Dos testigos protegidos y un casquillo permiten procesar a seis etarras por matar a Arratibel en 1997
La Audiencia Nacional acusa a la cúpula de ETA en esas fechas, así como 'Txapote' y 'Amaia' por un atentado que permanecía sin resolver
El asesinato del empresario Patxi Arratibel formaba parte de los más de trescientes crímenes de la banda que permanecen sin resolver. Ayer, la Audiencia Nacional ... dio un paso para aclararlo con el procesamiento de seis miembros de la banda por haber participado en la muerte de Arratibel en Tolosa, durante los carnavales de 1997 .
La jueza de los Juzgados Centrales María Tardón ha procesado por el asesinato a cuatro terroristas que en ese año formaban parte de la dirección de ETA: José Javier Arizcuren Ruiz, 'Kantauri'; Mikel Albisu Iriarte, 'Mikel Antza'; Iñaki Gracia Arregui, 'Iñaki de Rentería'; y Soledad Iparraguirre, 'Anboto'. Como autores directos del disparo han sido acusados Javier García Gaztelu, Txapote' e Irantzu Gallastegui, Amaia'
Hasta ahora, los únicos datos que se tenían sobre el asesinato es que fue cometido por dos jóvenes que se habían disfrazado con pelucas y y bigotes falsos. Uno de ellos disparó en la nuca a Arratibel y el otro le ayudó en la fuga. Estas dos personas nunca fueron identificadas, por lo que la investigación se archivó en 1997. En 2013, sin embargo, la investigación se reabrió.
Armas prestadas
Según el auto de procesamiento, uno de los elementos claves en la investigación ha sido un casquillo del calibre nueve mílimetros 'Parabellum' recogido en el lugar donde mataron a Arratibel. Esa vaina permitió averiguar que fue percutida por la misma pistola con la que mataron un año antes, en julio de 1996, a Isidro Usubiaga. Su asesinato ambién permanecee sin esclarecer, casi treinta años después.

Las investigaciones revelaron que el 'comando Donosti', dirigido por 'Txapote' y 'Amaia', disponía de dos pistolas cuando ambos estaban al mando del grupo. Se trataba de dos semiautomáticas 'FN Browning' modelo HP1935, sin numeración, calibre 9 milímetros 'Parabellum'. Ambas estaban a disposición de los dos responsables del comando y se las entregaban a los 'legales' -no fichados - cuando tenían que cometer un asesinato. Tras el crimen, debían devolvérselas a sus jefes. Una de ellas fue localizada en poder del etarra Fernando Elejalde, detenido en San Sebastián en marzo de 1997, tras el asesinato del psicólogo de prisiones Javier Gómez Elósegui. Esa 'FN Browing' había sido la empleada dos meses antes por Irantzu Gallastegi, para matar al vendedor de bicicletas Eugenio Olaciregui, pero no fue utilizada para disparar contra Arratibel. El segundo arma,que nunca apareció, era por tanto la de 'Txapote'.
Rescate de Revilla
A la hora de proceder al procesamiento, la juez ha tenido en cuenta la declaración de dos etarras acogidos a la figura de testigos protegidos. En 1995 explicaron que «los atentados selectivos, tanto del mundo político, como empresarial, eran ordenados por la dirección de ETA». Por ello, la magistrada ordena el procesamiento de las cuatro personas que en 1997 dirigían la banda, al entender que «habrían participado de forma colegiada en la decisión de asesinar a Francisco Arratibel». El empresario había sido acusado por los terroristas de quedarse con 60 millones de pesetas (370.000 euros) del rescate del empresario Emiliano Revilla, en el que actuó como intermediario. Según el auto, la cúpula encargó el asesinato a de Arratibel a las peronas que dirigían el 'Donosti': 'Txapote' y 'Amaia'.
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