La vivienda es ya la primera preocupación en Euskadi y la inseguridad se dispara, según el Sociómetro
El estudio del Gobierno vasco refleja el mayor interés de los vascos por la política en los últimos treinta años
Lo adelantó hace dos semanas el Deustobarómetro y ahora lo ratifica el Sociómetro que elabora periódicamente el Gobierno vasco: la vivienda es ya la gran ... preocupación ciudadana de nuestros tiempos a cada vez más distancia del trabajo y de la sanidad, que se había disparado en todos los rankings desde la época de la pandemia. Se trata de la primera vez que este problema se sitúa a la cabeza en este estudio demoscópico desde hace 18 años; en concreto, desde 2007, en plena burbuja inmobiliaria y en los prolegómenos de una gran crisis financiera que tuvo efectos demoledores en prácticamente todos los ámbitos sociales.
El trabajo encargado por el Ejecutivo autonómico encuestó entre el 17 y 20 de junio a 3.030 ciudadanos vascos y les instó, entre otras cuestiones, a que citaran cuáles creen que son los tres principales problemas en Euskadi. Más de la mitad, el 51%, mencionó la vivienda, un dato que crece cuatro puntos porcentuales en los apenas cinco meses que han pasado desde el anterior estudio. Las dificultades para acceder a una casa o para emanciparse continúan haciendo mella en los indicadores, que se van acercando paulatinamente al pico registrado antes de la crisis, cuando el porcentaje alcanzó el 58%.

La vivienda da el 'sorpasso' a los problemas ligados al mercado de trabajo (42%), el asunto que más tiempo ha pasado históricamente a la cabeza de este tipo de encuestas y que ahora cae en siete puntos. En todo caso, sigue siendo, junto a los problemas económicos, el principal quebradero de cabeza de los encuestados cuando se les pregunta por su situación personal y no por la general. En la misma medida desciende el indicador relativo a la sanidad (28%), aunque también es cierto que sigue mostrando datos muy superiores a los que se recogían antes del covid y son incluso más altos que en plena emergencia sanitaria.
Fuera del podio, resulta llamativo comprobar cómo se dispara la preocupación por la delincuencia y la inseguridad ciudadana: se sitúa en la cuarta posición al crecer del 16% al 21% de enero a junio. Se trata de un porcentaje nunca antes registrado. Y es que, si bien cuatro de cada cinco vascos consideran que su localidad es un lugar seguro para vivir, el número de personas que piensan lo contrario se ha duplicado en el último año a la vista del incremento de los delitos, especialmente en las capitales. Son datos que contribuyen a explicar por qué el Gobierno vasco ha activado esta misma semana un foro específico de seguridad.
El Sociómetro también recoge otra preocupación al alza, la referida a la inmigración. Es la quinta en el ranking y alcanza el dato más alto de la serie histórica porque el 14% de los encuestados la mencionan entre las tres principales. Es una cuestión que en los últimos meses ha tenido un importante protagonismo en el debate político y que incluso ha generado una crisis en la coalición entre PNV y PSE-EE. Por detrás, según la encuesta, se sitúan los problemas económicos (12%), la situación política (9%), el funcionamiento de los servicios públicos (8%).
Precisamente a este respecto el estudio marca un punto de inflexión. La valoración de los servicios públicos crece por primera vez desde que comenzó la pandemia en 2020. El 76% de la ciudadanía los considera «muy buenos» o «bastante buenos», siete puntos porcentuales más que hace un año. Aun así, los resultados siguen siendo peores que antes del covid. En 2019, ese índice ascendía al 91% y por efecto de la crisis sanitaria llegó a caer hasta el 69%.
El rechazo a la independencia, en máximos
La encuesta también pregunta por cuestiones puramente políticas como la gestión del Gobierno vasco justo en el momento en que se cumple un año desde su constitución. Según los datos, hay tantos vascos (41%) que creen que ha sido «buena» o «muy buena» como que ha sido «regular», mientras que sólo un 14% la considera «mala» o «muy mala». Más de la mitad coinciden en que el Ejecutivo «sabe cómo resolver los problemas pero necesita más tiempo» y aprueban su actitud dialogante para llegar a acuerdos, su capacidad de gestión y su honestidad. Le suspenden, sin embargo, en su cercanía con los problemas y en su capacidad de autocrítica.
Aun así, el lehendakari, Imanol Pradales, es el político más valorado, con un 5,7 sobre 10. Es el que más mejora su nota (tres décimas desde el estudio de enero) y también es, de lejos, el más conocido, aunque con un 78% sigue estando por debajo del grado de conocimiento que suelen recabar los mandatarios. Entre el resto de líderes sólo aprueba Pello Otxandiano, de EH Bildu, con un 5,3. Quedan suspendidos, por tanto, Eneko Andueza (4,5), del PSE-EE; Jon Hernández (4,2), de Sumar; Amaia Martínez (2,8), de Vox; y Javier de Andrés (2,7), del PP. Ninguno de ellos supera el 50% de conocimiento entre los ciudadanos.
Uno de los datos más curiosos que deja el sondeo es que el interés de los vascos por la política es el mayor en los últimos treinta años. Así lo afirma el 42% de los encuestados, tres puntos más que en enero. Sin embargo, como suele pasar siempre, los desinteresados siguen siendo mayoría con un 58%. En cuanto a la actitud hacia la independencia de Euskadi, el rechazo continúa en máximos históricos con un 41%. Está de acuerdo un 21%, mientras que otro 32% dice que lo pensaría «según las circunstancias». En una escala del 0 al 10, siendo 0 «nada nacionalista» y 10 «muy nacionalista», la media se sitúa en un 5 exacto.
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