Tres meses que han cambiado el tablero político
Desde que el 10 de febrero Urkullu anunció las elecciones del 5-A, dos partidos tienen otro candidato y la pandemia condiciona los discursos
david guadilla
Martes, 19 de mayo 2020, 01:10
Euskadi vuelve a la casilla de salida. Nuevas elecciones solo tres meses después de haber convocado las anteriores. Pero desde aquel lejano 10 de febrero ... en el que Iñigo Urkullu anunció de forma oficial que los comicios serían el 5 de abril han pasado varias cosas. La más evidente, que ha llegado una pandemia que obliga a todos los partidos a replantear sus narrativas. Ni tan siquiera los protagonistas son los mismos.
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Cuando el lehendakari compareció aquel día, el foco no solo estaba puesto en los comicios. Era la primera vez que aparecía ante los medios de comunicación tras el derrumbe del vertedero de Zaldibar, ocurrido cuatro días antes. Dos trabajadores estaban sepultados y la imagen del oasis vasco y de la gestión del PNV se agrietaba.
Desde entonces, el Gobierno de Urkullu ha visto cómo esa tendencia se ha mantenido. Primero, porque la crisis de Zaldibar sigue sin resolverse, los cuerpos de Joaquín y Alberto continúan sin ser localizados y la polémica ha llegado a Bruselas. Pero también porque es muy difícil que un Ejecutivo -sea del color que sea- esquive el desgaste que supone gestionar esta pandemia. El vasco tampoco. Fue insistir a Sánchez en la necesidad de tener una mayor cogobernanza y al PNV se le empezaron a acumular problemas.
Pero no son los únicos que se mueven en terrenos resbaladizos. El 10 de febrero, los socialistas miraban las elecciones del 5-A con tranquilidad. Hacía un mes que Pedro Sánchez estaba en La Moncloa y estaban convencidos de que eso se rentabilizaría en las urnas. Siempre ha sido así. Cuando al PSOE le ha ido bien, al PSE también. Pero ahora está por ver si la ciudadanía vasca premia la gestión de Sánchez o la castiga. Igual le pasa a Elkarrekin Podemos-IU.
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Lo que le ha ocurrido a esta coalición es un buen ejemplo de cómo de rápido evoluciona la actualidad. Aunque parece que ha pasado un siglo, hace solo tres meses Podemos tenía un líder diferente -en realidad, antes tenía un líder y ahora vive en una situación de provisionalidad-, se suponía que la candidata a lehendakari iba a ser otra y era un tripartito porque también estaba Equo. Pero entonces llegó Pablo Iglesias y mandó parar. Lander Martínez dimitió después de que Miren Gorrotxategi ganase las primarias con el apoyo del ahora vicepresidente del Gobierno. Ese es otro de los grandes interrogantes. ¿Rentabilizará Podemos su estancia en el Gobierno?
Una semana para la historia
También tenía otro líder el PP vasco. Solo un día antes de que Urkullu anunciase las elecciones del 5-A, Alfonso Alonso concedía una entrevista a EL CORREO y esperaba que su designación como candidato a lehendakari se realizase en el menor tiempo posible. Desde Madrid se oían tambores de guerra, que un sector no le quería, que se buscaba una alternativa... Alonso restaba importancia a esos movimientos. Hablaba de «ruido» y mostraba su confianza en Pablo Casado. Tres meses después, ni es candidato ni presidente del PP vasco. De hecho, aquella última semana de febrero fue vertiginosa e histórica. Nunca dos líderes de dos de los principales partidos vascos habían dimitido en un plazo de cuatro días. Ahora al frente de la lista está Carlos Iturgaiz y tiene de aliado a Ciudadanos.
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De los cinco grupos con representación en el Parlamento quizás el que menos vaivenes ha sufrido ha sido EH Bildu. Mantiene a su candidata, Maddalen Iriarte, y el paso de las semanas solo ha servido para agudizar su estrategia de ataques al PNV y al lehendakari y aparecer como una oposición reivindicativa pero útil. Aunque también le ha surgido un problema al reaparecer una kale borroka de baja intensidad, pero que le engancha con un pasado que quiere dejar atrás.
Vox, Equo... ¿Habrá un sexto grupo en el Parlamento?
El retraso en las elecciones también ha aumentado las opciones de que un sexto grupo entre en el Parlamento. Las miradas están puestas en Vox y Equo, y en un territorio, Álava. La formación liderada por Santiago Abascal obtuvo en las elecciones generales del pasado 10-N el 3,78% de los votos en ese territorio. Para entrar en la Cámara de Vitoria se exige un mínimo del 3%. Durante las últimas semanas, Vox ha intentado rentabilizar la oposición a Sánchez. La formación ecologista, por su parte, concurre en solitario tras su ruptura con Podemos y es en Álava donde puede tener opciones.
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