La polarización entre Sánchez y Feijóo el 23-J amenaza a PNV y EH Bildu
Jeltzales y soberanistas admiten «dificultades» para colocar su mensaje pero recuerdan que «no son unas elecciones presidenciales»
David Guadilla
Domingo, 25 de junio 2023, 01:33
Hay algunos datos que marcan tendencias claras. Y uno es que los vascos votan de forma diferente en función de la convocatoria electoral. Un buen ... ejemplo es lo que sucedió entre las generales del 10 de noviembre de 2019 y las autonómicas del 12 de julio de 2020. Mientras en la segunda convocatoria PNV y EH Bildu se auparon hasta el 63% de los votos, en la primera se quedaron en el 47%, y aunque siguieron siendo las fuerzas más votadas, se confirmó que cuando lo que está en juego es quién ocupará La Moncloa su discurso entra con más dificultad. Cuanto más polarizada está la batalla nacional, sus problemas aumentan. Y eso es lo que está ocurriendo en la carrera del 23-J.
El horizonte que se les presenta a PNV y EH Bildu es justo el contrario del que vivieron, y ellos mismos impulsaron, en las municipales y forales de mayo. Entonces buscaron reforzar el relato de que todo se reducía a un cara a cara, a la confrontación de dos modelos antagónicos en la que el resto de formaciones –PSE, Elkarrekin Podemos y PP, básicamente– no tendrían espacio. Pero ese marco es el que ahora se vuelve en su contra porque es justo el que los tres partidos 'damnificados' el 28-M quieren explotar ahora. Que en las generales de lo que se trata es de Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo, sin olvidar la irrupción de Yolanda Díaz.
«Van a tener que construir discursos sólidos para hacerse visibles y demostrar que frente a esa polarización son alternativas reales», reconoce el politólogo Jonatan García, quien, en todo caso, subraya una diferencia que se da en esta convocatoria respecto a citas anteriores. «No se trata tanto de una polarización entre dos partidos, sino entre dos bloques ideológicos». Y ahí, en su opinión, quizá EH Bildu se pueda mover con más comodidad.
La coalición soberanista ha apostado a lo largo de esta legislatura por un cambio de estrategia. Se ha convertido en uno de los principales aliados de Sánchez y ha logrado 'vender' su apoyo a varias leyes de marcado contenido social. Y esa apuesta es la que le puede beneficiar en esa contienda entre derecha e izquierda. Una tesis que, en cierta medida, también comparte el profesor de Ciencias Políticas de la UNEDRafael Leonisio.En su opinión, en las generales es habitual que crezca el porcentaje de votantes no nacionalistas. La serie histórica demuestra que solo en dos ocasiones la participación ha sido mayor en las autonómicas. En algunos casos, la abstención ha llegado a ser diez puntos más alta cuando se trataba de elegir al inquilino de Ajuria Enea que al de La Moncloa. Es la denominada «abstención diferencial», recuerda Leonisio.
«La marea» del 28-M
El politólogo también ve ciertos problemas para el PNV en esta convocatoria. A su favor juega su trayectoria histórica, su apuesta por la estabilidad y su 'fama' de ser un partido «útil» para los intereses de los vascos, pero quizá pueda sufrir una cierta fuga de votantes de perfil más conservador hacia el PP y, por el otro extremo, de quienes teman que en un escenario tan volátil los jeltzales puedan terminar apoyando a Feijóo. Un horizonte al que también se enfrenta EH Bildu con la irrupción de Sumar a pesar de que desde la izquierda abertzale se relativiza porque están seguros de que la «marea» que arrancó el 28-M seguirá creciendo en junio.
Desde Sabin Etxea se pone el foco en los tres principales objetivos que se plantean de cara al 23-J: mantener los seis diputados que lograron en 2019; volver a ser la fuerza más votada, como ocurrió en la municipales y forales, «algo que a algunos parece que se les olvida»; y «poner en valor el papel del grupo vasco en el Congreso». La máxima es clara: «Esto no va de Sánchez y Feijóo. No estamos hablando de unas elecciones presidenciales, se elige un parlamento», recordó este mismo sábado mismo Ortuzar.
Los jeltzales admiten cierta dificultad para poder colocar su mensaje y reconocen que vienen de una convocatoria electoral en la que sufrieron cierto desgaste por los votantes que se fueron a la abstención. Pero están convencidos de que aguantarán porque, entre otras cuestiones, «no percibimos que haya un 'efecto Sánchez' o un 'efecto Feijóo'. No es como conGonzález, Zapatero o Aznar».
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