La llegada de Esteban al frente del PNV enreda aún más la reforma del Estatuto
El resto de partidos teme que la salida de Ortuzar ralentice unas conversaciones en las que se habían adelantado «algunas cosas»
El 20 de febrero de 2014, el pleno del Parlamento aprobaba la creación de una ponencia para la reforma del autogobierno. La base era un ... texto pactado entre el PNV y el PSE para actualizar el Estatuto. El foro se constituyó un mes después con representantes de todos los partidos -además de jeltzales y socialistas, EH Bildu, PP y UPyD-. Han pasado once años y no es que todo siga igual, pero casi. El acuerdo sigue sin alcanzarse, las discrepancias son las mismas que hace una década y cada vez que parece que puede haber fumata blanca surgen nuevos contratiempos. El último, el relevo en la cúpula del PNV con la llegada de Aitor Esteban y la salida de Andoni Ortuzar.
La marcha del actual presidente del Euzkadi buru batzar se produce cuando él mismo había puesto en marcha el pasado otoño una ronda de contactos con el resto de formaciones para intentar desbrozar el camino hacia un mínimo consenso. De esas conversaciones ha trascendido poco, pero algunos de sus interlocutores rebajan su alcance. Aun así, la pregunta es si los avances que hayan podido darse valen ahora para algo, teniendo en cuenta que quien los tendrá que implementar no será Ortuzar, sino Esteban.
Se trata de una incertidumbre que ya apuntaban dirigentes socialistas hace unos meses. «Si Andoni continúa, no habrá problema, ¿pero si se va? ¿La persona que le reemplace querrá mantener la misma línea, asumirá sus decisiones?», se preguntaban. En principio, el relevo al frente del EBB no obedece a motivos ideológicos. Ortuzar y Esteban se han movido siempre en el mismo terreno de juego, alejados del ala más soberanista del PNV que durante años tuvo a Joseba Egibar como máximo representante. Pero nadie sabe a ciencia cierta cuál será la postura que defenderá el todavía portavoz jeltzale en el Congreso en un debate cargado de matices y en el que también cuenta el factor humano.
Esta misma semana, Arnaldo Otegi hablaba de «acercamientos» con el PNV y reconocía que con Ortuzar y con la actual dirección jeltzale se había «construido un marco de confianza». «Supongo que tendrá continuación sea lo que sea que decida el PNV, porque ya teníamos algunas cosas adelantadas», aseguró en alusión a la llegada de Esteban y de un nuevo EBB del que salen otros dirigentes que han formado parte del núcleo duro durante los últimos años, como Koldo Mediavilla o el propio Egibar.
Hasta el verano, al ralentí
Lo único claro es que cualquier decisión se demorará al menos hasta que sea proclamado de forma oficial presidente del PNV. Y eso no ocurrirá hasta el 30 de marzo, cuando la formación jeltzale celebre su Asamblea General en San Sebastián. En la práctica, eso supondrá, según los cálculos que hacen los propios partidos, que todo se paralice hasta el verano. Y eso en el mejor de los casos.
Con un PP muy escéptico sobre cómo se va a materializar esa reforma, la clave de bóveda sigue siendo saber si el PNV, PSE-EE y EH Bildu lograrán un consenso de mínimos. La coalición soberanista está aprovechando el contexto para meter presión a los jeltzales para redactar un texto en el que cuestiones como el reconocimiento nacional o el derecho a decidir tengan cabida. La cuestión es que los socialistas insisten en que todo lo que tenga relación con lo que Andueza suele definir como «eufemismo del derecho de autodeterminación» supone una línea roja que no piensan traspasar.
Así las cosas, desde el PSE no se oculta un alto grado de escepticismo sobre lo que pueda pasar en los próximos meses. Frente a la estrategia de EH Bildu que considera que hay que acelerar todos los pasos -entre otras cuestiones, porque sostiene que la presencia de Pedro Sánchez en La Moncloa genera un momento único-, los socialistas apuestan por la prudencia a la espera de ver los primeros movimientos de Esteban.
De hecho, qué hacer con este debate que se prolonga ya once años será una de las primeras decisiones que tenga que afrontar el futuro presidente del EBB. La otra será la reforma fiscal. Aunque para cuando Ortuzar haya dejado de forma oficial la presidencia del EBB es posible que esa cuestión esté solucionada. O al menos encarrilada.
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