El PNV se distancia de Sánchez ante el temor a nuevos audios que afecten al Gobierno
EH Bildu endurece su posición pero da aire al presidente y apoya que no comparezca de inmediato y lo haga el 9 de julio
Giro copernicano en la posición de los socios vascos de Pedro Sánchez. De cuestionar que el presidente del Gobierno diera credibilidad de saque al informe ... de la UCO sobre el 'caso Cerdán' a avisarle de que no vale con agitar el miedo a «la derecha» para seguir contando con su apoyo. PNV y EH Bildu tomaron la palabra este martes, tras la comparecencia de Sánchez de este lunes en la que pasó al contraataque y dio muestras de querer atrincherarse en Moncloa, para advertir al jefe del Ejecutivo de que la «gravedad» de la situación exige más pasos por su parte y de que no es suficiente ya con presentarse como el último dique de contención para impedir un Gobierno de PP y Vox.
«Desde el punto de vista ideológico puedo entender que diga que su obligación es mantener este Gobierno a toda costa, pero afirmar eso como algo rotundo es tanto como decir que 'aquí vale todo o cabe todo' y yo creo que en algún sitio hay que poner la raya», avisó el presidente del PNV, Aitor Esteban, en Radio Popular. En una línea similar, el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, apuntó en Radio Euskadi: «Tenemos que ser muy exigentes. Lo de que lo que viene es peor ya no vale».
Sin embargo, la decisión de PNV y Bildu de elevar el listón de exigencia sobre Sánchez esconde matices muy diferentes en ambos casos. Casi opuestos. Sabin Etxea da señales de estar preparándose para un final abrupto de la legislatura o incluso para no tener más remedio que ayudar de alguna manera a precipitarlo si las cosas se ponen aún mas feas. Los jeltzales creen que el margen de maniobra de Sánchez empezará a estrecharse cuando alguno de los socios pida abiertamente elecciones, algo de lo que, por ahora, reniegan todos ellos por interés propio. Pero las cosas podrían cambiar.
En Sabin Etxea se ha instalado el temor a que, de entre los más de 30.000 archivos de los que se incautó la Guardia Civil en el registro del domicilio de Koldo García, puedan aflorar «otros audios, otros datos» –reconoció el propio Esteban– que extiendan aún más la mancha. Cuando Esteban habló ayer de dónde poner «la raya» se refería, precisamente, a la línea roja que supondría que nuevas revelaciones de la UCO apunten directamente a Sánchez, a sus colaboradores en el Ejecutivo o a un hipotético caso de financiación ilegal del PSOE.
La clave la dio el presidente jeltzale al deslizar que «aquí puede haber un ovillo del que sólo vemos el principio del hilo». También dejó claro, en ese sentido, que no 'compra' el intento de Sánchez de encapsular la crisis y circunscribirla estrictamente al triángulo Koldo-Ábalos-Cerdán. El líder del EBB demandó «transparencia» para «dilucidar» si las presuntas mordidas a cambio de adjudicaciones de obra pública se limitan a «tres personas» o bien la corrupción es «sistémica». «Es la clave de todo esto. A todas las organizaciones les puede pasar algo así, pero hay que ver si eran esas tres personas y sólo por lucro personal o no», insistió.
De ahí que no sólo pidiera más «prudencia y humildad» al presidente del Gobierno –un reproche por retar a PP yVox a presentar una moción de censura, convencido de que la ganaría–, sino que le advirtiera, además, de que el PNV esperará para «tomar posiciones» a saber qué más hay «en esa madeja». «Tendrá que ir desmadejándose. Hay que estar atentos», incidió.
¿En qué se traduce eso? Los jeltzales sopesan ya en privado distintas opciones si el temporal arrecia, incluso la posibilidad de apoyar una eventual moción de censura presentada por el PP con un candidato circunstancial y el compromiso firme de convocar elecciones inmediatamente después. Esteban nada dijo ayer de eso, pero dio pistas claras al condicionar el futuro de la legislatura a dos hechos, algo que hasta ahora no había hecho: que el 'caso Cerdán' quede «perfectamente aclarado» y que Sánchez «intente» aprobar un Presupuesto. «Si no, lo veo muy complicado», zanjó Esteban.
Los de Arnaldo Otegi, en cambio, aseguran no tener información sobre una posible continuación del escándalo, dan muestras de querer que la legislatura continúe y buscan aprovechar la crisis de credibilidad del Gobierno para poner a Sánchez contra las cuerdas y obligarle a lo que el coordinador general de EHBildu definió como «levantar las hipotecas del 78» e impulsar un cambio «de régimen». En esa retórica cabe, sobre todo, forzar el debate territorial para arrancarle reformas en clave de reconocimiento de la «plurinacionalidad» del Estado. Otegi dio por sentado que «este no es un problema personal de dos personas, es estructural» por lo que, convencido de que la legislatura «ha cambiado de pantalla», apostó por un PSOE que gobierne «de otra manera, con otro modelo territorial».
PNV y Bildu serán recibidos mañana miércoles por el presidente en Moncloa dentro de la ronda que ha arrancado con las fuerzas que apoyaron su investidura. A las 11:30 será el turno de la portavoz soberanista, Mertxe Aizpurua, y una hora más tarde se reunirá con la jeltzale, Maribel Vaquero. Pero ya en la Junta de Portavoces de ayer se constataron diferencias. Bildu apoyó al PSOE en su defensa de que Sánchez no comparezca hasta el 9 de julio en el Congreso con el argumento de que ven la urgencia pero ya hoy va a celebrarse un pleno de control. El PNV defendió que la comparecencia se produzca «a la mayor brevedad posible, cuanto antes».
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