«Sánchez reacciona a los sustos cuando ve que el apoyo del PNV está en entredicho»

- ¿Cómo está ese depósito de confianza del PNV en Pedro Sánchez? ¿Ha vuelto a la reserva?

- Aunque la gasolina está tan cara estos días, debería hacer un esfuerzo por llenar más el tanque. Y oportunidades no le están faltando... No puede olvidarse de que la legislatura avanza y hay acuerdos por cumplir.

- Pero se abstuvieron en dos decretos clave para el Gobierno (mascarilla e interinos). ¿No es contradictorio con la carta de protesta enviada por el lehendakari a Moncloa y las críticas de la consejera Garamendi?

- Fuimos críticos, pero responsables. No escondemos que tenemos un acuerdo firmado con Sánchez y que queremos que la legislatura siga para que se cumpla. Por tanto, no vamos a ser un palo en su rueda, pero fuimos críticos porque creemos que no eran buenas medidas.

- ¿Está el PNV tragando con tal de que la sangre no llegue al río?

- No, en las reuniones privadas se exponen claramente las dificultades que vemos. Pero eso no quiere decir que estemos en una situación de no retorno.

- Han advertido a Sánchez de que están cansados de su actitud. Si no hace nada para remediarlo, ¿qué pasará?

- Con un par de sustos como los que ha tenido esta semana en el Congreso se debería dar cuenta de que no tiene mayoría absoluta. La experiencia nos dice que suele reaccionar cuando ve que el apoyo del PNV puede estar en entredicho. Lo que no puede hacer es llegar y que todo sea un trágala para los grupos que le apoyamos en la investidura.

- ¿Y qué alternativa tienen ante esa estrategia?

- Es verdad que Sánchez juega con esto sabiendo que enfrente tenemos a un PP no ya lanzado a los brazos de Vox, sino fundido en un abrazo mutuo. Pero esto no se trata de que el PNV pegue un puñetazo encima de la mesa, se trata de poner en valor los acuerdos y la estabilidad.

- ¿La remodelación del Gobierno está afectando a la relación?

- No creíamos que iba a producirse ahora, pero Sánchez suele hacer pocas cosas dentro de lo que es habitual. Sí que vemos cierta dificultad porque todos esos ministros y sus equipos se tienen que poner al día y hay mucho trabajo acumulado respecto a la agenda vasca.

- Quien no ha cambiado de silla es Escrivá, que sigue discrepando sobre la transferencia del Ingreso Mínimo. ¿Su continuidad en el Ejecutivo es un desafío al PNV?

- Lo que Sánchez debe tener claro es que la máxima responsabilidad de que esté quien está en el ministerio y del acuerdo sobre la transferencia es suya. Lo que está pasando con Escrivá es su responsabilidad.

- ¿El traspaso es una condición para apoyar los Presupuestos?

- Es una condición necesaria previa incluso a los Presupuestos porque ya debería estar hecho.

- ¿Y de qué más dependerá?

- Primero hay que ver los números y también evaluar los compromisos que vienen de Presupuestos anteriores y no están cumplidos. Esperemos que no haya que recordárselos.

- ¿Tenía Miquel Iceta una concepción del Estado más parecida a la del PNV que su sucesora, Isabel Rodríguez?

- Iceta conocía muy bien el planteamiento del PNV y las resoluciones del Parlamento vasco, que abarcan a más partidos. La nueva ministra nos tendrá que explicar sus ideas porque tampoco el PSOE nos ha contado cuál es su propuesta de reestructuración del Estado.

- Decía Ortuzar que le daría los seis votos del PNV en el Congreso a cualquiera que garantizara el cumplimiento del autogobierno vasco. ¿Y si ese cualquiera se llamara Pablo Casado?

- A día de hoy no creo que tenga opciones reales de gobernar porque tampoco tendría apoyos más allá de Vox. Y no creo que esté muy dispuesto a reconocer nada a ningún grupo vasco... Además, no veo una definición política clara del PP, está demasiado determinado por la presión de Vox.

- ¿Ha dejado el Gobierno central a los pies de los caballos a las comunidades con la gestión de la pandemia?

- No nos ha dado la cobertura suficiente para tomar medidas con garantías jurídicas. No ha habido cambios legislativos para ello.

- Ustedes también están en el Legislativo, se habló mucho de reformar la Ley de Medidas de Salud Pública de 1986...

