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Mariano Rajoy y Pablo Casado, durante su encuentro esta mañana. EFE

Casado se cita el miércoles con Santamaría para intentar pactar la nueva dirección del PP

Sémper y Oyarzábal podrían ser las opciones vascas para integrar a 'sorayistas' en la nueva ejecutiva

Koldo Domínguez y Ramón Gorriarán

Lunes, 23 de julio 2018, 00:54

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Pablo Casado se reunirá este miéroles con Soraya Sáenz Santamaría y convocará probablemente el jueves el primer Comité Ejecutivo Nacional de su mandato, que tendrá lugar en Barcelona. El encuentro con Santamaría servirá para comprobar hasta dónde puede llegar la integración del equipo de la candidata derrotada en la nueva dirección del PP. Las perspectivas son optimistas, según dicen en ambas partes. También parece probable que la secretaria general del partido volverá a ser una mujer, y no será Sáenz de Santamaría. Casado ha asegurado que todavía no ha decidido quién va a ser su secretario o secretaria general, y que no lo hará hasta hablar con la exvicepresidenta del Gobierno. «Aún no está decidido porque quiero hablar antes con Soraya Sáenz de Santamaría para ver la disposición de su equipo para integrarse en este proyecto que quiero que sea de todos», ha enfatizado. «El jueves lo conoceremos», ha insistido.

Como ya había adelantado, el primer acto de la agenda de Casadoha sido un encuentro esta mañana con su antecesor, Mariano Rajoy en la sede del PP en la calle Génova.

Casado ha pasado el fin de semana de descanso en Alicante. La exvicepresidenta se ha quedado en Madrid. Pero a partir de este miércoles retomarán el contacto. La disposición a «coser» de Casado es total porque no puede soslayar que Sáenz de Santamaría obtuvo el 42% de los votos en el congreso, y obviar ese respaldo es incompatible con el espíritu de unidad al que se comprometió.

La intención del equipo del nuevo presidente es confeccionar una lista de nombres de 'sorayistas' que encajarían bien dentro de su estructura y cuyos perfiles complementaran a los de los elegidos por Casado, tanto por su trascendencia mediática, experiencia en el partido o peso en alguna de las comunidades autónomas más relevantes. En ese escenario encajarían varios de los dirigentes de Euskadi que durante las primarias apoyaron a la exvicepresidenta. Entre los nombres sobresalen dos: Borja Sémper e Iñaki Oyarzábal, los presidentes territoriales de la formación en Gipuzkoa y Álava.

El PP vasco fue una de las organizaciones que con más claridad se posicionó a favor de Santamaría y que, por lo tanto, salió derrotada del congreso. De ahí que Casado pudiera querer tener un gesto con ellos para demostrar su firme voluntad de integración. En estos momentos, la representación vasca en Génova recae en Javier Maroto, su mano derecha en la campaña, que como mínimo ocupará una vicesecretaría aunque hay voces que le sitúan en la secretaría general. Pero no estará en el día a día del partido en Euskadi. Las otras dos representantes en la dirección son la presidenta de Bizkaia, Raquel González, y Leticia Comerón, portavoz municipal en Vitoria.

Pero ninguno del 'núcleo duro' de Alfonso Alonso, con quien Casado pretende mantener una relación fluida y tenerle en cuenta para su nuevo proyecto, tal y como confirmó el sábado Maroto a este periódico. En esa necesidad de mantener una interlocución directa con Alonso encajaría el posible nombramiento de Sémper u Oyarzábal, dos hombres de la confianza del presidente regional.

A favor de ambos juega su perfil moderado y de centro, que ayudaría a suavizar y contrarrestar la imagen conservadora que ha dado Casado en la campaña. Sémper, en caso de victoria de Sáenz de Santamaría, habría sido el nuevo vicesecretario de Comunicación, cargo que ostentaba Casado. Además, los dos cuentan con la baza de su relación personal con Maroto, sobre todo de Oyarzábal, su experiencia dentro del comité de dirección -ambos han formado parte de este órgano en diferentes etapas- y que durante la campaña no han sido beligerantes con la candidatura ganadora.

En su contra estaría que la tercera presidenta provincial vasca, la de Bizkaia, Raquel González, ya forma parte del comité ejecutivo, aunque su designación obedeció a la 'cuota' exigida por Cospedal para dar su apoyo a Casado en las primarias.

La nueva dirección nacional también tiene claro que no desea ningún tipo de 'nubarrón' territorial interno que le distraiga de su tarea de rearmar el partido y hacer oposición a Pedro Sánchez. Por ello, el nombramiento de cualquiera de los dos apaciguaría cualquier tipo de 'ruido' en Euskadi. Sea como fuere, las fuentes consultadas aseguran que ese paso debería estar siempre consensuado con el propio Alfonso Alonso, que seguirá teniendo voz propia en Madrid al ser miembro nato del comité ejecutivo como presidente regional.

Papel de Levy

Con respecto al organigrama de Génova, Casado tiene que despejar dos incógnitas cuanto antes. La primera, la de su 'número dos', una persona que tiene que ser de su absoluta confianza, y eso solo lo puede encontrar en su núcleo duro. La mayoría apuesta por una mujer y ya han comenzado a sonar nombres, entre ellos Andrea Levy, actual responsable de Estudios y Programas.

La segunda es qué hacer con Sáenz de Santamaría. Ella dijo antes de la votación en el congreso que no se iba a retirar de la política si perdía, pero que tampoco iba a ser la secretaria general del partido si ganaba Casado. Las posibilidades apuntan más a una candidatura en la Comunidad de Madrid, ya sea a la Alcaldía o al Gobierno regional.

Casado también tiene sobre la mesa la designación de los portavoces institucionales del PP. El líder en la Cámara baja, Rafael Hernando, tiene asumida su salida, no así el de la Cámara alta, José Manuel Barreiro, a quien el nuevo presidente dijo que le iba a ratificar en el cargo. La situación de Esteban González Pons en Estrasburgo es un misterio.

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