Sol, mar y verano
El ritmo de vacunación ha ajustado el ciclo de la naturaleza urbana al estío. Como siempre. Días largos, playas llenas, caravana de coches, helados de ... chocolate, cerveza helada, insolación. Y en vez de Tour de Francia, Eurocopa para intensificar la sensación de final de curso y de pandemia. La política ha desaparecido de las conversaciones, los problemas se han escondido un rato debajo de las alfombras, los andamios están repletos y la noche vuelve a sonar aunque los locales sigan cerrados.
Pero todavía no tenemos canción del verano. Acabará apareciendo, despacito. Isabel Ayuso quiere ser un bote de Colón y salir anunciada en televisión, aunque sea a costa de humillar a su compañero de sello discográfico, Pablo Casado. Samplea al Rey para intentar un rompepistas de coreografía zarzuelera. Desde la Factoría Redondo han lanzado a un nuevo Dúo Dinámico con Pedro, en el papel de gracioso y Joe, en el papel de serio. Por ahora no ha sido bien recibido por la crítica especializada. Conociendo los éxitos inesperados de este sello, habrá que esperar al final del verano para ver cómo ha ido la cosa.
Desde el sello discográfico institutional records, Arantxa Tapia ha lanzado con fuerza 'Verde que te quiero verde'. En un giro radical a su carrera ha elegido uno de los himnos de Manzanita para competir en un nuevo estilo con la fuerza que la caracteriza. Los arreglos han sido cosa de Hidrogenesse, adaptando un disfraz de tigre. Un valor seguro. Todos los veranos hay sorpresas y hay un lanzamiento que puede dar mucho que hablar y bailar. Arnaldo Otegi adaptará 'El madrileño' de C.Tangana. La mayoría de las radiofórmulas españolas apuestan por la continuidad de su éxito en la época estival, aunque hay dudas sobre su capacidad de penetrar en las pistas vascas.
Por último, dentro de la factoría mediterránea Damm están preparando el lanzamiento de Pere Aragonès robando a Sabina su 'Hombre del Traje Gris'. Intentan colocar contra la corriente de los últimos años, una canción de verano que no sea pegadiza, que no tenga ritmo, que no sea bailable, que no transmita emociones en una apuesta de máximo riesgo que puede salir bien o rematadamente mal. Las canciones del verano siempre son un enigma.
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