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Imanol Pradales aprovechó ayer el aniversario de su victoria en las elecciones del 21 de abril del año pasado, las que le llevaron por primera ... vez a Ajuria Enea, para apelar a la «autoexigencia» y a la necesidad de «hacer política mirando a los ojos de la gente» y afrontando «los problemas de frente». «Arriesgando y sabiendo también que se pueden cometer errores y que los cometeremos porque somos personas», señaló el lehendakari a través de una carta personal publicada en redes sociales.
El texto recuerda cómo aquel 22 de abril la nevera de su casa «estaba vacía, ni siquiera un 'brik' de leche», porque «no habíamos parado en casa» y cómo en un supermercado de Santurtzi una madre le dijo a su hija: «Mira, el lehendakari». En un tono íntimo, busca trasladar cuál fue su estado de ánimo aquellos días y cómo ha cambiado su vida. De hecho, el artículo se titula 'De Imanol a lehendakari'.
Pradales define aquella campaña como «dura», «de gran actividad y tensión», en la que varias encuestas pronosticaban que EH Bildu podría ganar por primera vez en la historia las elecciones autonómicas con Pello Otxandiano como candidato. Finalmente, las dos formaciones nacionalistas empataron a 27 escaños, pero el PNV se impuso por 30.000 votos y Pradales fue proclamado lehendakari a finales de junio tras reeditarse el acuerdo de coalición con el PSE.
Doce meses en los que el foco de atención ha ido moviéndose de forma progresiva. Los comicios del 21-A tuvieron como eje la defensa de los servicios públicos, sobre todo de Osakidetza. El desgaste que había sufrido el Servicio Vasco de Salud se había convertido en uno de los principales problemas que tuvo que afrontar Urkullu en su última etapa de mandato. Lo mismo sucedía con la Ertzaintza. Y Pradales se ha volcado en tratar de apagar esos dos incendios. Puso en marcha una Mesa de Salud, que a día de hoy no ha dado grandes resultados pero que ha servido para apaciguar la tormenta, y se ha aprobado el nuevo convenio de la Policía autonómica. La principal preocupación del Gobierno es ahora económica tras la llegada de Donald Trump y la guerra arancelaria que afecta a las empresas vascas.
En este sentido, Pradales recuerda en su carta el «año intenso» que ha vivido y destaca la «relación directa» que ha mantenido, entre otros, con «nuestro tejido industrial ante la volatilidad y la incertidumbre del escenario económico global».
El lehendakari hace un recorrido por los diferentes encuentros que ha mantenido en estos meses: su reunión con María Chivite y el presidente de la Mancomunidad de Iparralde, Jean-René Etchegaray, con «representantes institucionales forales y municipales»... Pradales, además, reconoce que «ha procurado tener una relación que respondiera a los intereses de Euskadi con el presidente del Gobierno español».
La reflexión llega apenas 24 horas después de que Pradales elevase el tono contra el «Estado jacobino y centralista» en un Aberri Eguna en el que lanzó un discurso muy político. La relación entre Pradales y Pedro Sánchez, en todo caso, es aparentemente bastante más fluida que la que existía con Urkullu.
«Creo que en la vida es muy importante sostener la mirada a las personas. Tener la conciencia tranquila por saber que has hecho todo lo que estaba en tu mano para intentar resolver un problema o ayudar a una persona. Desde la humildad y la máxima empatía. Todo esto es lo que he tratado de trasladar desde el primer día al Gobierno en su conjunto para avanzar como país y crecer en bienestar», subraya Pradales, quien asegura que «por mucho que me lo hayan preguntado, no sé cuándo pasé de ser Imanol a lehendakari».
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