Sánchez apuesta por el 'modelo vasco' de negociación para atraer al Govern
El Ejecutivo cree que pactar inversioneso temas sectoriales, como se hace con el PNV y Bildu, ayudará a rebajar la tensión
david guadilla
Domingo, 8 de agosto 2021, 02:46
El Gobierno de Pedro Sánchez ha apostado por exportar el 'modelo vasco' de negociación a Cataluña para tratar de apaciguar los ánimos soberanistas y reconducir ... el 'procés'. Los resultados están por ver. Se trata de una estrategia que ya intentó Mariano Rajoy y que no impidió el referéndum del 1-O. Pero en La Moncloa están convencidos de que es por ahí por donde se puede encontrar una salida: lluvia de inversiones a cambio de diluir las reivindicaciones maximalistas.
La doble reunión del pasado lunes -comisión bilateral y encuentro discreto entre la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y el vicepresidente catalán, Jordi Puigneró- se cerró con un acuerdo para invertir 1.700 millones en la ampliación de El Prat, pero también con el compromiso del Gobierno central de traspasar la gestión de las becas de enseñanzas medias y universitarias. Una competencia de la que en estos momentos solo dispone Euskadi de forma íntegra. A esto hay que sumar todo un cronograma de reuniones para los próximos meses y un calendario para agilizar la transferencia a Cataluña de medio centenar de materias pendientes.
«Los miembros del Govern quieren una legislatura larga, y necesitan resultados»
argumento
Ese principio de deshielo no ha rebajado, en todo caso, la retórica independentista. Frente al entusiasmo trasladado desde La Moncloa, los soberanistas catalanes pisan el freno. El propio presidente, Pere Aragonès, ha recalcado que esas inversiones no son «una moneda de cambio de nada» y que el objetivo sigue siendo la «amnistía y la autodeterminación».
Buen gestor
En el Gobierno, sin embargo, confían en que esa estrategia dé sus frutos. Entre otras cosas porque perciben que el ambiente es propicio para jugar esa partida. «Los más interesados en que la legislatura se prolongue son los miembros del Govern, y para ello necesitan un poco de calma, resultados tangibles», afirma un expolítico catalán, buen conocedor de por dónde se mueve el soberanismo. «Es un Gabinete con gente muy técnica, que busca una mesa de diálogo pragmática y que está interesada en trasladar la imagen de que el soberanismo también se distingue por ser un buen gestor», añade. Es decir, aguantar hasta 2025.
«El 'procés' se ha acabado, el independentismo no», recalca un exalto cargo de la Generalitat
realidad
A ese clima contribuye la opinión de los empresarios, hastiados de un ambiente de continua confrontación que espanta las inversiones. Pero no solo eso. «La pandemia ha hecho pensar a mucha gente». El miedo a perder el trabajo, los ERTE... ha hecho que una parte de la sociedad se fije más en lo que se suele denominar las cosas del comer. «El 'procés' se ha acabado, el independentismo no». Lo que tratarían tanto ERC como Junts es retener a esa famosa bolsa de supuestos votantes moderados que hicieron triunfar a CiU durante años.
Es a los mismos a los que querían atrapar proyectos como el de Marta Pascal -el Partido Nacionalista Catalán- que no tuvieron una buena acogida y que se quedaron fuera del Parlament en las elecciones de febrero. Pero que ahora tanto ERC como Junts quieren agradar dentro de la cruenta batalla que vive el soberanismo.
Aunque no todos lo ven claro. Sobre todo Junts, que viviría su propio juego de tronos con un sector capitaneado por Quim Torra y Laura Borràs más partidario de las esencias que del pragmatismo. Entre los favorables a ahondar en la vía del acuerdo y la búsqueda de inversiones estarían Puigneró y Jaume Giró, consejero de Economía y exalto cargo de La Caixa. Una moderación que, en todo caso, no haría desaparecer el objetivo último de la independencia.
La apuesta por una vía más pragmática no hará que desaparezcan la retórica y las soflamas
tensión
En el subconsciente catalán está la sensación «de que los vascos se lo llevan todo». Una forma de negociar que el PNV siempre ha sabido manejar de forma hábil para aparecer ante la opinión pública como el gran conseguidor. «Y eso es algo que no ha pasado desapercibido en algunos sectores que lanzan soflamas en público pero que son conscientes de la línea a seguir». Pero, además, habría entrado en juego otro elemento. «Digamos que lo del PNV estaba descontado, pero ver cómo Otegi defiende esos acuerdos en Madrid ha dejado descolocado a más de uno», apunta ese exalto cargo catalán.
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