Urkullu sorprende y propone celebrar las elecciones en julio
El lehendakari trasladará su «reflexión» en una «mesa de partidos» el día 30 y la oposición critica su interés «partidista» por anunciarlo en pleno estado de alarma
Si quería sorprender, lo hizo. Que el PNV quería y quiere celebrar las elecciones autonómicas con la mayor celeridad posible era ya algo conocido, la novedad es que el lehendakari (y candidato jeltzale) haya comenzado a hablar de posibles fechas. Julio es el mes deseado para volver a colocar las urnas, tres meses después de aquella cita (5 de abril) que tuvo que posponerse 'sine die' a la espera de una tregua sanitaria. Vuelve la precampaña... si es que alguna vez llegó a irse del todo.
Así lo anunció ayer ante la Diputación Permanente del Parlamento vasco y así lo trasladará en «una mesa de partidos políticos» que convocará el día 30. Aunque más que una «reflexión», la oposición cree que es una decisión más que tomada siempre y cuando la pandemia lo permita. El coronavirus hace que todo se escriba en condicional. De hecho, todos las formaciones acordaron que se convocarán «oídos los partidos, una vez levantado el decreto de emergencia sanitaria», que nada tiene que ver con el estado de alarma decretado por el Gobierno central a mediados de marzo.
Iñigo Urkullu, en este sentido, no ocultó su malestar con la oposición por acusarle de haber convocado ya los comicios sin escucharles. Lo negó de forma tajante. «Si alguien cree que deben hacerse en otoño que lo diga», apostilló. «Y cuándo las hacemos? ¿Agosto? ¿Octubre? ¿Esperamos al año que viene o hasta que haya una vacuna y gobernamos por decreto», aseguran fuentes de Lehendakaritza, que deslizan que julio es una suerte de mal menor «siempre que las condiciones sanitarias lo permitan».
54 días de margen
El marco es claro. Desde el decreto de convocatoria hasta la jornada electoral deben pasar 54 días, así que los plazos para que las urnas puedan colocarse en julio son muy justos. Como muy tarde debería convocarse a primeros de junio. Los comicios autonómicos fueron aplazados el 16 de marzo por el lehendakari tras reunirse con el resto de partidos. Por aquel entonces, tanto la emergencia sanitaria vasca como el estado de alarma que rige en el conjunto del país ya estaban en vigor. La excepcionalidad del momento no dejaba margen de maniobra. Pero ahora, parece vislumbrarse algo de luz al final del túnel.
Un fogonazo que Urkullu quiere aprovechar para convocar elecciones y «poner el país en marcha», como le gusta decir. Euskadi, no hay que olvidarlo, está en funciones, con el Parlamento disuelto y un Presupuesto aprobado, sí, pero que puede quedar en papel mojado frente a las urgentes necesidades que se avecinan. La estrategia es simple: elecciones en julio, aprovechar el verano para conformar gobierno y comenzar septiembre a pleno rendimiento para afrontar la llamada «reconstrucción». Las últimas encuestas daban a la actual coalición PNV-PSE una holgada mayoría absoluta de la que ahora carecen. De ahí las acusaciones de «partidismo» y «electoralismo» que efectuó una oposición que recibió el anuncio con el pie cambiado, ya que todos contaban con que sería a la vuelta del verano.
Chocó que el lehendakari usase el concepto de «mesa de partidos» que horas antes su portavoz gubernamental y el PNV había desdeñado. A priori, será un foro excepcional para analizar si los comicios pueden convocarse «en el plazo de tres meses, antes de agosto».
El ministro Illa pide cautela
Urkullu habló de «tres razones». Primero, que todos los partidos políticos han expresado su solicitud de comparecencias o de reuniones «tanto en el Parlamento como con otros partidos en sustitución de los grupos parlamentarios». La segunda, que según las hipótesis que manejan las autoridades sanitarias, «el riesgo de contagio puede estar en sus tasas más bajas en julio». Por contra, el inicio del otoño «podría coincidir con un rebrote de la epidemia y, en ningún caso, contaremos con una vacuna». Y la tercera, que «la dimensión y profundidad de la crisis demanda contar, cuanto antes, con un Parlamento constituido y un gobierno en plenitud de funciones».
La noticia de una posible convocatoria electoral también pilló con el pie cambiado al Ejecutivo central, que llamó a la cautela a través del ministrado de Sanidad, Salvador Illa. «Ojalá se puedan celebrar las elecciones en el País Vasco y en Galicia, pero será la situación de la epidemia la que fijará la fecha para que se puedan celebrar con total garantía», advirtió.