«El 'caso de Miguel' bebe del capitalismo de amiguetes creado en el franquismo»
El juez sostiene que en España «la correlación entre beneficio obtenido y respuesta penal» hace «rentable» ser corrupto
El magistrado Joaquim Bosch (Cullera, Valencia, 1965) fue portavoz de la asociación Juezas y Jueces para la Democracia entre 2012 y 2016, años marcados por ... numerosos escándalos de corrupción en España. En el libro 'La patria en la cartera' (Ed. Planeta), que presentó hace unos días en Bilbao, realiza una radiografía integral desde varias perspectivas.
- ¿El corrupto nace o se hace?
- Se hace en función de sistemas institucionales que permiten que pueda desarrollar sus actividades. No hay un gen o unas circunstancias culturales que lo expliquen. El día que tengamos los mismos mecanismos que países como Dinamarca, Suiza o Nueva Zelanda y siga habiendo corrupción, entonces empezaré a creer que la culpa la tiene el clima, la paella o el marmitako.
- ¿España es un país corrupto o es un mero estereotipo?
- Tenemos toda una serie de datos del Banco Mundial o de Transparencia Internacional que nos sitúan en niveles semejantes a Cabo Verde y Botsuana. Estamos a gran distancia de las democracias avanzadas.
- ¿Qué singularidades tiene la corrupción 'made in Spain'?
- La corrupción en España se ha centrado mucho en el ámbito político. Por ejemplo, en el sur de Italia se vincula más al crimen organizado, las mafias... Hay dinámicas que se repiten sobre todo desde la dictadura; por ejemplo, en el desarrollo urbanístico, especialmente en zonas turísticas. El capitalismo de amiguetes del franquismo ha continuado de una manera idéntica en democracia.
- Póngame un ejemplo.
- Aquellas dinámicas de redes clientelares y de reparto desde el poder a los afines, y por citar un ejemplo de Euskadi, se pueden observar en el 'caso De Miguel'. En gran parte bebe de esas pautas, en el sentido de que se trata de cargos con poder que generan redes empresariales afines y que redundan en beneficios, casi siempre en la órbita del propio partido al que pertenecen.
- Tras este caso el PNV ha pedido perdón. ¿Qué responsabilidad tienen los partidos por actuaciones ilegales que hayan cometido dirigentes suyos?
- Todo depende de la actitud del partido en el momento en que salen los primeros indicios. Lo que no es aceptable es que se diga que hasta que no haya una sentencia no se asume ninguna responsabilidad. Ningún partido está libre de que surjan corruptos en sus filas, pero sí se les debe exigir que lo rechacen sin paliativos.
- La reacción de los partidos muchas veces se reduce a endosarle el 'y tú más' al resto.
- Embestir contra la corrupción del rival para disimular la propia se ha convertido en deporte nacional. Y lo peor es que eso se traslada a las bases del partido, a los militantes. En nuestro país hay muy poca masa crítica con la corrupción y eso es un problema.
- ¿La sociedad la asume como un mal menor que es inevitable?
- Yo percibo cierta resignación, como si fuera parte del paisaje. Pero al mismo tiempo creo que cada vez suscita más indignación. En la última década hemos visto que ha empezado a tener costes electorales importantes. Desafortunadamente, siempre habrá sectores sociológicos que acepten en cierta medida la corrupción.
- En Euskadi, ¿hay menos corrupción o menos percepción?
- Comparativamente con otras partes del Estado, los niveles de corrupción, al menos la detectada, son inferiores. Y también la percepción ciudadana es menor. Se dan circunstancias que coinciden con lo que plantean los expertos: por un lado, no ha habido grandes mayorías absolutas, lo que ha permitido más contrapesos; y, en el partido mayoritario, que es el PNV, hay un modelo bicéfalo que dificulta fuertes atrincheramientos de poder.
- ¿Sale rentable ser corrupto en España?
- La correlación entre beneficios obtenidos y respuesta penal hace que salga rentable, sin duda. Lo que llega a los juzgados es la punta del iceberg, lo cual implica un alto grado de impunidad. La corrupción es muy difícil de detectar. Cuando se detecta, es muy difícil de perseguir por falta de medios. Y cuando se persigue, es muy difícil de condenar... Y muy fácil de indultar.
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