PNV y Bildu trasladan su pulso por los ataques a la Ertzaintza a los ayuntamientos
Los jeltzales y el PSE aprueban mociones en apoyo a la Policía y los soberanistas ven un intento de sacar «rédito político»
La pelea a cara de perro entre PNV y EHBildu, en un clima ya abiertamente preelectoral, se ensancha y traspasa los límites de la política ... autonómica para bajar al terreno más cercano al ciudadano, el de los ayuntamientos. El pulso que ambas formaciones nacionalistas han mantenido en los últimos meses en torno al «modelo policial», espoleado por el hostigamiento a la Ertzaintza y a las Policías locales en los espacios festivos durante el verano, se escenificó ayer, en algunos casos con gran crudeza, en los plenos municipales de distintas localidades vizcaínas.
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Los jeltzales y sus socios del PSE hicieron valer su mayoría allí donde gobiernan –como en Getxo, Barakaldo, Durango o Portugalete, en algunos casos con el apoyo del PP– para «condenar los ataques, señalamientos y actos violentos» que se han producido contra la Policía autonómica, agentes locales y otros representantes públicos y reconocer la «imprescindible labor» de las fuerzas de seguridad y su estricto cumplimiento de «los estándares democráticos de las sociedades occidentales».
La coalición soberanista contraatacó con sus propias mociones para reclamar una «profunda revisión del modelo policial» e insinuar que el PNV busca la «instrumentalización política» de esas conductas violentas para «acallar debates de fondo que afectan a la calidad de vida de la ciudadanía», como el «deterioro» de Osakidetza, la «emergencia» de la vivienda, la «crisis de los cuidados» o la «creciente preocupación ciudadana», a su juicio, por el aumento de «intervenciones policiales desproporcionadas».
El debate, lejos de ser pacífico, fue de alto voltaje, trufado de acusaciones gruesas y de viejos agravios, lo que demuestra que, bajo la apariencia de mano tendida que PNV y Bildu escenificaron en el Pleno de Política General, la pelea entre ambos se libra sin cuartel en cada pueblo y en cada barrio. Para muestra, un botón de la intervención en el pleno de Getxo del concejal de Bildu Ibon Rodríguez: «¿Qué tipo de Ertzaintza queremos? ¿La que mata a Iñigo Cabacas y diluye sus responsabilidades? ¿La que apalea a la clase trabajadora que lucha por sus derechos? ¿La que tortura a detenidas en comisaría?», se preguntó el edil soberanista.
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En realidad, el pulso que ayer escenificaron ambas fuerzas abertzales en los consistorios reproduce el que les ha enfrentado en los últimos meses a raíz del goteo de altercados que han alterado la paz en distintos municipios vascos y que llevó al PNV a acusar a Bildu de «no cumplir los mínimos éticos» exigibles tras sugerir Arnaldo Otegi que la Ertzaintza debe ganarse el respeto «tratando bien a la gente». Durante el verano se registraron incidentes en Hernani o en Ordizia. En Azpeitia, radicales agredieron a policías municipales y ertzainas en un asalto a la comisaría local tras haber sido multado un joven por realizar una pintada. Y en Vitoria se vivieron graves enfrentamientos por una acampada sin permiso en la que miembros de GKS, disidentes de la izquierda abertzale, denunciaban un «veto» a su txosna.
Días más tarde, radicales se enfrentaron a la Policía en Algorta para impedir el arresto de un joven acusado de agredir sexualmente a menores. La propia alcaldesa de Bildu en Ondarroa, Urtza Alkorta, denunció la expulsión del recinto de txosnas de un policía local, y aparecieron pintadas amenazantes contra el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, en Hernani. Además, radicales lanzaron caricaturas con un bigote hitleriano contra el domicilio de la teniente de alcalde de la capital alavesa, la jeltzale Beatriz Artolazabal.
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Rédito político
Para el PNV, la cadena de incidentes recuerda «a tiempos pasados», unas actuaciones que merecen, apunta la moción, la «denuncia y condena» firme de las instituciones y «no ampararlas». Bildu ve en cambio un intento claro de obtener «rédito político» de «sucesos» que aboga por «rechazar de manera adecuada, evitando la indiferencia» pero también el «exceso de actuación interesada».
La decisión del PNV, autor de la iniciativa original, de presentar la misma moción en todos los ayuntamientos, se hayan registrado o no incidentes, responde a su estrategia de pasar al ataque contra Bildu y desmontar el relato de la coalición soberanista, a la que ven incluso en el trance de «legitimar» la trayectoria de ETA con su defensa de 'Txiki' y Otaegi como mártires del franquismo merecedores de homenaje. En sus textos, Bildu deja claro que «criticar la actuación» de la Policía «no es un ataque a la convivencia, defiende el derecho a la discrepancia como fundamento de cualquier «democracia saludable» y acusa a los jeltzales de «dimensionar desmesuradamente» los hechos.
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