«La palabra perdón es nuclear para la Audiencia Nacional y nosotros creemos que sirven otras»
El principal asesor de Urkullu en Prisiones insiste en que «los años en tercer grado son cumplimiento de condena también»
Jaime Tapia es consciente de que está en el epicentro de la tormenta por las últimas revocaciones de terceros grados a presos de ETA por ... parte de la Audiencia Nacional. El 25% de las progresiones que avala el Gobierno vasco han sido tumbadas pero, aun así, el juez y asesor penitenciario del Ejecutivo autonómico defiende la labor del Departamento. «Quiero que la gente pueda entender lo que estamos haciendo». Llega a la entrevista a paso acelerado. Viene de los Juzgados de Vitoria, donde se ha reunido con la familia del joven que se suicidó en Zaballa el jueves. «Es un drama para todos», confiesa.
- La Audiencia Nacional ha revocado una decena de progresiones de grado que habían sido aprobadas por el Gobierno vasco. ¿Se sienten desautorizados?
- No estamos preocupados, institucionalmente. Esto puede parecer públicamente un reproche o una negativa sobre nuestro trabajo, pero no es así. Tenemos la firme idea de que el trabajo que estamos haciendo es serio y meticuloso. Se podrá compartir o no.
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- Parece vislumbrarse un cambio de tendencia en los jueces. Revocaron una de las ocho primeras progresiones y ahora tumban el 27%. ¿Se han endurecido los criterios?
- Siendo honestos y sinceros, no sabemos muy bien lo que ha podido ocurrir. Las primeras fueron muy bien. Nosotros seguimos usando los mismos criterios. Y el fiscal y luego el juzgado han recurrido. No hemos podido contar con ellos porque hay que respetar la independencia de esos entes. Quizás están examinando los casos más exhaustivamente, pero es una hipótesis.
- En el auto de revocación de la presa Ainhoa Barbarin se habla de «genérica referencia a las víctimas» y de cumplimento exiguo de la responsabilidad civil.
- Nosotros partimos siempre de una petición de las juntas de tratamiento, que son quienes están día a día con ellos. Allí hay jurista, psicólogo y trabajador social: les conocen bien. (Rebusca entre sus papeles y saca un informe). ¿Qué nos dice la junta? Cumple condena a 25 años por delitos de pertenencia a banda armada, estragos, incendio y falsificación de documento oficial. Cumplió las dos terceras partes de la condena en noviembre. Lleva más de 16 en prisión y no hay indicios de que pueda afrontar el total de la responsabilidad civil pero ha empezado a pagarla en la medida de sus posibilidades. Ha presentado diversos escritos en los que manifiesta una renuncia a los medios violentos. No tiene víctimas concretas -el atentado contra un hotel de Salou provocó heridos y daños materiales pero no hubo muertos- pero asume su responsabilidad. Buena conducta, apoyo familiar, han ido bien las salidas.
«Nosotros seguimos usando los mismos criterios. No hemos cambiado nada»
- ¿Y qué argumenta la Audiencia Nacional?
- En el auto refleja todo eso que he dicho pero se fija en que las tres cuartas partes -de la condena- las alcanzará en 2024.
- ¿Cuál es el criterio legal, dos tercios o tres cuartas partes?
- Es que no hay una norma que marque eso. No se puede hacer con un tercio, pero no hay más. De hecho hay un debate jurídico abierto. Unos, los maximalistas, dicen que desde la mitad de la condena se puede pedir el tercer grado, otros que tres cuartas partes. Nosotros estamos pidiendo a algunos dos tercios, pero a la mayoría tres cuartos de condena.
- ¿Pero es la única pega que pone la jueza?
- También insiste en que «respeto no equivale a perdón».
«Hay un debate sobre si deben haber cumplido dos tercios o tres cuartos»
- ¿Esa es una de las principales diferencias? ¿Que la Audiencia Nacional sigue exigiendo el uso textual de la palabra perdón?
