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Los dirigentes de Vox Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona, en el Congreso; en la otra fila, el ministro Uribes. ep

La política española da otra vuelta de tuerca hacia la radicalidad

La negativa de Podemos a condenar la violencia y el ascenso de Vox azuzan la polarización, aunque los expertos no ven el sistema en peligro

Domingo, 21 de febrero 2021, 03:01

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¿Por qué las protestas por el encarcelamiento de un rapero no especialmente conocido - «con menos arte que cualquiera de nosotros con dos cubatas en ... un karaoke», en palabras de Isabel Díaz Ayuso- se prolongan durante días y degeneran en enfrentamientos violentos con la Policía? ¿Existe un clima «preguerracivilista», como también ha opinado la locuaz presidenta madrileña? ¿Entra dentro de lo asumible que un vicepresidente segundo ponga en la picota la calidad democrática del país que gobierna? ¿Y que el portavoz parlamentario de su partido apoye los disturbios? ¿Que se haga famosa una antijudía de 18 años? Si se pregunta, por ejemplo, al PNV, partido autoproclamado de orden, el espanto es genuino: «Es terrible... Pensábamos que la cosa se iba a aplacar después de las elecciones catalanas».

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