla Joseba cuando se le pregunta por el segundo año sin fiestas de Álava. Lo que no quita, asegura, para que se las monten por su cuenta y con las debidas precauciones. «Por supuesto que lo celebraremos de alguna manera. Saldremos a tocar a la ventana y algo especial prepararemos de cena y comida. Y con salud», se despide hasta el año próximo. «A ver si ya sí es el bueno». Ojalá lo sea.
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Sofía, Gotzon y María García | Director de barriles
«Son las fechas que son y como vitoriano, pues qué vas a sentir»
Hasta que irrumpió 'el bicho', Gotzon García Briñas tenía a su cargo toda la tropa de soldados azules y a una marabunta de cocineros que no dejaban de golpear con saña los barriles cada noche del 27 de abril. Ahora, por culpa del coronavirus, 'solo' dirige a sus pequeñas María y Sofía, de cinco y cuatro años, respectivamente, que ni cortas ni perezosas se ponen el mandil y su gorrito de minichef, toman el barrilete y asomadas a la ventana de casa se dejan llevar por los compases del aita.
Gotzon, de la sociedad Aldapa, lleva como 35 años en la tamborrada vitoriana y va para 56 de edad, los veinte últimos al frente de los barriles, al lado de 'Txapi' hasta su retirada. El de 2021 también será para García Briñas un San Prudencio con «sentimientos encontrados». «Por un lado me apetece disfrutar de la fiesta y por otro tengo una pena muy grande. Un amigo muy cercano se ha pasado 26 días en la UCI y cuando ves algo así, tan mal y tan próximo, pues como que tampoco tienes ganas de gran cosa. Pero son las fechas que son y los vitorianos, ¡qué vamos a sentir...! Ojalá el año que viene sea el bueno», se despide Gotzon con la mejor de las intenciones
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Familia Ruiz-Montoya | Landatxo
«Todos tenemos que hacer un esfuerzo para que vuelva la normalidad»
En el hogar de Nagore Montoya y Antonio Ruiz, la tamborrada de Vitoria se hereda y se transmite de generación en generación. Como también formar parte de Landatxo, txoko ubicado en la 'almendra' medieval, otro de los pocos que siguen golpeando las baquetas desde aquella primera vez en 1975. «De toda la vida», asegura Nagore cuando se le pregunta por su relación y la de los suyos con las tradiciones vitorianas. El padre, los tíos, los primos... Ella, el marido, un hijo, el otro. «Los chavales empezaron en la txiki y ya se van incorporando a la de mayores», relata.
«Estas fechas las vivimos en familia, con mucha ilusión, pero ahora lo llevamos con pena. No se puede cenar en grupo ni salir. Aunque es entendible por cómo está la situación», sostiene la mujer. «Todos tenemos que hacer un esfuerzo, un último sacrificio, si queremos que la vida vuelva a la normalidad». Mientras, los caracoles, quizás un revuelto de perretxikos y seguro que la tarta San Prudencio se sentarán a la mesa con la familia Ruiz-Montoya como convidados alaveses.
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Ignacio Isasi-Isasmendi | Zaldiaran
«Siento impotencia y aunque lo celebre con alegría, será sin la compañía de la tamborrada»
La suya, Zaldiaran, es una de las cinco sociedades populares de Vitoria que siguen al pie del cañón como integrantes irreductibles de la tamborrada después de 46 años en las calles, aunque el pasado y este los bombos, tambores, barriles y demás se quedarán a resguardo en casa por la pandemia. A pesar de que el estandarte con una hermosa Z cosida en él es un clásico del desfile, Ignacio Isasi-Isasmendi se incorporó a él más bien tarde, de sexagenario. Lo hizo con su amigo 'Peapa'. «Hace como diez años hicieron una campaña para animar a gente y me apunté. Soy muy vitoriano», se reconoce.
Otro año que tendrá que quedarse en el domicilio con la mujer, «sin la compañía de la gente de las sociedades, de la tamborrada, que es lo que gusta estos días», se lamenta. «Es triste, te ves impotente porque tampoco puedes hacer nada por arreglar la situación, excepto cumplir con las normas sanitarias. Aunque lo celebraré lo más alegremente posible, con unos perretxikos para cenar». Y con una copa de vino también, aunque no lo diga, porque Ignacio tiene en su honor el haber ganado el campeonato de Álava de catadores hace años por estas fechas.
