«En Navarra cerramos acuerdos con Madrid pero no salimos a venderlos como el PNV»

- Pronosticó al ser elegida una legislatura «dura y compleja» pero a los equilibrios propios de un Gobierno tripartito y en minoría se ha sumado la Covid-19.

- Esto es como un triple mortal: Gobierno de coalición, en minoría y con pandemia mundial. Aun así hemos sido capaces de sacar todas las iniciativas legislativas adelante. Ha sido difícil, pero lo hemos conseguido. Han sido veinte leyes y siete decretos forales.

- La pandemia le ha forzado a activar aún más el diálogo.

- Teníamos claro que el instrumento fundamental para este Gobierno iba a ser el diálogo y me ratifico, más en esta crisis que nos ha tocado vivir. De esos siete decretos ninguno ha contado con votos en contra y cinco han sido aprobados por unanimidad. Es de agradecer la voluntad de diálogo de los grupos.

- ¿Apoyaría recortes de derechos fundamentales como los toques de queda que ha puesto sobre la mesa Urkullu?

- Tengo muchas dudas de que pudiera hacerse. Fuera del estado de alarma tenemos unas competencias muy limitadas para tomar decisiones que atañen a derechos fundamentales como la movilidad o el derecho de reunión.

- Tras el acuerdo alcanzado entre Sánchez y el lehendakari para ampliar el margen de déficit de Euskadi hasta el 2,6%, con opción de revisarlo al alza, ¿tuvo sensación de agravio al haber pactado su Ejecutivo un límite inferior, del 2,3%?

- El acuerdo que alcanzamos es un primer paso porque nos hemos emplazado a sentarnos en septiembre y es también revisable al alza. Así que en septiembre estaremos hablando de otras cifras. No me preocupa cuánto acuerda Euskadi que, por cierto, ha tenido una caída de recaudación punto y medio por encima de la nuestra.

- ¿Usted cree, como el PNV, que a Sánchez le cuesta reconocer la singularidad de las comunidades forales o que lo hace por obligación, como cuando acordó 'in extremis' con Urkullu para evitar su ausencia en Yuso?

- (Sonríe). Cuando llegué él ya estaba allí. Yo hablo de mi experiencia: nos sentimos escuchados y comprendidos. Hay un diálogo fluido y continuo y compartimos reflexiones. Es verdad que al Gobierno central siempre le cuesta un poco entrar al tema de competencias o a la ministra de Hacienda abrir la mano, es lógico. Pero a los acuerdos me remito. Muchas de las cuestiones que yo he planteado en las conferencias de presidentes se han ido materializando. Así que, por ahora, no puedo compartir esa reflexión.

- ¿Qué pensó cuando le escuchó en la Conferencia de Presidentes hablar de que no puede haber comunidades de primera y de segunda? ¿Vio la sombra del 'café para todos'?

- Para nada lo interpreté así. No se trata de primeras y segundas, sino de atender a la peculiaridad y al encaje constitucional que cada una de las comunidades tiene. El de Navarra evidentemente no es el mismo que el de otras porque tenemos Hacienda propia. Para bien y para mal, ojo.

- Y desde Euskadi, ¿tiene sensación de injerencia? Pactó con Navarra Suma el rechazo a que se mencionara a la comunidad foral en el borrador de reforma del Estatuto vasco.

- Como presidenta del Gobierno que representa a todos los navarros lo que pido es respeto institucional, a nuestro marco y a lo que nos es propio como comunidad foral diferenciada. Dicho esto, las relaciones con el Gobierno vasco son muy buenas y no me siento para nada agredida.

- ¿Le molesta cuando el PNV acuerda con Moncloa beneficios para Navarra, como la competencia de Tráfico o el ingreso mínimo, sin tenerle en cuenta?

- Me molestan las críticas que se me hacen por eso porque no son ciertas. La transferencia de Tráfico la negoció la anterior presidenta, Uxue Barkos, con Sánchez en Moncloa. Y hay documentos de ello, anteriores a que lo sacara el PNV. El tema del ingreso mínimo yo misma lo había acordado con Carmen Calvo quince días antes. El PNV a lo mejor hace una labor más mediática de los acuerdos a los que llegan, los venden mejor, y yo soy más de trabajo discreto. Llegamos a acuerdos pero no salimos a venderlos. A veces pienso que igual tengo que esforzarme más en vender las cosas o en hacer más propaganda.

