Dos relatos para justificar una guerra

Las sospechas empiezan a generar rumores y la tormenta se desata en la sede central del PP nacional en la calle Génova. Las versiones de Díaz Ayuso y Teodoro García Egea coinciden en una sola cosa: en que Pablo Casado cita a la presidenta autonómica en su despacho en septiembre del año pasado. La fecha no es inocente. A principios de ese mes es cuando Ayuso se postula para presidir el PP de Madrid, una hipótesis que Génova no contempla y que explica gran parte del conflicto.

El secretario general del PP relata que Casado la convoca «para ponerle al corriente de los hechos» después de haber recibido «información sobre un supuesto cobro de comisiones relativo a un contrato sanitario en beneficio del entorno de Díaz Ayuso». Unos datos que, según Egea, también estaban «en manos» de la oposición y de los medios de comunicación. La presidenta se habría comprometido a «aclararlo de forma inmediata».

Ayuso confirma la cita. Pero ofrece una versión diferente o más detallada del encuentro. Primero sostiene que tuvo conocimiento de la existencia de ese contrato bajo sospecha en esa cita. Según señala en su comparecencia sin preguntas, acude al despacho del presidente de la formación «para hablar de la situación del partido y del congreso» que tiene pendiente el PP madrileño. «Pero para mi sorpresa me contestó que tenía conocimiento de esa operación y que pensaba que era ilegal. Me dijo que el dosier se lo habían filtrado desde Moncloa».

García Egea rechaza esta última parte. Asegura que el 20 de octubre informa personalmente a Ayuso de la situación. El partido pone en marcha «el procedimiento de buenas prácticas» e inicia «una averiguación interna». «Un protocolo habitual», afirma Egea, quien se esfuerza en recalcar que «no hemos contratado a una agencia de detectives o agentes externos». El 'número dos' del PP añade: «Ayuso queda emplazada a aportar más información. Hasta el día de hoy» (por ayer).

La presidenta de Madrid sostiene que se puso en contacto con su hermano. «Me dijo que había tenido relación comercial con esa empresa y que todo era legal y que estaba regularizado ante Hacienda». Ayuso evita aludir a la conversación con Egea y da un salto temporal hasta diciembre. Es ahí cuando surgen los rumores sobre la posible contratación de un investigador privado a través de la empresa municipal de Vivienda. Ahí trabajaba Ángel Carromero. Al tener constancia de ese runrún, «hice lo que leal y moralmente tenía que hacer, hablar con el alcalde».

José Luis Martínez Almeida no solo es regidor de la capital, también es portavoz nacional del partido. Es decir, forma parte del 'aparato' de Génova. «Me dijo que no sabía nada y que lo investigaría».

El relato de García Egea y Ayuso coincide en otra cosa. Es definir un ambiente de imposible reconciliación. «Lo único que hemos recibido es una campaña de insultos», afirma el secretario general del PP. «Nunca me pude imaginar que la dirección nacional de mi partido iba a actuar de un modo tan cruel y tan injusto contra mí», lamenta Ayuso, quien hace justo siete días compartía escenario con Casado en Valladolid para arropar a Fernández Mañueco. Fue el último acto de la obra de teatro que ha representado el PP en los últimos meses.