Urkullu se abre a reunirse con Puigdemont ante el malestar por su visita a Junqueras
El lehendakari, que espera cerrar la próxima semana su primer encuentro con Torra, debería viajar a Bélgica para verse con el expresident
Viernes, 31 de agosto 2018, 00:44
El lehendakari Iñigo Urkullu no quiere ahondar el abismo que le separa del soberanismo catalán que encarnan Carles Puigdemont y su hombre en la Generalitat, el president Quim Torra. Tras el malestar que causó en Junts per Catalunya -el grupo parlamentario emanado de la lista de Puigdemont- que el jefe del Ejecutivo de Vitoria visitara solo a Oriol Junqueras en la cárcel barcelonesa de Lledoners este verano y que sugiriera que el líder de ERC podría ser más útil en libertad para contribuir con su discurso posibilista a reconducir la crisis catalana, el lehendakari trata ahora de recomponer los puentes con el PDeCAT. Una formación heredera de la antigua Convergència y, por lo tanto, unida a su partido, el PNV, por lazos históricos de colaboración y amistad que se han ido deteriorando a la misma velocidad que se radicalizaba la posición de los neoconvergentes en el embrollo. Especialmente tras ser apartada su excoordinadora general, la moderada Marta Pascal, que mantenía una fluida comunicación con Sabin Etxea.
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En ese contexto, fuentes de Lehendakaritza confirmaron ayer que Urkullu estaría «dispuesto» a entrevistarse con el expresident Puigdemont, fugado de la Justicia española y residente en la localidad belga de Waterloo tras su breve paso por una cárcel alemana y la decisión de un tribunal de ese país de rechazar su extradición por un delito de sedición. El presidente vasco, insistieron estas fuentes, no tendría «problema» en citarse con Puigdemont «si así se lo solicita» ni en visitar a los dirigentes del PDeCAT presos junto a Junqueras en Lledoners -Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn- si igualmente reclaman su interlocución. No lo hicieron a mediados de agosto, cuando el lehendakari visitó al principal referente de ERC, pese a que el Govern estaba informado de la cita. En cualquier caso, el gesto de Urkullu con Junqueras, de gran calado político, no hizo sino confirmar su creciente sintonía con los dirigentes de ERC más volcados en reconducir la crisis mediante el diálogo y proclives a buscar un entendimiento con el Gobierno de Pedro Sánchez -como el actual vicepresidente, Pere Aragonès- y su distancia con Puigdemont. Una sima que se abrió sin remedio cuando el expresident rompió el compromiso que había alcanzado con el lehendakari para convocar elecciones en Cataluña y evitar así la aplicación del 155 y se lanzó en cambio a una declaración unilateral de independencia que exacerbó la tensión política.
Ahora, el expresident estaría interesado en verse con el lehendakari, según le trasladó Torra a Urkullu en la conversación telefónica que ambos mantuvieron el pasado miércoles, la primera desde que el 'delfín' de Puigdemont fue investido al frente de la Generalitat a mediados de mayo. El lehendakari le envió entonces un mensaje de felicitación que no obtuvo respuesta. Hasta el miércoles, un día después de que, en su intervención de arranque del curso político, el presidente vasco sugiriera que la libertad de Junqueras y otros líderes del soberanismo más moderado y pragmático ayudaría a la «distensión» en Cataluña, imprescindible, a juicio del lehendakari, para garantizar la «cohesión social» y la «convivencia» en puertas de otro 'otoño caliente' a orillas del Mediterráneo. La evidente cercanía de Urkullu con el exvicepresidente de la Generalitat irritó a Junts per Catalunya, que expresó su «sorpresa y malestar» por unas declaraciones que, lamentaron, solo daban bazas «al Estado» en su afán de «dividir y debilitar» al independentismo catalán. Tanto que el president descolgó el teléfono para pedir «aclaraciones» a Ajuria Enea.
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«Interpretaciones»
No obstante, la sangre no llegó al río y Torra y Urkullu se emplazaron a una próxima cita -será la primera vez que se vean las caras- para limar asperezas. No está claro si a ese encuentro se sumaría Puigdemont o si el lehendakari le visitaría en solitario si finalmente esa cita se concreta, pero de lo que no hay duda es de que si Urkullu quiere entrevistarse con el expresident deberá desplazarse fuera de España, muy probablemente al refugio en Bélgica del líder soberanista. Un paso que, a buen seguro, disgustaría a sus socios del PSE y a parte de los votantes jeltzales, aunque contentaría al sector más soberanista de la militancia, que ya ha expresado su disgusto en canales internos por el escaso arrope del partido a la causa catalana. Lehendakaritza insiste en que, al margen de las «interpretaciones» que hayan podido hacerse de sus palabras, Urkullu exige sin distinciones la libertad de «todos» los dirigentes del 'procés' que se encuentran en prisión preventiva.
Las claves
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Brecha abierta Urkullu busca recomponer puentes con el PDeCAT, unida al PNV por lazos históricos
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