

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Cuando todo apuntaba a un desenlace en uno u otro sentido, la 'nueva política' de las consultas telemáticas a las bases guardaba un nuevo giro ... rocambolesco en la reñida negociación de la reforma fiscal en Euskadi. El último recurso de PNV y PSE-EE para aprobar la iniciativa, un Podemos deseoso de protagonismo tras sus últimas debacles electorales, optó este lunes por paralizar su decisión tras constatar un «empate técnico» entre su militancia en la votación que tuvo lugar el fin de semana. Pese a que el 'sí' se impuso por tres puntos al 'no', la dirección considera que el resultado «no es concluyente» y deja la pelota en el tejado de jeltzales y socialistas, a los que exige una nueva oferta con más cesiones.
La publicación del escrutinio y de la sorprendente decisión de la cúpula morada resultó ser la puntilla a una consulta interna «de carácter vinculante» convocada a toda velocidad el viernes, que se desarrolló hasta el domingo sin apenas promoción en los canales internos de comunicación y cuyo dictamen se resistió a oficializar el partido hasta las 18.45 horas de ayer. Fue tras una reunión de casi tres horas en la que el consejo de coordinación, encabezado por Richar Vaquero, analizó el apretado resultado de las votaciones: con una participación inferior al 25%, el 'sí' logró el 46% de los apoyos frente al 43% que se decantó por el 'no'. El 11% restante se abstuvo.
Con esta fotografía sobre la mesa, la dirección del partido concluyó que la fuerte división aconsejaba apartarse de una decisión taxativa y decantarse por una patada hacia adelante. Aunque el 'sí' venció por tres puntos porcentuales, la nota oficial habló de un «empate técnico». «A la vista también de la baja participación en la consulta, y teniendo en cuenta la trascendencia de esta cuestión al estar en juego que Euskadi pueda tener una fiscalidad que realmente beneficie a la ciudadanía vasca que más lo necesita, el consejo de coordinación entiende que ahora mismo no se puede llegar a un acuerdo en base a la propuesta de PNV y PSE-EE», según reza el comunicado.
He ahí, en esa última coletilla, la clave para desencriptar la deliberadamente ambigua redacción de la nota. Podemos explica que «ahora mismo», en referencia al último planteamiento ofrecido el pasado viernes por jeltzales y socialistas, el que ha sido sometido al criterio de la militancia, no es viable llegar a un pacto. Ahora bien, la formación morada no cierra la negociación y emplaza a sus interlocutores a moverse en los próximos días para presentar una nueva propuesta que incluya más cesiones. «Ahora depende de ellos mandarnos otra oferta o zanjar definitivamente el diálogo», explican fuentes del partido.
PNV y PSE-EE analizarán el martes el margen de maniobra que existe para poder sacar adelante la reforma fiscal, garantizada en Bizkaia pero dependiente de un socio externo en Álava y Gipuzkoa al no disponer allí de mayoría absoluta. Eso sí, ni unos ni otros ocultan su absoluto malestar con Podemos por su cierre en falso. La incertidumbre a lo largo de toda la jornada de ayer fue máxima y ningún representante jeltzale o socialista tuvo noticias de la decisión final hasta que los morados enviaron la nota a los medios de comunicación. «Esto no es serio», lamentaban desde ambos partidos incluso antes de conocer un «empate técnico» que a muchos les recordó a aquella consulta de la CUP, con idéntico final, sobre la investidura de Artur Mas en 2015.
Las formaciones gobernantes ya estaban prevenidas ante un posible rechazo de las bases de Podemos, pero lo que no esperaban era este escenario intermedio. El margen para ofrecer nuevos cambios ahora es reducido, ya que en Álava y Gipuzkoa el plazo para presentar enmiendas expiró la pasada semana. Fue entonces, y por medio de unas 'autoenmiendas' registradas por PNV y PSE-EE ante su propia propuesta, cuando el pacto con los morados cogió fuerza. Se incluyeron guiños a las rentas bajas, como elevar a 20.000 euros el límite exento en el IRPF, y medidas para gravar a las rentas altas, como acotar las deducciones por compra de vivienda habitual a aquellos que cobren menos de 80.000 euros al año. Esos pasos, en cambio, no han convencido del todo a la militancia de Podemos.
La fuerza morada, aun así, sigue siendo a día de hoy la única vía factible para aprobar la reforma fiscal una vez que los otros dos candidatos, EH Bildu y PP, quedaron descartados. La coalición abertzale condicionó cualquier tipo de entendimiento a que la propuesta pase de reducir a aumentar la recaudación actual. Por su parte, los populares tendieron la mano para un acuerdo, pero el veto del PSE-EE les sacó de toda ecuación. El líder de los conservadores, Javier de Andrés, aprovechaba ayer la espera hasta el desenlace para lanzar un dardo contra el PNV: «Que estemos esperando a lo que dice la afiliación de Podemos para saber qué pasa con la fiscalidad vasca es una metáfora de la ausencia de proyecto del PNV».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.