Urkullu augura «nuevas medidas excepcionales» y que la vacunación durará «muchos meses»

Iñigo Urkullu ha dado carpetazo a un año «inimaginable hace doce meses» con un mensaje centrado en el reconocimiento a los profesionales que han combatido a la pandemia en primera línea, a los sectores económicos que están sufriendo «el embate» de la crisis y con varias advertencias a futuro. Porque si algo ha recalcado el lehendakari en su tradicional discurso de Nochevieja es que aunque la vacuna se ha convertido en un elemento para la esperanza, no hay que bajar la guardia. «Hemos adoptado decisiones excepcionales. Lo vamos a tener que seguir haciendo», ha admitido el jefe del Ejecutivo.

Doce meses después de que Urkullu compareciese a finales de 2019 para defender el autogobierno, el escenario ha cambiado de forma radical. El lehendakari termina 2020 con una mayor estabilidad política gracias a la mayoría absoluta que tiene el Gobierno de coalición con el PSE tras las elecciones del pasado mes de julio. A partir del próximo día 11 empezará la negociación de los Presupuestos y el Ejecutivo tiene asegurada su aprobación.

Pero ese colchón no evita que el horizonte sea mucho más complicado que el que se asomaba hace doce meses. Urkullu se ha visto obligado a tomar medidas en muchos casos impopulares después de que Pedro Sánchez renunciase al mando único. La cogobernanza le está suponiendo un desgaste que se asume tanto en Ajuria Enea como en Sabin Etxea, sobre todo, porque son conscientes de que la situación en los próximos meses es probable que no mejore de forma ostensible.

Urkullu, de hecho, ha reconocido que la batalla contra la pandemia continua en un punto álgido. «El virus sigue activo, sigue siendo muy grave y letal. Tenemos que mantener el pulso y la tensión. No debemos echar por tierra todo el trabajo realizado», ha avisado el jefe del Ejecutivo en un momento en el que las autoridades sanitarias temen un repunte de los casos tras las fiestas navideñas.

Urkullu, incluso, ha relativizado el impacto de las vacunas a corto plazo. El Gobierno no oculta que uno de sus mayores miedos es que haya un exceso de confianza entre la ciudadanía, que la imagen de cómo se está inmunizando a las primeras personas –los mayores de las residencias– lleve a un relajamiento de las medidas sociosanitarias: uso de la mascarilla, distancia social... Un proceso que será clave para frenar la pandemia pero que requerirá su tiempo. «Tenemos preparados los recursos necesarios, pero vamos a necesitar muchos meses para llegar a todas las personas».

Con un futuro incierto y en «una situación de incertidumbre permanente», Urkullu ha abierto la puerta a la adopción de nuevas medidas en los próximos meses. «Hemos adoptado decisiones excepcionales. Lo vamos a tener que seguir haciendo», ha señalado el lehenedakari, quien ha reconocido que «nos hemos podido equivocar, seguro», pero que cuando ha sucedido «hemos tratado de rectificar cuanto antes».

Entre halagos y su «agradecimiento más sincero a los y las profesionales que han dado lo mejor de sí mismas a lo largo de esta crisis», Urkullu ha fijado como «prioridades» reforzar el sistema de salud, garantizar la educación, atender a las personas más necesitadas, reactivar la economía, apoyar a los sectores más afectados y recuperar el empleo «porque somos conscientes de la incógnita tras los ERTE y de las dificultades para mantener la actividad y los empleos».

El lehendakari también ha apelado a la unidad y a la colaboración. A pesar de las críticas unánimes de la oposición a su falta de diálogo y a que su Gobierno está aplicando un «rodillo parlamentario», Urkullu ha hecho un llamamiento a tender puentes. Ha asegurado que en Euskadi «practicamos la gobernanza colaborativa», algo que ha asegurado se practica entre el Gobierno vasco, las diputaciones y Eudel y que se lo «ofrecemos también en el conjunto del Estado» y a cada grupo parlamentario».

Urkullu también ha aludido al derrumbe del vertedero de Zaldibar, ocurrido en febrero de 2020. «Con Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán en el recuerdo», el lehendakari ha mostrado su «disposición a que se aclare lo sucedido».