Urkullu trata de enfriar un posible adelanto electoral, al que el PSE está dispuesto
El lehendakari asegura que no prevé convocar elecciones «de momento» y Pastor sugiere un 'superdomingo' el 26 de mayo
La bola de nieve de un posible adelanto electoral ha crecido exponencialmente en Euskadi en apenas veinticuatro horas hasta provocar un pequeño terremoto político. Sus ... réplicas sacudi eron ayer al Gobierno vasco, que se vio forzado a pronunciarse tras dejar entrever Josu Erkoreka el miércoles la posibilidad de una convocatoria anticipada de las autonómicas si la pinza de la oposición persiste tras el ciclo electoral que concluye a finales de mayo. La caja de Pandora estaba ya abierta con todas las consecuencias. Pero lo que resultó chocante fue que mientras el lehendakari intentaba cerrarla y zanjar los «rumores» –así se refirió a la hipótesis echada a rodar por primera vez en público por su portavoz–, sus socios del PSE dieron pábulo a la idea «porque estamos preparados para lo que venga».
Más aún, los socialistas vascos, espoleados por sus buenas perspectivas electorales, «en una situación muy favorable y en condiciones de plantear la mejor oferta electoral en todos los ámbitos», pusieron sobre la mesa la posibilidad incluso de hacer coincidir las elecciones vascas con las municipales,forales y europeas en un 'superdomingo' el 26 de mayo. «No vamos a poner ningún obstáculo a un adelanto, sea en otoño, en el primer trimestre del año que viene o para el próximo 26 de mayo, que aún estamos a tiempo», apuntó el portavoz socialista, José Antonio Pastor, en declaraciones a ELCORREO. Ese último supuesto, que obligaría al lehendakari a disolver la Cámara antes del próximo martes –es decir en un lapso de apenas cinco días–, se antoja remoto, pero su simple mención por parte del socio minoritario del Gobierno es reveladora de que el debate está sobre la mesa y que se ha avivado en los últimos días.
El PSE abre el abanico también al próximo otoño y al primer trimestre de 2020
Dos son las razones fundamentales que han contibuido a engordarlo, además del desliz de Erkoreka, que, en una entrevista radiofónica, puso voz a un asunto espinoso que el entorno de Urkullu ya admitía en privado pero prefería mantener aparcado de momento. Por un lado, la evidencia de la precariedad numérica del Ejecutivo tras perder al PP como socio preferente, que se puso de manifiesto de forma descarnada con la forzosa dimisión del exconsejero de Salud Jon Darpón tras el escándalo de la OPE de Osakidetza. Por otro, la proliferación de encuestas que vaticinan un óptimo resultado electoral para el PNV pero también para el PSE gracias al 'efecto Sánchez', lo que les permitiría, en teoría, revalidar su coalición con mayoría absoluta y ya sin estrecheces para gobernar.
En ese clima, el lehendakari –que, como el PNV, prefiere esperar acontecimientos y ver si, de cara al otoño y a la próxima negociación presupuestaria, un hipotético mal resultado del PPle obliga a volver al redil de los acuerdos– trató ayer de enfriar la posibilidad de añadir al acelerado ciclo electoral unas autonómicas a corto plazo. En los pasillos del Parlamento, Urkullu aseguró que no prevé «de momento» convocar elecciones. Preguntado por las palabras de su portavoz, comparó la reacción a ellas con los «rumores» que se avivaron hace tres años y medio, un año antes de las autonómicas de septiembre de 2016.
Ortuzar dice ver al lehendakari «con fuerza, ideas e ilusión» para agotar la legislatura
«Tranquilidad absoluta»
El lehendakari insistió en que el Gobierno está ejerciendo «su labor» y cumpliendo «su programa», en un clima de «tranquilidad absoluta» y «sin problema alguno». No obstante, Urkullu tampoco quiso cerrar la puerta de forma rotunda a un posible adelanto, menos aún en un momento político tan plagado de incertidumbres como el actual , con unas elecciones generales en lontananza más abiertas que nunca.
En principio, su idea es no convocar comicios este año. El lehendakari admitió que su Gobierno está haciendo «reflexiones» sobre «el contexto político» en España y en Euskadi y sobre cómo podrían afectar las generales y las municipales «a la estabilidad y la gobernabilidad». A partir de ahí, admitió, el Gobierno analizará «con absoluta tranquilidad todas las circunstancias». En esa línea, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, dijo ver al lehendakari «con fuerza, ideas e ilusión» para agotar la legislatura, aunque insistió en que al PNV le toca «callar» y respetar su decisión. En todo caso, auguró que el «tridente» opositor, al que ve «débil», no va a salir «muy bien parado» del 28-A y del 26-M, lo que podría obligarles a «espabilar» y cambiar de estrategia.
Ya entrada la tarde, horas después de que la bola de nieve alcanzara su máxima velocidad, el PSE intentó parar el alud ante la palpable inquietud en el seno del Gobierno. Fuentes de la ejecutiva socialista matizaron que la posibilidad no se ha puesto internamente sobre la mesa y que, aunque el PSE se siente «preparado para cualquier contingencia», ahora mismo está centrado en «seguir adelante con la legislatura y los compromisos del programa de gobierno».
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