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La entrega por parte de Pedro Sánchez al PNV del palacete de París que fue sede del Gobierno vasco de José Antonio Aguirre en el ... exilio sigue metida en un enredo en el que se mezcla lo político y lo legal. El 'no' de Junts en la votación celebrada al término del pleno del Congreso al decreto ómnibus del Gobierno, un cajón de sastre en el que convivían medidas de muy diverso calado, parecía haber tumbado la cesión a los jeltzales del edificio ubicado en el número 11 de la Avenida Marceau en París. Pero, según los de Andoni Ortuzar, eso no es así porque, aseguran, la transmisión ya se habría «completado» y, por lo tanto, «celebran» que el inmueble esté ya «en manos de su legítimo dueño».
La historia contiene varios capítulos. El edificio fue comprado por encargo del PNV en 1937, luego pasó a manos del régimen franquista, fue incautado por la Gestapo durante la ocupación alemana de Francia y entregado al régimen franquista por la Justicia francesa en 1951. Desde entonces, la «devolución» del edificio parisino ha sido una reivindicación histórica de primera línea en el PNV, hasta el punto de que Ortuzar destacaba ese logro en la carta a la militancia en la que se postulaba este fin de semana para continuar cuatro años más en el cargo, junto a la oficialidad de la selección vasca de pelota. Fue a finales del año pasado cuando el Gobierno y el PNV alcanzaron un acuerdo para que volviese a manos jeltzales. La operación contemplaba el pago de una renta mensual a Sabin Etxea para que el inmueble pueda seguir acogiendo la sede del Instituto Cervantes hasta 2030.
A partir de ahí empieza la batalla política. El PP ha sido extremadamante crítico con la cesión, unos reproches que Miguel Tellado elevó al máximo el martes cuando calificó al PNV de «partido aprovechategui» por «hacer caja» con la «debilidad» de Sánchez. Más allá del cruce de declaraciones, la posición de los populares era relevante porque la operación, en teoría, tenía que ser aprobada por el Congreso.
El Gobierno lo incluyó dentro de un decreto ómnibus en el que también había medidas para paliar los efectos de la dana, ayudas al transporte... El Ejecutivo confiaba en que, a pesar de todas las críticas, saliese adelante. Pero no ha sido así. Y no solo por el voto en contra del PP, sino también por el de Junts. Sin embargo, y cuando ya se daba por hecho que los jeltzales se quedaban sin su premio, de nuevo un giro de guion.
«Legítimo dueño»
Fuentes del partido confirmaban que la no convalidación de un decreto ley produce la inmediata cesación de sus efectos y su derogación, pero no la anulación de los efectos producidos durante su vigencia. Por lo que, según sostienen, la «transmisión» ya habría sido establecida en la ley -se agarran a la figura jurídica 'ope legis' (de pleno derecho)- «y es un acto que ya se ha completado». El PNV utiliza como argumento los comentarios al artículo 86 de la Constitución que publica el Congreso y que dicen que la no convalidación no conlleva la pérdida de validez de la norma con efectos retroactivos. El argumento jurídico es el mismo que se utilizó cuando decayó igualmente otro decreto ómnibus que contemplaba dar plena carta de naturaleza a Usansolo como municipio independiente de Galdakao. Del mismo modo, las autoridades locales argumentaron que, meintras el decreto estuvo vigente, registraron el municipio en el listado de entidades locales.
Por ello, los jeltzales celebran que, «pese a las infundadas resistencias», se «haga justicia y el edificio de la Avenida Marceau, incautado por la Gestapo y posteriormente ocupado por el franquismo, esté en manos de su legítimo dueño».
La operación había levantado además una considerable polvareda en Madrid, por las críticas del PP a la entrega de una propiedad valorada en 16 millones de euros, en pleno centro de París, a escasos quince minutos a pie de la torre Eiffel. «Todos los españoles vamos a pagarle una renta al PNV. Vaya vergüenza todo», criticó este martes el portavoz del PP en el Congreso, Migel Tellado.
Aitor Esteban le ha contestado hoy y ha rescatado el adjetivo que ya empleó contra él en plena polémica sobre Venezuela: «Me reafirmo en que el señor Tellado es un torpe y un maleducado», ha arremetido el portavoz jeltzale, que ha recordado sus inicios en la «izquierda nacionalista gallega» y su recorrido hasta las «posiciones neofascistas» que, a su juicio, defiende hoy. Así ha interpretado Esteban que Tellado critique la entrega de un palacete entregado por los nazis al régimen franquista.
En todo caso, Esteban había dicho no estar «preocupado, ni jurídica ni políticamente» por el tropiezo, que supondrá como mínimo aplazar una reivindicación que, ha insistido, no sólo es una cuestión «de sentimiento» para el PNV sino de «justicia democrática». Esteban ha recordado que hay informes y documentación que avalan que la compra del inmueble en 1936 se produjo con fondos jeltzales y ha insinuado que es cuestión de tiempo que la operación se materialice. «No sé si saldrá hoy pero se tendrá que volver a reprocucir, porque las discrepancias no tienen que ver con el contenido del decreto», ha concluido. Y ha deslizado lo que podría sonar como un reproche velado a Junts, pero también a Sánchez: «En política, el regate en corto sirve un ratito, pero nada más».
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