Muere Laura Martín, la viuda de García Goena, última víctima del GAL
"Ella siempre será ejemplo de que la memoria, la justicia y la verdad son el camino", valora el departamento de Beatriz Artolazabal
Laura Martín, la viuda de Juan Carlos García Goena –el último asesinado por los GAL– falleció este sábado. La noticia la hizo pública el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales que lidera Beatriz Artolazabal. «Laura siempre será ejemplo de que la memoria, la justicia y la verdad son el camino», aseguraron en homenaje a una mujer que luchó toda su vida porque se hiciera justicia a su marido, que nunca estuvo relacionado con ETA y murió asesinado por los GAL con un coche bomba en Hendaya el 24 de julio de 1987.
La propia consejera destacó a este diario «el reconocimiento por su labor y la de su familia en la construcción de la convivencia en este país» y mandó «el abrazo más caluroso a la familia». Maider, la hija de García Goena, relató en julio en EL CORREO sus recuerdos infantiles en torno al asesinato de su padre y la lucha incansable de su madre para que se conociese la verdad.
Juan Carlos García Goena era un objetor de conciencia refugiado en Francia al que la banda confundió con un miembro de ETA. Aquel crimen nunca fue resuelto. Nadie fue juzgado. «Se reabrió hace años de una forma bastante rara, pero no prosperó, y está otra vez en el paso anterior a ser archivado. No ha habido ningún interés por investigar. En nuestro caso y en el resto de los casos del GAL», lamentó Maider. Tres décadas y media llevaba su madre, Laura Martín, pidiendo «reconocimiento y justicia». «Mi ama tuvo que investigar lo que no hizo la Justicia. Acabó sabiéndolo todo del GAL. Había recortes por toda la casa. Llegó a encontrar los teléfonos de mercenarios y, cuando vio que la Policía francesa no localizaba a uno, se fue allí y lo encontró en dos días», contó Maider, que admitió el dolor que sentían en toda la familia por la falta de respuestas. También confesó el brutal impacto que sufrió ella al conocer el asesinato de su padre: «No recuerdo nada de los tres años siguientes a que mataran a mi padre. Ni siquiera el nacimiento de mi hermana».
Laura Martín se convirtió pronto en un símbolo contra el terror que se escondía en diferentes siglas. Entró en contacto con Gesto por la Paz muy temprano, en los 90. «Cristina Cuesta nos ayudó y mi madre entro allí en contacto con víctimas de ETA. Mi ama acudió a las primeras concentraciones de Gesto por la Paz, cuando iban muy pocos», valoró Maider.
La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, mostró su «enorme tristeza al enterarme de que te has ido Laura. Nunca olvidaré los momentos vividos contigo. Fueron muchos, estuviste en los inicios de Covite».
El periodista Gorka Landaburu recordó que Laura Martín «luchó toda su vida para saber quiénes y por qué asesinaron a su marido y le cerraron todas las puertas» La diputada socialista Rafaela Romero dijo de ella que «siempre será un ejemplo de valentía, supervivencia y dignidad frente a la violencia».