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Ramón Baglietto ya tiene una placa en su memoria en Bilbao. Se ha instalado este viernes con la presencia de su viuda, Pilar Elías, y su hijo mayor, de su mismo nombre. Baglietto fue asesinado a tiros por ETA el 12 de mayo de 1980. Vivía y trabajaba en Gipuzkoa, tenía 42 años y dos hijos pequeños. Había sido concejal en Azkoitia y fue militante de UCD. «Muchas gracias a Bilbao por este reconocimiento a mi padre», ha declarado su hijo Ramón.
En la ofrenda floral, convocada por el 'Foro Bilbao para la Paz y la Convivencia', ha tomado parte el alcalde, Juan Mari Aburto, y otros miembros de la Corporación municipal, así como la viceconsejera de Derechos Humanos, Arritxu Marañón y miembros de otras instituciones memorialistas. Por expreso deseo de la familia, la placa está situada en el parque de Doña Casilda.
La historia de Ramón Baglietto es de las que erizan la piel. El capítulo que precede al crimen, aunque haya sido narrado una y mil veces, sigue estremeciendo. En 1962, un joven Ramón Baglietto vio cómo un niño, que acababa de soltarse de la mano de su madre, iba a ser arrollado por un camión pesado que se acercaba a toda velocidad. La mujer, con otro niño en brazos, acudió a protegerle y Baglietto apenas tuvo tiempo de quitarle el pequeño de las manos antes de ver cómo morían tanto ella como su otro hijo. Aquel niño al que salvó aquel día se llamaba Cándido Azpiazu y es el hombre que le mató 25 años después.
Este episodio, narrado por su hermano, Pedro Mari Baglietto, tuvo todavía otro epílogo doloroso cuando en 2004 Azpiazu abrió una cristalería en los bajos de la casa de Pilar Elías, viuda de Baglietto. La mujer, concejal del PP, vivió escoltada muchos años y se lo cruzaba a diario.
El 12 de mayo de 1980 Ramón Baglieto circulaba por el alto de Azkarate con su vehículo, un Seat 124. Regresaba a su casa en Azkoitia desde la tienda de muebles que regentaba que en Elgoibar. Varios miembros de ETA -uno de ellos era Cándido azpiazu- le ametrallaron desde otro coche. Se estrelló a consecuencia de los disparos. Los etarras comprobaron que no estaba muerto y le remataron.
La placa en homenaje a Ramón Baglietto es la duodécima que se coloca en Bilbao en recuerdo de las víctimas del terrorismo.
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