«Nunca olvidaré tanto sufrimiento inútil»
Izaskun Bilbao, Ramón Jauregui, Rafael Larreina y Ramón Rabanera han recordado su papel en la primera línea política en el cruento año 2000 en las jornadas de la Fundación Fernando Buesa
«Fue doloroso para mí sustituir a Juan Mari Atutxa como presidenta del Parlamento vasco. ETA intentó matarle muchas veces y mientras otros le acusaban de no disolver el grupo parlamentario de la izquierda abertzale. Es imposible de olvidar aquella polarización y el empate infinito», ha expresado Izaskun Bilbao en la segunda jornada del XXIII seminario de la Fundación Fernando Buesa. Ha tomado parte en una mesa bajo el título 'Actores de un tiempo al límite', moderada por la periodista y subdirectora de Colpisa, Lourdes Pérez. «Jamás olvidaré tanto sufrimiento inútil», ha manifestado la expresidenta del Parlamento vasco, que ha recordado «cómo las asociaciones de víctimas me recibieron con los brazos abiertos cuando me tocó recorrer todas las que había por España. Aprendí mucho».
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En el acto, con la familia Buesa en primera fila y el vicelehendakari Mikel Torres como asistente, el exministro socialista Ramón Jauregui ha recordado que todos, los 250 o 300 concejales socialistas y populares, estuvieron escoltados, «tuvimos que blindar ventanas y balcones. A mí me intentaron matar en una sociedad donde celebraba las navidades con mi familia y se equivocaron de día porque el 31 de diciembre no fui allí», ha confesado.
«Yo viví como un drama cuando Mayor Oreja nos dijo que iba a ilegalizar a Batasuna. Yo pensaba que había que decirles no se puede matar pero sí podían hacer política. Pero no. Mayor Oreja tuvo razón. La tuvo. Si matáis, no podéis hacer política», ha reconocido el político socialista.
Jauregui también ha aludido al asesinato de Fernando Buesa. «Hemos vivido momentos dramáticos en los años del terror pero ninguno tuvo la importancia política que acompañó el asesinato de Buesa y su escolta. Ninguno nos separó tanto del PNV y destrozó tanto nuestro sistema institucional, nunca la política vasca estuvo más enfangada en su lucha por la paz», ha lamentado. «La ruptura con el PNV fue dolorosa. Unos gritábamos contra ETA y otros en apoyo al lehendakari«, ha recordado en alusión a la triple manifestación tras el asesinato del vicelehendakari.
«Hay una lucha ahora por imponer cada uno su relato y debemos buscar un relato conjunto e inclusivo. Es importante escucharnos», ha defendido Rafael Larreina. El exparlamentario vasco y miembro del núcleo fundador de EA ha recordado el asesinato de Buesa y «su esperanza en que se podía conseguir la paz». Larreina ha defendido que «la sociedad vasca no fue indiferente hasta Miguel Ángel Blanco, como se dice, en 1981 y 1983 ya hubo grandes manifestaciones., con Ryan -el ingeniero José María Ryan, asesinado por ETA-. La sociedad vasca ya salió a la calle y llenó la calle Autonomía. Luego, tuvo miedo». A su juicio, «Ajuria Enea se rompió con el cambio de la autovía de Leizaran. Ahí comenzó la desconfianza y cuando llega eso se acaba el pacto«. Larreina ha recordado «las amenazas a los concejales de EA en pueblos pequeños fueron terribles y alguno sufrió hasta un pequeño secuestro. Lucharon por la democracia. Echamos esto en falta en algunos relatos». Ha exigido también «que la Guardia Civil diga algo sobre lo que hizo en esta época porque lo espera mucha gente» y relató el caso de una detención con malos tratos. «Hubo indiferencia ante el dolor ajeno», ha zanjado.
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«Tuve mucha suerte en la vida»
El exdiputado general alavés Ramón Rabanera ha relatado que «tuve ese cargo gracias al PSE y debo agradecérselo, había un deseo de encuentro y autodefensa entre los constitucionalistas, que éramos los más atacados». El primer día «puse la bandera de España en el balcón de la Diputación porque eso estaba en la ley». Ha asegurado que «yo sabía que eso significaba mayor riesgo para la persona y tuve mucha suerte en la vida para seguir hoy aquí».
El que fuera el máximo cargo institucional del PP en Euskadi ha recordado que «había una presión y un aislamiento de los no nacionalistas y me hubiera gustado más comprensión en ese mundo. No teníamos candidatos donde éramos la segunda fuerza. Nos jugábamos el negocio y la vida». También ha señalado que «el pueblo vasco reaccionó pero tardó demasiado y el nacionalismo vasco no tuvo suficiente contundencia en algunos momentos».
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