El lehendakari Pradales, con los tres diputados generales, Elixabete Etxanobe, Ramiro González y Eider Mendoza. Igor Aizpuru

El PNV se planta ante la falta de apoyos y la reforma fiscal queda abocada al fracaso

Sabin Etxea «ofrece» al «conjunto» de los partidos vascos el acuerdo que rechazó Podemos tras consultar a sus bases

Miércoles, 5 de marzo 2025, 00:23

Nuevo giro de guion en la negociación de la reforma fiscal vasca, que Podemos había enviado al limbo este pasado lunes tras rechazar suscribir el ... acuerdo que había alcanzado con PNV y PSE pese al aval de sus bases con una exigua mayoría. El fiasco de las negociaciones con los morados había llevado a la revisión tributaria a un arriesgado callejón sin salida, en el que los diputados generales, todos ellos del PNV, presionaban para seguir negociando «con todos» los partidos de la oposición «sin vetos ni líneas rojas» con el argumento de que «hay tiempo» hasta la votación definitiva en Juntas Generales, mientras Eneko Andueza se mantenía inflexible en su veto al PP al considerar que los modelos fiscales de socialistas y populares son simplemente «incompatibles».

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En ese escenario de bucle infinito, terció a media tarde Sabin Etxea, que hasta ahora se había mantenido en segundo plano para dejar el protagonismo a los Ejecutivos forales y, políticamente, a un Andueza que desde su entrevista en EL CORREO, en la que descartó tajante un acuerdo con el PP para no acercar a Euskadi «al modelo de Ayuso», se ha esforzado por marcar territorio casi a diario. En ese escenario, el PNV decidió ayer plantarse, a través de una nota enviada poco antes de las cinco de la tarde, que recordaba al viejo dicho: 'son lentejas, si no las quieres, las dejas'.

La redacción de la dirección jeltzale era algo más ambigua, al apuntar que el «acuerdo» alcanzado «de la mano del PSE-EE con la dirección de Podemos» constituye su «posición definitiva», aunque al mismo tiempo se mostraba dispuesto a seguir negociando «hasta el último minuto en los foros competentes», es decir, en las Juntas Generales.

En esa línea, el PNV se limita a «ofrecer» el pacto frustrado por la dirección morada -que contempla, entre otras cosas, elevar a 20.000 euros el mínimo exento de tributar por el IRPF, eliminar la deducción por compra de vivienda a las rentas superiores a 80.000 euros o elevar el pago de impuestos por las EPSV cuando se rescate todo el ahorro de golpe- al «conjunto» de los partidos vascos.

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Fuentes del EBB especificaron después que el texto pactado con Podemos no es un «punto de partida» para abrir nuevas negociaciones con el PP o Bildu, sino un «punto de llegada» sobre el que se podrían hacer correcciones o cambios puntuales pero sin alterar el espíritu original del texto porque tienen la convicción de que es un acuerdo «bueno para el país». «En tiempos de incertidumbre como los que vivimos, consideramos necesario actualizar la fiscalidad protegiendo a las rentas más bajas y dando seguridad a las rentas medias de nuestra sociedad», apostilla la nota del PNV, que recalca que el texto tal como está ahora garantiza esos objetivos «sin incidir negativamente en la recaudación».

'Hacerse un Sánchez'

Otras fuentes en el PNV creen que el movimiento del EBB equivale a 'hacerse un Sánchez', es decir, poner sobre la mesa una serie de medidas sobre el papel difíciles de rebatir y esperar a que al resto de fuerzas del arco parlamentario les tiemble el pulso a la hora de pulsar el botón del 'no'. Sin embargo, en este momento ninguno de los partidos de la oposición está en disposición de apoyar esa propuesta, ni por acción ni por omisión.

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Podemos insiste en que no hay un apoyo «concluyente» de su militancia para respaldar el texto tal como está. El PP seguía dispuesto a negociar pero sobre su propuesta original, que reclamaba bajadas de impuestos en todos los tramos. Y EH Bildu se niega a rebajar sus exigencias hasta llegar a lo aceptable para una formación extraparlamentaria como Podemos y exige que la reforma permita aumentar la recaudación. Ya por la mañana, Pello Otxandiano había apuntado que la negociación volvía «a la casilla de salida». Pero el PNV se encargó de desmentirle.

Así las cosas, a día de hoy, la revisión fiscal queda, no ya en el aire, sino abocada al fracaso, al menos en Gipuzkoa y en Álava, donde hace falta un tercer partido. En Bizkaia, PNV y PSE no tendrían ningún problema para sacarla adelante gracias a su mayoría absoluta, aunque es factible que los socios de gobierno acaben retirándola si no hay acuerdo en los otros dos territorios para no provocar un problema añadido de desarmonización.

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Lo que sí evita el golpe en la mesa del PNV es que siguiera creciendo la incipiente brecha entre los socios de gobierno. Los jeltzales no ocultan, en privado, su malestar con Andueza por haber forzado una negociación con Podemos de la que el PNV desconfiaba desde el principio. «Sale tocado de esto», apuntaban ayer fuentes peneuvistas, que ya rechazaban de plano reabrir la negociación con los morados. Andueza se reunirá hoy con su coordinador general, Richar Vaquero, aunque en el marco de la ronda de contactos que ha emprendido con todas las fuerzas vascas.

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