- Sí, pero Sánchez lo va posponiendo. Para él es una forma relativamente cómoda de gobernar. Cuando ha tenido miedo de no poder conseguir la mayoría suficiente, simplemente no lo ha llevado al Congreso.

- El Parlamento vasco aprobó la 'ley antipandemia' prometiendo más seguridad jurídica. ¿Ya está sirviendo para algo?

- Dijimos que reforzaba la seguridad, pero con sus propias limitaciones, que son las competenciales. Legislamos sobre el ámbito en que podemos hacerlo.

- ¿Está siendo la Justicia un obstáculo para atajar la pandemia?

- En Euskadi no nos está ayudando... Pero a lo mejor es que quien tiene la responsabilidad de legislar no lo ha hecho en tiempo y forma. Se deja en manos de los jueces la decisión final sobre una cuestión política, no sé si nos podemos quejar de todo...

- ¿Y eso no es un fracaso de los políticos?

- También la interpretación de los jueces sobre lo ya legislado está siendo muy variada.

- ¿La crisis sanitaria ha revelado la falta de instrumentos propios de Euskadi?

- Algunos legales, evidentemente sí. Todo es mejorable, pero creo que los servicios ofrecidos por ayuntamientos, diputaciones y Gobierno vasco han pasado con creces del aprobado.

- ¿Con más autogobierno se habría gestionado mejor?

- Sobre todo, con más flexibilidad y rapidez para actuar. Con mayor capacidad y seguridad jurídica, habría sido mejor.

- Otras comunidades con menores atribuciones competenciales han controlado mejor el avance de la pandemia...

- ¿Sí? No sé... No voy a entrar en si dan mejor o peor los datos. Pero si algún día alguien con mucha paciencia, y no para echar nada en cara a nadie, hace una comparativa de cuántas pruebas se han hecho en Euskadi, cómo se han dado las cifras, con qué fidelidad, cómo se han computado las muertes... Me gustaría verla.

- ¿Es ahora el momento idóneo para relanzar el debate sobre el nuevo estatus?

- Hace un año nos presentamos a las elecciones con un programa claro y tuvimos un respaldo bastante amplio. No hay un solo ciudadano que no sepa que está entre las prioridades porque así lo reconocen cuando nos dan su voto. Somos formales, no gritamos, pero mantenemos las reivindicaciones, no las hemos cambiado.

- ¿Debe Euskadi coger los vientos de cola que llegan de Cataluña ante el inicio de la mesa de diálogo entre gobiernos?

- El tiempo ha demostrado que hay un modelo vasco y otro catalán. Ni siquiera partimos de las mismas bases en la relación con Madrid porque nuestros ámbitos competenciales son distintos. Euskadi está en otra liga porque tenemos un camino ya andado.

- ¿Debe recogerse el derecho a decidir en ese nuevo estatus?

- Es algo que nos llevaría a una mayoría importante y transversal del Parlamento vasco. Más de un 50% está dispuesto a apoyarlo, decida lo que decida después la ciudadanía. La cuestión es que exista esta capacidad para decir cuál quiere que sea la relación con quienes nos rodean.

- ¿La meta ineludible es un referéndum de independencia?

- ¿Tiene que ser un referéndum de independencia?

- Usted dirá.

- Cuando hablamos de una consulta al país, no estamos hablando de eso en primer término. Se trata de que una reforma del Estatuto, antes de llegar a Madrid, sea ratificada o no por la ciudadanía vasca. ¿Qué más garantías se pueden ofrecer? Queremos que sea refrendado por la población para que no haya dudas de si nos votan para que gestionemos o para otras cosas.

- En otoño se reactivará la ponencia de Autogobierno. ¿Qué margen de acuerdo hay sobre un texto en el que los firmantes no se pusieron de acuerdo ni sobre el nombre de la comunidad?

- No descarto que pueda haber consensos mayores. La labor de Podemos puede ser importante y en algún momento el PSE deberá definir hasta dónde está dispuesto a llegar.

- ¿Eso no puede crear un conflicto con su socio en Lakua?

- No lo creo. El PSE siempre ha sabido quién es y qué pide el PNV, y viceversa. En este tiempo sí hay algo que han ido aceptando a nivel estatal y es que no puede ser que el modelo de Estado consista en igualar a todos por abajo. En eso puede haber cierto viraje de los socialistas.