- También miró a su derecha para acordar la Ley de Símbolos.

- Todo el tiempo que utilizamos en la redacción del acuerdo de Gobierno fue bien invertido. Acordamos que si no conseguíamos solventar las diferencias internamente íbamos a buscar otras mayorías en el Parlamento. Eso es lo que pasó cuando el PSN acordó con Navarra Suma la Ley de Símbolos, pero también ahora que Geroa Bai se ha puesto de acuerdo con ellos para sacar adelante las reivindicaciones de la escuela concertada. Siempre hay cierta tensión, no lo voy a negar, pero como todo está por escrito funciona.

- Un año después, sigue sin haber reunión oficial con el lehendakari Urkullu. ¿Hay fecha?

- Teníamos prevista una reunión bilateral para abril. Justo entonces decidió adelantar las elecciones y me llamó para explicármelo. Era mejor posponerla. Mi idea es ir a su toma de posesión y concertar la reunión cuanto antes, como ya hemos hecho con La Rioja y está pendiente con Aragón. Debemos tener una magnífica relación institucional con todas nuestras comunidades vecinas.

- Sacó sus Presupuestos gracias a EH Bildu. ¿Ha sido Navarra una especie de laboratorio para incorporar a la izquierda abertzale como una fuerza más con la que pactar aunque no haya condenado la violencia de ETA?

- Bildu es tan necesario como lo es Navarra Suma porque estamos en minoría. Con Bildu podremos estar de acuerdo en unas cosas pero evidentemente en su discurso sobre el terrorismo estamos a años luz. Además, la ciudadanía le está pidiendo ese paso de condenar el terrorismo y yo, que soy una mujer optimista, creo que lo acabarán dando.

- ¿Por qué lo cree?

- Están en ese debate interno y me gustaría creer que lo van a hacer, y además por una convicción ética. El hecho de que nosotros hayamos llegado a acuerdos con EH Bildu ha abierto las puertas para que Navarra Suma acuerde con ellos, por ejemplo, las ayudas a los autónomos.

- ¿No le incomodó que EH Bildu enviara «un abrazo» a 'Josu Ternera'?

- No puedo compartir ese abrazo. Pero, insisto, el compromiso de este Gobierno es con la paz y el rechazo de la violencia.

- ¿Vislumbra una legislatura en Madrid larga y fructífera, como pronostica el propio Sánchez?

- La capacidad de resistencia de nuestro presidente está más que demostrada. Su perseverancia ha sido clave para conseguir el acuerdo europeo de recuperación. Y espero responsabilidad del resto de partidos para sacar adelante unos Presupuestos que son de reconstrucción. En Navarra y en Madrid.

- ¿Le gustaría que se mantenga la mayoría de la investidura o vería bien pactarlos con Cs?

- Lo que vería bien es que las iniciativas salieran adelante. Soy más de fijarme en el para qué, lo importante son las medidas que pongamos encima de la mesa. Y los Presupuestos tienen que salir adelante. Luego dependerá de la responsabilidad de los partidos, de si apuestan por ser útiles o juegan al 'cuanto peor mejor', como el PP.

- ¿Le inquieta que la Justicia esté investigando la presunta financiación ilegal de Podemos?

- Los tribunales tienen que hacer su tarea y dirimirán cuáles son las responsabilidades de cada uno. En este Gobierno tenemos un consejero de Podemos, con el que hay un trabajo perfecto. Si esas acusaciones se confirmaran tendrán que asumir responsabilidades.

- ¿No teme que si la bola crece pueda afectar a la estabilidad?

- Cuando negociamos el Gobierno de navarra las conversaciones entre PSOE y Podemos en Madrid se frustraron y hubo que repetir las elecciones, pero no afectó. Dicho eso, creo que el Gobierno de España va a ser estable, va a continuar adelante.

- ¿Debería Idoia Mendia ser vicelehendakari?

- Parece claro que va a entrar en el Gobierno. Aquí tenemos dos vicepresidentes, uno de Geroa Bai, y la relación es fluida, cordial y de mucha confianza.