

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El portavoz del Gobierno, Bingen Zupiria, ha anunciado ese martes que «el consejero Pedro Azpiazu explicará el viernes en el Parlamento vasco lo que dijo y lo que quiso decir» con sus polémicas declaraciones en que minimizó el impacto económico de la actividad terrorista de ETA. Fue el pasado viernes, durante un coloquio organizado por la Cámara de Comercio de Bilbao. «El terrorismo fue un auténtico drama humano, que yo también viví, pero estoy convencido de que no tuvo incidencia alguna en la economía vasca», expresó.
Zupiria admitió, a preguntas de los periodistas ha preferido no entrar en valoraciones «y que sea él mismo -por Azpiazu- quien lo explique» en el Parlamento. Ayer mismo, el PP vasco redobló la presión sobre el consejero de Economía y Hacienda y le pidió explicaciones con una iniciativa que se abordará en el pleno de control del viernes.
Las palabras de Azpiazu provocaron un seísmo político en Euskadi, hasta el punto de que el lehendakari se vio obligado a levantar un dique de contención el pasado domingo. Iñigo Urkullu pidió disculpas en nombre de todo el Gobierno vasco por una tesis que atribuyó a una simple «malinterpretación», pero que asumió que «haya podido inducir dolor». En todo caso, negó que la intención de su compañero de gabinete fuera «minimizar» los efectos del terrorismo, sino resaltar «la fortaleza de nuestra sociedad frente a ETA y, por ende, de todas las personas que han contribuido con su compromiso y esfuerzo al desarrollo económico y social de Euskadi».
El exdirectivo de BBVA Luis Ramón Arrieta -quien le hizo la pregunta a Azpiazu en el foro- señala en conversación con este periódico varios trabajos que dan cuenta del enorme impacto de ETA en la economía. Alude al informe del Colegio de Economistas que calculaba en 2021 que Euskadi, con la peor evolución de las comunidades autónomas, había perdido un 24% del PIB entre 1975 y 2020. Destaca que «no hay ningún caso en la UE ni en la OCDE donde una banda terrorista haya atacado durante tanto tiempo la economía de un país».
El propio Arrieta impulsó un estudio en el Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto en el que se entrevistó a más de 300 afectados por el terrorismo en el mundo económico. «La fuerte caída de la inversión durante décadas ha supuesto, en términos relativos, una pérdida de nuestro stock de capital del 43%, la mayor caída del Estado y de la UE», se recoge. También implicó la deslocalización de los centros de decisión de las grandes empresas y una continuada fuga de talento por la salida forzosa de unos 150.000 profesionales.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.