- Es una de las dificultades que nos estamos encontrando, sí. No debe ser un tótem. Algunos reclusos usan esa palabra pero la mayoría no. El perdón para nosotros no tiene sentido si es algo mecánico o insincero. Hay otras expresiones y fórmulas para decir lo mismo: lo siento, lo reconozco, no quiero que vuelva a ocurrir. La ley orgánica general penitenciaria alude al perdón, pero es una norma de 2003 y tiene otro contexto.
- Pero parece evidente que para la Audiencia Nacional el contexto sigue siendo el mismo.
- Sí, está claro. Nosotros hemos ido analizando esos autos y hemos ido extrayendo conclusiones: que para la Audiencia Nacional la petición expresa de perdón a las víctimas es nuclear y la identificación concreta de la víctima, también.
- ¿Se están concediendo demasiado rápido? Se trata de otra de las cuestiones que plantea la magistrada.
- Considera que es «un paso prematuro», pero eso es algo subjetivo. La Audiencia dice que faltan ocho años de condena, y parece que interpreta que condena es estar en la cárcel. Yo quiero insistir en una idea: el tercer grado es una semilibertad pero es cumplimiento de condena. Esos ocho años se cumplen. Hablamos de un tercer grado que muchas veces supone dormir en la cárcel de lunes a viernes con controles y seguimientos. Y si hay cualquier incumplimiento, se les llama a capítulo.
«Yo creo que todos los presos de ETA en tercer grado están arrepentidos»
- ¿Cree que todos los etarras para los que han pedido el tercer grado están arrepentidos?
- Sí, yo creo que sí.
- ¿Y cómo se explica que Sare, que puso como límite el no arrepentimiento y la no delación, se manifieste a favor de ellos cuando se revoca?
- Yo no me puedo poner en la piel de Sare. Yo lo que veo es que estas personas reconocen el daño y, utilizando palabras parecidas a arrepentimiento, o algunas veces esa misma palabra, lo muestran. Denotan un pesar. El arrepentimiento tiene algunas connotaciones religiosas y por eso hay quien la evita.
Irredentos
- La misma jueza de Vigilancia Penitenciaria acaba de poner de requisito para un tercer grado participar en programas de justicia restaurativa y que el preso de ETA vea a las víctimas.
- Sí, habla del caso de Juan Carlos Subijana y hay alguno más. Es otro debate que tenemos entre Justicia y la Audiencia Nacional. Nosotros decimos que la justicia restaurativa tiene que ser voluntaria y confidencial, tanto para víctimas como victimarios. No debe ser un requisito para atender o no la progresión de una persona. Pero es cierto que la Audiencia lo está pidiendo. Eso puede desembocar en que alguien utilice la justicia restaurativa de forma utilitarista.
- Ahora que ya están casi todos en Euskadi, ¿la mayoría de los presos de ETA participa en ese tipo de programas?
- (Piensa unos segundos) Es importante la voluntariedad y la confidencialidad...
- La confidencialidad se mantiene si hablamos de números y no de nombres.
- Ha tenido bastante aceptación pero estamos en una etapa muy inicial. Respetamos al que acepta y al que no. A mí este programa me parece positivo desde el punto de vista humano, jurídico y de convivencia de la sociedad. Es bueno para la paz.
«Hay un grupo próximo a ATA pero sin ningún peligro. Y conviven bien»
- ¿Entre los presos, hay un grupo de irredentos, de contrarios al fin de la violencia?
- Probablemente lo hay pero no sabría cuantificarlo y con unos planteamientos que no tienen ningún peligro social de volver a la violencia. Está el colectivo ATA. No han avanzado. Confío en que avancen también.
- ¿Cómo conviven con el resto de miembros de la banda?
- Bien, sin problemas. Unos se hablan más, otros no. Lo normal.
- ¿Cuándo llegará esa decena de presos de ETA que están fuera de las cárceles vascas y navarras?
- Yo tampoco lo sé. Nos avisan unos días antes. Nosotros no hemos participado de esas negociaciones o relaciones que haya podido haber (se refiere a los contactos entre el Gobierno y EH Bildu). Creo que será pronto, pero no lo sé.
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