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Guadalupe Santano, Uxue e Ixona Irizar | Kakiturri
«Saldremos al balcón a cantar, deseando celebrarlo el año que viene al 100%»
Ixona Irizar tiene ya la vista puesta en 2022. «Ojalá podamos disfrutar estas fechas al 100%», anhela este miembro de la sociedad Kakiturri. Junto a su pareja Guadalupe y la pequeña Uxue la noche del 27 saldrán al balcón a cantar y a tocar el tambor. «El día de San Prudencio veremos si vamos a las campas, pero sin juntarnos con nadie». Sobre la mesa no faltará el revuelto de perretxikos, plato estrella de estas fechas.
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Beatriz Anaya | Bustinzuri-Gaztedi
«Al ir a por el tambor he visto la sociedad tan vacía...»
En Bustinzuri-Gaztedi se jugaba al rugby hasta que muchos de ellos decidieron abrir el abanico a la comida en sociedad y montar una para después del deporte. Como los años no pasan en balde, aquellos tipos amantes y amables del balón ovalado se han hecho mayores y muchos, padres también. Todos sus socios son varones, salvo una mujer, Beatriz Anaya, pareja de otro que se embarraba en el campo de Gamarra. A ella le pillaron allí, en la reunión constituyente de la sociedad, y como levantó la mano a modo de aprobación, pues toma, socia. La única.
En la tamborrada, Beatriz ha desfilado de cocinera, aunque una lesión le recetó dejarlo. El otro día, cuando volvió al local de Bustinzuri a recoger el barril, le invadió «la tristeza». «Hacía mucho tiempo que no iba, porque no se puede. Parece que la sociedad está como abandonada, vacía... Con la vidilla que tenía antes en las comidas, celebraciones... Se ha perdido todo esto, como la cena de San Prudencio en grupo. Parece que nos hemos acostumbrado a no vernos, a no hablar... Ni vemos las caras de la gente», se sincera Beatriz.
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Nerea de Miguel, Begoña Gómez, Begoña López de Heredia e Izaskun Belakortu
«Es un año de tristeza y más aún porque nos falta una esparta, nuestra Nieves»
Las mujeres son parte imprescindible ya e indisoluble también de la tamborrada de las sociedades populares de Vitoria. En sus inicios eran meras acompañantes, lucían los estandartes, ejercían de cantineras y poco más. No se concebía en un ambiente masculinizado que participaran en el desfile con sus instrumentos hasta que dos, Izaskun Belakortu –en la foto vestida de cantinera– y Begoña Gómez –de cocinera–, rompieron el techo de cristal o abrieron el camino, como se prefiera, para conquistar la igualdad en 2001, no sin polémica, todo hay que decirlo. Después de veinte años, son una más, de hecho, son muchas las féminas que salen en el desfile del santo patrón.
Begoña López de Heredia lo hace de aguadora, una figura sumada al acto hace unos pocos años, y Nerea de Miguel, la más joven de las cuatro, marca el paso elegante de las blancas majorettes. Pero este año faltará una, Nieves Gómez, hermana de Begoña, fallecida recientemente después de una larga enfermedad. Fue una de aquellas primeras mujeres, pionera y querida. «La echaremos mucho de menos», dicen. «Es otro año de tristeza. Sobre todo porque nos falta una espartana, Nieves», la recuerdan. Será así «un San Prudencio de recuerdos», añade Begoña. «De recordar qué estaríamos haciendo en cada momento de estos dos días cuando no había pandemia».
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Diego Gaite | Txoritokieta
«Replicaré la cena en casa con perretxicos, caracoles y bacalao»
«San Prudencio es el patrón de Álava y un día especial. Todos los años participo en el concurso gastronómico con mi compañero Sergio y salimos con todos los compañeros de la tamborrada con todo lo que conlleva. Cenar, tocar en la calle, pasar un buen rato… y ensayar durante el mes anterior. Este año replicaré la cena en casa con perretxicos, un revueltito, caracoles, y un buen bacalao. Lo mismo que en la sociedad. Ir de cocinero no es sólo un disfraz, cocino en casa y en la sociedad con mucho gusto. Recuerdo cuando ganamos el concurso con el plato principal. ¡Navajas de tierra! Un trampantojo hecho con manitas de cerdo»
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