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Si de algo ha presumido siempre el PNV, especialmente su presidente en los últimos doce años, Andoni Ortuzar, es del carácter asambleario del partido y ... del poder soberano de la afiliación en el proceso interno de toma de decisiones. Pues bien, la afirmación, que solía provocar muecas de escepticismo ante el control que se le suponía al aparato sobre la voz de las bases, se ha demostrado cierta cuando el sustrato sobre el que se asienta la sigla está removido. Cuando existe, en definitiva, un descontento latente que acaba encontrando un conducto por el que salir a la superficie.
Esa es la explicación más plausible, según las distintas fuentes consultadas en el partido, a la sorpresiva irrupción de la candidatura de Aitor Esteban a presidir el EBB frente a la opción de la continuidad de Andoni Ortuzar, el único, además del edil de Etxebarri Eneko Lekue, que se ha postulado expresamente para coger el timón de la nave -en su caso para retenerlo cuatro años más- en la Asamblea General del último fin de semana de marzo.
La diferencia es que, en ocasiones anteriores, que determinadas asambleas propusieran nombres alternativos a los bendecidos por Sabin Etxea tenía un recorrido más bien testimonial. Ahora, la impresión en el partido es que cuarenta batzokis ganados hasta ahora en primera vuelta -los números que se le atribuyen a Esteban, aunque el PNV no facilita cifras oficiales- «son muchísimos» y en absoluto una expresión anecdótica de protesta, pese a que Ortuzar avanza en cabeza gracias al apoyo mayoritario en Álava, Navarra e Iparralde y a la fortaleza que mantiene en parte del territorio vizcaíno.
Sin embargo, numerosos batzokis del feudo tradicional jeltzale -Algorta, Santurtzi, Bakio, Bermeo, Mungia o el de Sabindarrak en San Inazio entre otros- y otros muchos de Gipuzkoa han respaldado a Esteban como voto de castigo al actual aparato. Baste como elocuente ejemplo Zumaia, donde la exconsejera del Gobierno vasco Arantxa Tapia (cuyo nombre también ha recabado respaldos internos) propuso a Esteban, y la burukide del GBB Edurne Egaña a Markel Olano. El portavoz del PNV en el Congreso obtuvo siete votos y el ex diputado general guipuzcoano seis. En paralelo, Esteban fue cosechando otras victorias en organizaciones del territorio como las de Zarautz o Lasarte.
Que el aludido, lejos de descartarse, esté haciendo «campaña» -como interpretan algunas fuentes su insistencia en que es «la hora de los afiliados»- añade más leña al fuego y acentúa la impresión de que el pulso podría ser inevitable. En el partido el desconcierto es máximo - «no sabemos muy bien qué está pasando», reconoce un destacado cuadro- porque Ortuzar y Esteban no son dos dirigentes cualquiera, sino dos 'jobuvis' pata negra, de la misma edad (ambos están a unos meses de cumplir 63), a los que se suponía cercanía no solo en lo ideológico sino también en lo personal. Además, ambos han formado parte del mismo núcleo de toma de decisiones y, desde luego, no existe entre ellos ninguna discrepancia en sus visiones del partido y del país, como las que latían de fondo cuando Imaz y Egibar se disputaron en su día el poder.
¿Cómo se ha llegado a este punto? Distintas fuentes consultadas coinciden en que la relación entre ambos está «deteriorada» y la figura de Ortuzar «debilitada» por el apoyo espontáneo de los descontentos a Esteban, una ola que ni Ortuzar ni nadie había podido prever. «Aitor tiene buen cartel interno y la gente valora su trabajo en Madrid, su forma de enfrentarse al PP... Tiene pegada», apuntan. Su creciente protagonismo público en los últimos meses, alentado por la propia cúpula jeltzale, le habría colocado ahora, paradójicamente, en posición de disputar a Ortuzar la presidencia del partido.
Las versiones difieren en cuanto a la razón última del distanciamiento y al momento en que se produce, pero coinciden en apuntar a dos factores clave: el papel de la anterior presidenta del Bizkai, Itxaso Atutxa, esposa de Esteban; y la entrevista que el portavoz concede a Antena 3 el jueves 16 de enero, en la que aseguró que «es un honor» presidir el EBB y recuerda que ha dado un paso «adelante» siempre que el partido se lo ha pedido. ¿Creía entonces Esteban que Ortuzar se retiraría y dejaría vía libre a su candidatura? Es una incógnita, aunque cuando Ortuzar se postula para continuar, 48 horas después, reconoce que existen opiniones contrapuestas sobre su permanencia y asegura que el partido sabe de su posición «desde julio». Hay quien cree que el presidente del EBB había cerrado ya la puerta a seguir y la habría dejado entreabierta después, y que su decisión definitiva no se materializó hasta ultimísima hora.
Eso explicaría la reacción de Esteban y su famoso tuit en el que se declaraba «abrumado» por el apoyo el domingo de madrugada. Parte de los dirigentes jeltzales ven en ese gesto una señal clara de que irá a por todas y se habla incluso de que el actual presidente se siente «traicionado» por el entorno de Esteban. Otros confían en cambio en que la sangre no llegue al río y que ambos alcancen algún tipo de acuerdo antes de que arranque la segunda vuelta, el próximo 10 de febrero. Otros, los menos, especulan con un apaño para silenciar al sector alternativo de Lekue, la tercera vía. De momento, el concejal de Etxebarri y David Salinas han pasado ya el corte en las propuestas para burukides del EBB y se preparan para hacer valer sus votos en el caso de que la pugna se acabe produciendo. La pelota, inevitablemente, está en el tejado de Esteban.
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