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Pedro Sánchez, en su comparecencia del jueves. EP

Un presidente encastillado

Es evidente que Sánchez se cree su propia leyenda y está decidido a resistir. Pero en los dos años que quedan hasta 2027 las cosas sólo pueden ir a peor

Martes, 17 de junio 2025, 00:35

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, además de autoproclamarse «capitán» de la «familia» socialista -cada palabra que pronunció ayer estaba estudiada al ... milímetro, como el maquillaje para hacerle parecer (más) consternado-, se encargó de hacernos saber, por dos veces, que a las cinco de la tarde estaba sin comer. Todo, por la inusitada duración de una comisión ejecutiva que da la medida de la vitalidad de la «democracia interna» en el PSOE. El mismo mensaje subrepticio -el de venderse sin rubor como adalid de la limpieza- encerraba la sobreexplicación del asunto de las auditorías. Que al final van a ser dos porque cuando anunció la primera fiscalización externa de las cuentas del partido -ayer, «la organización»- ya había una a punto de ver la luz y Pedro Sánchez no lo sabía.

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