Urkullu pide no utilizar a 'Txiki' y Otaegi «para el enfrentamiento»
Recuerda que su Gobierno reconoció oficialmente como víctimas en 2012 a los dos miembros de ETA
El exlehendakari Iñigo Urkullu se sumó ayer al encendido debate abierto en Euskadi en torno a las figuras de 'Txiki' y Otaegi, los dos miembros ... de ETA que se convirtieron en septiembre de 1975 en los últimos fusilados del franquismo junto a tres miembros del FRAP. El anterior jefe del Ejecutivo vasco, bajo cuyo mandato se reconoció a ambos en 2012 como víctimas «de la violencia estatal ilícita» -según recordó-, pidió «respeto» para todos los damnificados, algo que, a su juicio, es «incompatible con su instrumentalización política para el enfrentamiento».
En declaraciones a Europa Press, Urkullu reclamó que las «intepretaciones» que puedan hacerse «desde distintos prismas» de la figura de Juan Paredes Manot, 'Txiki', y Ángel Otaegi se aborden «con el máximo rigor posible» porque afectan a una «cuestión muy sensible», con múltiples «aristas» todavía hoy día. El exlehendakari se refería así a la controversia sobre el papel de ETA en los estertores del franquismo que, con la memoria de 'Txiki' y Otaegi de fondo, ha enfrentado en los últimos días a Bildu y al PSE-EE.
La polémica tiene su origen el pasado 8 de agosto, cuando el barranco de Santa Bárbara de Zarautz apareció cubierto con una enorme lona con los rostros de los dos miembros de ETA, de cuya ejecución se cumplen ahora cincuenta años. Tras retirar la tela el Consistorio, gobernado por PNV y PSE, vecinos de la localidad volvieron a desplegarla en una céntrica plaza. Sortu, en un comunicado, censuró la postura del Ayuntamiento y su «falta de reconocimiento» a «dos luchadores vascos contra la dictadura franquista». La polémica subió de tono con la intervención del director de Gogora, el socialista Alberto Alonso, que negó que los militantes de ETA merecieran homenajes porque utilizaron «el terror» para combatir a Franco. El líder del PSE, Eneko Andueza, respaldó la posición de sus compañeros al frente del departamento de Derechos Humanos y Bildu exigió al PSE más «altura de miras».
Urkullu insistió en que, como víctimas «de vulneraciones de derechos humanos», 'Txiki' y Otaegi merecen «respeto». «Ese respeto implica, entre otras cosas, omitir valoraciones que afecten a su condición de víctima, la cuestionen o pongan en duda. De igual manera, el respeto que merece cada víctima, toda víctima, la apropiación partidaria de su memoria que se haga, sin entrar en consideraciones sobre la misma, no debería ser compatible con su instrumentalización política para el enfrentamiento», aseguró.
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